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Imagen extraída Google |
Luces parpadeantes, El cielo está apagado, las piernas
llevan a ese cuerpo algo desorientado por las farolas y las luces que vienen y
van como farolas en movimiento, el jaleo de los que vienen de una fiesta, a lo
lejos la música discotequera anuncia el movimiento por una noche de excesos entre
jóvenes de un bando y de otro, pasa una pareja que se sonríe, donde la
vergüenza queda fuera del alcance esa noche, <<¿Dónde me llevan estas
piernas mías?>> Piensa Carola. El mareo hace que los edificios por los que
ahora intenta atravesar para llegar allá donde quiera que fuere, no parezcan decididos. Pasa un grupito de gente, que asombrados, parecen asustados por algo
que hace, pero sin dejar de mirar sus pasos algo entorpecidos hasta pararse en
seco a la desembocadura de una calle que da a la rambla y es entonces cuando
una ráfaga de viento, la sacude y ella intenta oxigenarse, como si eso le fuera
a devolver el equilibrio pero lo que consigue es un revoltijo en el estómago, y
a pocos pasos la ingesta de toda una noche ingiriendo la bebida de la fiesta y
por cortesía del guapo David, <<¿No se llaman todos los camareros
así?>> Piensa en un intento de no pensar en lo que acaba de echar por su
boca.
Quizás no se le haya ido la sonrisa que ha quedado como
incrustada en su rostro por la alegría de esos líquidos, pero ahora se sentía
hambrienta, e imaginaba cuales sabores tentadores pero lo que más le apetecía
era zumo de naranja o de piña, ¿qué más daba? Cualquiera le quitaría la sed que
parecía no cesar. Ya luego al torcer la calle, a apenas unos metros el turco le
hizo imaginar las mezclas de comida cuanto más apetecibles posibles: Un
bocadillo de Jamón con kétchup, sobrasada con tomate, colacao, arroz con
mayonesa y tortilla, a simple vista podría parecer un manjar poco apreciado
pero su paladar se había vuelto caprichoso esa noche.
Una vez en la puerta tocaba la ardua tarea de abrir la
puerta, pero lo difícil no era abrir la puerta sino encontrar las llaves con
una vista que no quería colaborar y baile inconfundible que anunciaban esas
ganas incontrolables de hacer pipí pero que después de quince minutos consigue
controlar para ponerse a abrir la puerta del portal pero no hace falta porque
la vecina sale por la puerta como cada sábado por la mañana para ya habitual
comentario “Algún día te pasará algo…” o sus palabras por lo bajini:“Esa cría
no sabe lo que se hace. Vaya padres más irresponsables” a lo que ella respondía
con una sonrisa de oreja a oreja perdiéndose por las escaleras ahora sintiendo
el hambre y las incesantes ganas de hacer pis. Ahora el camino es una carrera
contrarreloj para no hacérselo en encima mientras piensa fugazmente en abrir la puerta
con las llaves, pero pica al timbre y le abre su hermano, que no le da tiempo a
reaccionar porque Carola sale escopeteada hacia el baño y no solo hace sus
necesidades, sino que el perfume que ha dejado su hermano en el baño después de
ducharse le provoca arcadas y lo que viene a continuación es la consecuencia
de una noche de fiesta con las típicas palabras al otro lado del baño por parte
de su hermano: "¿Estás bien?"
Los días posteriores ya se suelen conocer como... Resaca, y cuenta la leyenda que después de esa noche, nunca más se repite tal ingesta.
©El Rincón de Keren
De resacas, resacones y otros cantares del fin de semana.
ResponderEliminarMuy urbano y de actualidad el relato reflexivo que nos traes y que se digiere estupendamente, no tanto la protagonista :-) Pues fíjate Keren, que estás experiencias con moderación también son necesarias para la comprensión del mundo que nos rodeo y el tiempo para hacerlas es esa juventud que aguanta mal que bien esas pesarosas resacas. Abrazo y feliz comienzo de semana.
Hola,
EliminarDe resacones y acontecimientos pero también de pasarselo bien. Yo no creo que sea una actividad para jovenes unicamente, quizás el beber sin conciencia o mal es más para la juventud. A quien le gusta bailar, bailará en discotecas todo lo quiera pero parece que por no tener unos años menos ya eso es cosa de la juventud. En mi caso, siempre me ha gustado bailar y no es que no vaya a bailar por mi edad es que requiere de un aguante que hoy por hoy creo que no tengo pero esa sensación de oir tu cancion favorita, bailar hasta gastar la pista o ser los ultimos en la pista porque quieres seguir bailando son recuerdos muy buenos. No solo lo pasas bien, también se libera estrés y yo he sido de las de no probar ni gota pasarmelo en grande. (Incluso mejor que con alcohol)
Un saludo!! gracias por pasarte, se que tienes mucho lío.
Una imagen muy habitual los fines de semana y cada vez lo ves en chavales más jóvenes. Estupendo relato, un beso
ResponderEliminarCada vez más, es cierto. Gracias por tu comentario. Un saludo!!
EliminarComo siempre un gran relato Keren, además muy corriente en nuestros dias sobre todo, como tu dices, los fines de semana.
ResponderEliminarHola,
EliminarSí, hay toda una oda a las fiestas de los fines de semana y con ello los jóvenes intentando divertirse. Pero no es lo mismo divertirse que pasar una noche alcoliazada en la que se vuelve un tormento. Hay saber beber. Un saludo!!
jaja cuenta leyenda que al día siguiente tu madre hace paella y no sabes cómo decirle que hoy el arroz no te entra jajaja
ResponderEliminarMuy buen relato, muy natural y cotidiano. Es muy normal encontrarse este ambiente por la noche. Lo malo del tema es la asiduidad, cuando hay jóvenes que se emborrachan cada semana o casi cada semana. Yo he salido de fiesta y he hecho de las mías (hablo en pasado porque ahora cada vez salgo bastante menos) pero ahora veo que la juventud, que tiene diez años menos que yo, está alcoholizada. El desfase es cada vez peor. Respecto a la edad, lo que me da pena es que cada vez son más jóvenes, niños de 14 o 15 años y ya bebiendo de una forma asidua.
En fin, le va a tocar al hermano de la protagonista cuidarla :)
Un besito guapa, me ha gustado mucho tu relato!
Hola María,
EliminarEs cierto, cada hay más jóvenes que se apuntan a la lista de las noches con alcoholizadas. Sinceramente, no entiendo por que a una edad tan temprana pero por ejemplo, se están llevando iniciativas en las que les invitan a no beber cuando les regalan 20€ de gasolina. Me pareció muy buena iniciativa a demás así la tasa de mortalidad bajará porque recordemos que la mayoría de los accidentes son por culpa de un conductor ebrio.
Las noches suelen divertidas con o sin, insisto que hay que saber beber y asumir que cuando hay que conducir es preferible no beber.
Pues la protagonista, tendrá un día en el que todos sabemos que poca comida ingerira más expulsará. jajaja pero sí, a mi edad, ya no salgo ni bebo. Como tú, comencé a salir menos a bailar, hasta dejar de salir y beber por completo. Quizás es apetecen otras cosas.
Me alegro mucho que te haya gustado. Un abrazo!
¡Hola Keren!
ResponderEliminarYo hija ya no salgo los fines de semana. Debo haberme hecho muy mayor porque prefiero quedarme en casa descansando. Y tampoco bebo alcohol, que me sienta muy mal, algo de lo que me di cuenta en mi primera juventud ¡A Dios gracias! Pero leyéndote, sí que me he identificado con esas ganas arrebatadoras de hacer pis cuando llego a casa y pensar que me lo haré encima. Lo peor es estar ya en la puerta de casa. Parece que, al meter las llaves en la cerradura, es la señal de ¡Ya no puedo más!
Me ha gustado tu relato. Un besazo
Hola El mundo con ella,
Eliminarajjajaj es cierto, a todos nos ha pasado alguna vez, parece que la llave o el simple hecho de meter la llave nos conduce a ese estado en el que ya uno no puede jeje! Yo también prefiero estar en casa relajada, ahora me apetece más la traquilidad, pero bueno, quizás es más cosa de apetecencias, no de edad.
Celebro que te haya gustado tanto como a mi el relato, Un beso!
¡Hola Keren!
ResponderEliminarLo cierto es que casi todos hemos pasado por situaciones parecidas yo creo (yo no eh, jeje). Has narrado muy bien de forma concatenada lo que trae una borrachera y sus consecuencias. Y de las buenas además. Me he reído bastante la verdad. Ahora a Carola le tocará aguantar una buena resaca.
Me ha encantado.
Un besazo, guapa.
¡Hola Ziortza!
EliminarAsí es, lo hemos vivido muy en nuestras carnes. Me alegra mucho que te haya gustado a ti también. Espero poder seguir haciendo reír a todos, como a ti. Un gran saludo!!
Tristemente de moda Keren, especialmente cuando la diversión solo se entiende de ese modo. Estupendo relato!
ResponderEliminarHola Norte,
Eliminarque alegría verte de nuevo por aquí. Pues como decías se hace muy común entre jóvenes quizás demasiado pero hay muchas campañas que logran concienciar a la juventud de algún modo, así por lo menos, hacemos el cambios. Gracias por aportar tu opinión. Un saludo!!