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Ella que tanto ansiaba de algo que pudiera darle ese algo
que llenara ese vacío que anidaba en su interior surgió de las nubes que entre
ellas chocaban y en consecuencia formaban gotitas de mar. El viento soplaba con
ferocidad, pero el sol hacía que todo se viera con templanza y serenidad.
Cuando esas gotitas dejaron de caer del cielo con rabia, se
hallaron pájaros, se mostraba un cielo apaciguado, un arco iris que bañaban
esas aguas y de ahí, de la calma y la bondad del tiempo, nació ella.
Ella estaba sola entre tanta maravilla pero un buen día al
ver como otros seres disfrutaban de las delicias de ese paraíso, sintió algo
desconocido que la hacía bramar todos sus sentidos. Por unos momentos y cada
vez que los veía, sentía que quería estar ahí con otro ser igual que ella para
deleitar de los rincones que la tierra les ofrecía, tal y como ellos lo
saboreaban. Sentía rabia, sentía una agonía que le corría la garganta y callaba
esas ganas feroces de gritar. Callada un día, vagando por la penumbra que ahora
recorría su espacio y pequeño cuerpo, presenciaba lugubreza, tristeza, y los
sentimientos ahora no era tan bondadoso como en cuyo caso, hubiera sentido si
tuviera aquello que los otros seres tenían.
Los otros seres se hallaban cerca de ella, jugueteaban, sentían,
saltaban, correteaban sin importar la hora, el tiempo o las ventiscas. Todo
aquello carecía de importancia para los otros seres, sino que en vez de
quedarse quietos, disfrutaban sin censura. Ella los observaba en silencio,
llego a derramar una lágrima pero no parecía que por el simple hecho de llorar,
fuera a tener aquello que tanto quería y ansiaba.
Un día, los otros seres, la vieron cubierta de una sombra
que la acompañaba allá donde ella iba y los otros seres, se acercaron con mucho
cuidado. Los tres se miraron, y con la sonrisa más tierna, cogieron sus manos y
de una mano y otra, se agarraron de las manos para jugar juntos. Ella quedó sorprendida de que los otros seres le ofrecieran, de su presencia o su amistad,
pero rápidamente jugaron juntos, sin importar cuales fueran sus estados:
Corrieron, saltaron, jugaron con ramas que la tierra les brindaba y en un momento en el que los tres tumbados
sobre la montaña miraban al cielo, pasó una mariposa y los tres quedaron boquiabiertos
ante tal belleza. Entonces, uno encontró una piedra con unas formas
deslumbrantes, áspera por un lado y por el otro liso, con colores ámbar, y es
que además brillaba cuando lo sometía al sol. Uno de los otros se lo enseñó al
otro y estuvieron un buen rato mirando mientras asombrados ante tanta belleza,
miraban ajenos a lo que iba a suceder. Ella se sumió en rabia e histeria y se fue enfadada. ¿Por qué ella no podía
tener también, una piedra tan preciosa como aquella? ¿Porque ella no disfrutaba
tanto de los mismos placeres que los otros?
Durante los próximos días: los otros disfrutaron de un
amanecer al que le sugirieron ver los tres, más tarde de un atardecer al que
volvieron a incluirle para admirar, otro día , observaron el rocío de la mañana,
otro día cualquiera, olieron el azahar, vieron como las gotas de lluvia se
postraban en sus rostros formando una imagen única que jamás habían
experimentado, pero ella seguía en la oscuridad, en otro mundo, donde no podía
apreciar aquellos gloriosos sucesos, todo aquello quedó lejos de su visión ,
mientras los otros cada vez eran más, cada vez encontraban nuevas formas de
pasar el tiempo y de vivir nuevas aventuras.
Los otros, con el tiempo dejaron de sugerirle o de tan
siquiera ofrecerle un lugar entre ellos. Mientras, ella se hacía cada vez más
pequeñita, incapaz de poder apreciar, sentir, disfrutar, o degustar los
pequeños placeres de la vida y la amistad.
Hola!! Un relato muy bonito, la verdad. Me ha gustado mucho!
ResponderEliminarUn saludo :)
¡Hola maria! Me alegra que te haya gustado. Espero verte en próximas publicaciones. Un saludo!
EliminarHola Keren, desde luego el relato se lee con ganas y te hace pensar. Desde luego podemos aplicarlo a la vida real y más de uno quizá nos sintamos identificados con unos o con otros personajes. Creo que servirá muy bien para pensar si queremos seguir siendo como somos o si merece la pena y es ya hora de ir cambiando. Enhorabuena y un saludo
ResponderEliminarHola Sara, me alegra que sientas el buen mensaje y que de hecho pensando no solo en los adultos, sirve también para niños. celebro que se vea y sirva para reflexionar, es lo que quería. Un saludo y gracias amiga!
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