¡HOLA, mis lectores y seguidores!!
Ella era la que llevaba las riendas de su vida ahora. Con una niña en su regazo cogió sus maletas y volvió a casa de su padre. Retomó la relación con su madre y meses después, ella y yo, nos encontramos.
A simple vista todo en ella parecía correcto, nada podía hacer pensar que ella también tenía sus propios demonios pues ella una chica de media estatura, ojos marrones, se había teñido el pelo de rubio y se lo había cortado dejando una melenita corta. Era guapa de cara y era una chica que aparentaba tener las cosas muy claras, lo cual, hacía que los chicos se fijaran mucho en ella, aunque hay que decir, que su delgadez y su ropa , tanto faldas como vestidos y su extremo cuidado a la hora de vestirse le ayudaban mucho.
Nos conocimos en una época en la que ella, desconfiaba bastante de la gente, en especial de los chicos pero eso no impedía atraer a los chicos como abejas a sus enjambres deseosos de su miel. La verdad es que yo, muchas veces me sorprendía de lo rápido que caían prendados de ella.
Ella fue la que me dio soporte cuando mi chico y yo pasábamos por alguna crisis de pareja, pero hay que reconocer que ella no estaba para dar consejos y aun así, siempre tenía palabras de ánimo. Siempre me daba la razón a mí, pero supongo que eso es lo que hacen las amigas.
Yo estaba un poco acomplejada con mi cuerpo pero ella nunca dedico ni un minuto a quejarse de su cuerpo, de querer encontrar pareja. En lugar de ello salíamos juntas allá donde nos llevara el viento, con su niña, caminábamos mucho solo para ir a tomar un café , y si los fines de semana queríamos salir de fiesta , dejaba a la niña con su familia y salíamos sin problema.
Tiempo después , me di cuenta que aquella a la que llamaba amiga había estado poniendo en contra a todas las parejas del grupo , hablaba mal de mí a las demás chicas , a las demás parejas e incluso a gente con la que solo intercambie unas pocas palabras.
Fue tan duro darme cuenta que ya no éramos amigas, que había entregado hasta el último escondrijo de mi a alguien a quien admiraba tanto y todo lo que le ofrecí lo hizo trizas, lo mutiló, haciendo de mi la persona más desconfiada de allí en adelante.
Meses después, me la encontré en Messenger, estuvimos hablando y ella quería engordar , que si había conseguido engordar, que si todo le iba muy bien… y yo , pensaba que podríamos volver a ser amigas cuando en un mensaje sus palabras fueron : <<te hable por educación. >>
No soy quien para dar consejos pero, espero que esta historia os sirva para daros cuenta de que no se puede confiar plenamente en todo el que te tiende la mano. A veces, es mejor contar lo justo y lo que te interesa a esa persona a la acabas de conocer y con el tiempo… quizás y solo quizás, probablemente , sea adecuado decir o contar según que cosas.