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Stockholm, imagen Extraída de Google |
Carecía de paciencia. El dichoso mensaje a la una de la
madruga con la frase que rezaba como único mensaje de la noche y que resonaba
bajo el umbral de la noche era un: “Tenemos que hablar de”.
¿Qué significaba aquello? Para la mayoría de personas
aquello podría ser el fin de algo o tal vez le había pasado algo muy grave,
tampoco había que ponerse en lo peor pero un escalofrío le recorría la espina
dorsal haciendo encoger las manos y poner puños dentro de la chaqueta. El
nerviosismo era tal que tuvo que encenderse un cigarrillo, aunque eso
significara pasar frío en la mano derecha. A Marta no le gustaba que fumara, de
hecho, llevaba tiempo sin fumar delante de ella, pero aquella noche si no se
fumaba uno acabaría por volverse loco, aunque no le calmara en realidad esa desazón
interna, aunque fuera el inicio de un sinfín de cigarrillos esperando en esa
apartada calle a la mujer que había amado desde el momento en que la vio. Un
fugaz recuerdo impregna la noche con la minifalda y la blusa con la que la
conoció y la exhalación del humo le recuerda una vez más tantos sentimientos
recorriendo por su cuerpo al besarla, aunque fumara y ella, aun con todo,
aunque fuera lo que más detestara, le correspondiera con ese beso que culminaba
la noche. ¿Qué era lo que tenía que decirle a Juan?
Comenzó a hacer memoria de todo lo que había ocurrido
aquella semana: el lunes cenaron y por la noche se acostaron y hasta el
miércoles no se volvieron a ver. El miércoles desayunaron juntos y Marta estaba
algo dispersa, el jueves salieron todos a bailar, también se acostaron y
recuerda a Marta algo rara. No se volvieron a ver ni hablar hasta esta
madrugada con el mensaje que interrumpió su sueño. ¿Qué le pasaría a Marta?
¿Por qué estaba tan rara?:
-Ya está, fijo que se ha fijado en un guaperas de esos de
las discotecas. O en ese tal Raúl, el modelo o en su ex, del que tanto estaba
enamorada o por el italiano ese que siempre le guiña un ojo cuando vamos a
comer allí… O… porque… soy un jilipollas. Sí, debe de ser eso.
Un mensaje llega al móvil desde el bolsillo del pantalón y
pega un bote. Las manos le tiemblan, pero Juan logra darle a la conversación y
lee: <<Ya estoy llegando. Tardo 5 minutos. >>
Su corazón se acelera, las manos le sudan, el móvil casi se
le resbala y el cigarro se ha consumido. “No debe ser nada bueno” se dice una y
otra vez, pero las palabras cada vez ganan más el terreno del no hasta que tratando
de apaciguarse se dice: “No debe de ser nada. Cosas de mujeres. Sí, eso es,
será una tontería”:
- ¡Hola Juan!
- ¡Ho-hola!
- ¿Qué te pasa en la voz? ¿Ya estas fumando otra vez?
-…Nn-Nada, ¿Qué era eso que me tenías que decir? -dice
mientras intenta tragar saliva
-A ver juan… tú y yo nos conocemos de hace tiempo ¿verdad?
-Sí…
- …Y siempre salimos a todas partes juntos, y además nos
acostamos ¿verdad?
-Ssi…
- ¿No notas que falta algo ahí?
Juan mira al cielo mientras el vaho de su exhalación se hace
visible. Piensa un momento, pero no atisba a adivinar por dónde va la cosa:
-Perdóname, pero no sé a qué te refieres…
- ¡A ver Juan! - dice de un revuelo- ¿Tú no te has dado
cuenta de que hay algo entre nosotros que nos es normal?
- esto….
Pero Marta no aguanta más y se lo suelta de sopetón:
-¿¡que si somos pareja de cama o algo más!?
©El Rincón de Keren
Es que... en estas relaciones hay que dejar las cosas muy claras porque, frecuentemente, una parte sale dañada.
ResponderEliminarSaludos
Hola,
Eliminaren efecto, es así. Además, siempre acaba enamorándose alguno o dando más uno de los dos. Gracias por comentar. Un saludo!!
Bueno al final Juan estaba preocupado y Marta le pide más, me da que para él sí son algo más :)
ResponderEliminarUn relato que podría adaptarse a la realidad, a la sociedad de hoy en día :)
Un besito!
Hola,
EliminarEs perfectamente adaptable a la vida real. Juan está más preocupado por lo que ha hecho mal o lo que debería corregir que por lo que lo podría haber hecho a Marta. A veces, uno no espera los "Tenemos que hablar" que son bien temidos jajaja! Y sí, Juan está locamente enamorado pero no lo demuestra de la misma forma que Marta, que es lo que suele pasar siempre entre parejas. (Aunque no se hayan establecido) Un beso!!
La última que vez que me dijeron: "tenemos que hablar", me fui hasta Marte y allí sigo por si acaso, :-)
ResponderEliminarBuen relato Keren. Un abrazo!
jajajaja es posible que esté mal empleado porque solo la usamos para comunicar algo malo. Gracias por tu comentario Miguel.
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