Cada mañana sonaba el despertador y ella venía a verla. Acariciándola con mimo, la despertaba con delicadeza, le susurraba al oído: - ya es la hora, levántate mi amor…
Ella se incorporaba todas las mañanas de la cama y de un salto salía en dirección al armario. Observaba lo que quería ponerse, no sin antes mirar hacia la ventana, esperando la llegada de ese sol que le invitaría a declarar con su vestimenta lo que se le antojaba para ese día. Quizás una bandana que cubriera su pelo, atado atrás, dejando las trenzas al vuelo. Un top, y unos pantalones bien ajustados. Sí, eso es. No sin antes darse una buena ducha, que le quitara ese sueño pegajoso y después de un buen desayuno con cereales, se miraría en el espejo y se lavaría los dientes.
Una vez preparada para salir al mundo, no podía faltar su walkman con esa música que tanto le gustaba mientras recorría las calles de un pueblecito de Barcelona, que la llevaban hasta el infierno, el Instituto.
Las clases transcurrían con normalidad, participando, pero nunca acompañada de nadie, su lugar era estar sola, y oír una y repetidas veces: -¡Negra! ¡Vete a tu país!
La historia se repetía una y otra vez, sin que Ella se diera cuenta de lo que su hija sufría cada vez que se enfrentaba al mundo, aun con todo, fuerte, aunque temerosa, pero plantandole cara a todos esos días a los que ella nunca supo acostumbrarse, asistiendo a clase.
Se volvió a mirar al espejo. Nunca supo porque le afectaba tanto. Hasta que esa Hija suya fue creciendo. Nunca nadie le había dicho nada , pero ese día se miró en el espejo y vio que lo que tantos años había estado escuchando , no era más que el reflejo de la realidad:
SÍ, SOY NEGRA, POR CONDICIÓN, NO POR ELLO MENOS VALIOSA. NEGRA ÁFRICA... DE NEGROS OJOS... COLOR CAFÉ... LABIOS CARNOSOS... CULO RESPINGÓN... ANCHAS CADERAS… CON LA MISMA SANGRE ROJA, CON EL MISMO CORAZÓN, PERO SÍ, NEGRA. AL FIN AL CABO, NEGRA.
Interesante relato. Desgraciadamente, la mayoría de humanos discriminamos a otros, por el color, religion, vestimente, forma de expresarse y costumbres, no nos damos cuenta que lo unico diferente es el vestido (la piel) ya que por dentro todos somos parecidos y en la tumba todos somos iguales!
ResponderEliminarHola MakitO!!
ResponderEliminarexactamente es eso , la piel no es un impedimento para creer con convicción que una persona que es negra, es igual que tu y que yo. Desgraciadamente , ya sea por miedo o lo que sea , se juzga demasiado por el color , la religion e incluso la vestimenta pero nadie nace odiando, se puede aprender a amar del mismo modo que hemos aprendido a odiar. Gracias por tu comentario , un saludo y espero verte por aquí pronto. Un saludo !