Mi primera semana de Septiembre.

Las mañanas suelen presentarse con un alba que te da los buenos días con el primer ladrido de tu perro, deseoso de darle un bocado a su pienso y beber agua a la espera de un agradable paseo que hará que fógue ese nerviosismo que lleva consigo.


Le pongo una ración de pienso y su pertinente agua para que se pueda hidratar y acto seguido voy en busca de un café merecedor de un día lleno de acontecimientos nuevos. Aun no hay la suficiente luz como para apagar la luz del comedor.

Enciendo la radio y escucho las segundas voces en toda mi mañana intentando poner en orden todo lo que hay que hacer hoy por la mañana. No sin antes saborear el café acompañado de un pitillo lleno de ganas por no haber inhalado nada en toda la noche. -Sí, esto es vida, -pensé.

La mañana se presentaba con ganas, pues había que limpiar el polvo, barrer y fregar, fregar los platos y hacer la colada antes de que llegara el medio día, puesto que me había levantado temprano , podía ir tranquila y abordar las tareas con esmero. – Es mejor tardar más y que esté bien hecho, a que este hecho deprisa y mal hecho – pensé.

Estaban radiando música animada y la mañana se hizo amena. De vez en cuando paraba para darle al agua un ansiado trago.

El sol está subiendo e impregnando calor en el ambiente. Ahora hace bochorno pero no me impedirá ejecutar mis tareas como lo planifiqué. – Además, ¿si no lo hago yo , quien lo va hacer? El perro? – sonreí.


El perro ya empezaba a impacientarse, pero el día daba para mucho y decidí darle lo que se merece, un buen paseo. Me puse el chándal, auriculares y la música puesta. Abrí la puerta de la terraza y el perro asomó la cabeza, como preguntando si era de buen gusto su presencia. – sienta! – le dije. Se sentó y acto seguido le puse el arnés. En cuanto cerré la puerta de la terraza, el perro, rápidamente intuyó que salíamos a la calle y el nerviosismo se apoderó de él. Tuve que hacerle un alto para imponer quien manda y se tranquilizó un poco. Bajamos juntos las escaleras y en la puerta siempre se sienta esperando a que abra la puerta de la calle mientras yo cojo todo lo necesario, bolsa (para los regalitos) , llaves , móvil … etc. -Todo en orden – pensé.  


Algunos vecinos se te quedan mirando como atraviesas las calles con tu perro, nunca se muy bien si es que nunca han visto un perro o es simple cotilleo. Siempre está la vecina simpática que te saluda dando los buenos días y cómo vas con los auriculares, te descuelgas uno y le das la pequeña coba de todos los días. Que si hace mucho calor, que si hay una ola de calor, que perro tan bonito tienes, o hay que hacer las tareas de casa e infinidad de cosas más. Unas veces me paro otras tan solo es un saludo cordial pero es encantadora esa señora.


Atravesamos todo el barrio hasta llegar a una especie de descampado todavía virgen. Tiene toda la pinta de que en el futuro, habrá pisos, pero como hay una crisis que no te levantas del suelo, no hay quien edifique. El perro va cogiendo terreno y va haciendo sus necesidades y olfateando mucho. Observándolo todo, inspeccionando las plantas, las piedras, los arbustos… para él, es como un nuevo lugar para descubrir. Los pastores Alemanes, tienen el olfato muy sensible y es con lo que más se guían.

Mientras voy escuchando música, veo como la gente empieza a llegar al lugar con sus mascotas. El cielo está completamente azul y el paseo está siendo agradable. Las montañas son el principal paraje a lo lejos y  a la vista. Algunas nubes asoman por allí pero, ni rastro de lluvia, el día es caluroso. Y allí entre tanta belleza de naturaleza mis mañanas cambian completamente estirando las piernas y dándole un merecido juego a mi compañero de cuatro patas.


Comentarios

  1. Hola Keren.
    Pero que cosa mas bonita has escrito con una naturalidad y una difícil sencillez tan costumbrista y a la vez tan enternecedora con el señorito de cuatro patas.
    Yo que he sido un noctámbulo empedernido; cada vez en mi vida me he ido encontrando con los ensordecedores silencios del amanecer que me han provocado unas sensaciones que de más joven no encontraba. Lo cierto es que las primeras horas de la mañana tienen algo muy especial, algo distinto... Aún así me tira demasiado la noche como para hacerme fan de las queridas mañanas.
    ¡Excelente redacción!
    Un abrazo Keren.

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  2. Hola Miguel!!
    Las mañanas la encuentro llamativas por el hecho de que puedes hacer prácticamente de todo, aprovechar la mañana y exprimir la tarde con algún amigo o amiga. Lo quiero mucho al peludo de cuatro patas jejeje!! aunque a veces, me saque de quicio jejejejje!! gracias por tu comentario Miguel, abrazos mil!!

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  3. Hola Miguel!!
    Las mañanas la encuentro llamativas por el hecho de que puedes hacer prácticamente de todo, aprovechar la mañana y exprimir la tarde con algún amigo o amiga. Lo quiero mucho al peludo de cuatro patas jejeje!! aunque a veces, me saque de quicio jejejejje!! gracias por tu comentario Miguel, abrazos mil!!

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