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La situación se hacía ya, un problema en toda regla. Del armario: El cajón estaba descolgado, las estanterías se caían; La cama: suelto uno de los pilares que la sujetaba y para que el colchón pudiera reposar en su lugar, estaba roto; La mesa del comedor :estaba sin cristal; La puerta de la habitación: no tenía puerta y, teniendo un marido que sabía arreglar todo desperfecto, aquello estaría arreglado en un abrir de ojos:
-Cariño, el armario tiene el cajón descolgado. ¿Me lo podrías arreglar?
- Claro, ahora después.
Marga sabía muy bien que trabajaba mucho y que el descanso, era vital para cualquier persona, por lo que, simplemente le había avisado y esperaba que cuando estuviera descansado, se pusiera manos a la obra.
Margarita limpió el polvo de las estanterías, barrió, fregó y limpio todas las sabanas de aquel día y cuando tuvo suficiente, se sirvió una taza de té para coger algo de aire. Aquel ajetreo que le llevaba la casa, la hacía sudar, pero lo peor era que con los sudores se dignara a tomar un té caliente. Se sentó en el borde del sofá con las rodillas juntas y la taza en una mano, y con la otra, ojeaba una revista que había por ahí.
Juan, se levantó de su siesta y, con las mismas, se sentó en el sofá y encendió el televisor al mismo tiempo con cara de cansancio. Le preguntó si le podía preparar un café. Marga, aunque cansada, dejó su taza en el esquinero. Le preparó una buena taza de café y se la sirvió bien caliente.
Juan miraba la televisión sin parecer estar muy en sí. Aún estaba algo soñoliento de su larga siesta. Marga lo mira a cada sorbo de su taza. A estas alturas, ya sabía que era mejor no decirle nada cuando se acababa de despertar.
Cuando acabaron de tomarse sus respectivas bebidas, Juan se marchó a casa de su madre ya que le había encomendado una tarea. Marga aprovechó para ... (...)
CONTINÚA EN... Historias con "K"
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©El Rincón de Keren
Jaja bueno son cosas de la vida, ir retrasando todas las tareas!! Ahora mismo tengo mi armario que da penita, y como suelo ser ordenada me entran los mil males cada vez que lo abro, pero siempre encuentro algo mejor que hacer, como ir a ver a mi madre!! Jajajaj supongo que al protagonista de tu historia le pasa lo mismo, lo que pasa es que cuando la tarea es algo tuyo no sulfura tanto, si es algo que te pide otra persona puede llegar a impacientar ;))
ResponderEliminarEstaré atenta a ver como sigue la historia!! Me ha gustado mucho!! Un besote de viernes guapa!! :*
Hola María,
EliminarEs cierto, se de gente que, sus maridos no les hacen lo que les piden sus mujeres, bueno, e incluso me ha pasado alguna que otra vez, pero al final lo acaba haciendo. Es cierto, no suele costar tanto cuando es para otra persona.
Puedes continuar, desde el enlace que aparece como: Historias con "K"
¡¡Un Abrazo!!
¡Hola Keren!
ResponderEliminarSolemos cuidar de los demás sin cuidarnos de nosotras mismas. Por otra parte, muchas veces nuestros maridos suelen prestar más ayuda en casa de sus padres que en las suyas propias. No es mi caso, gracias a Dios. Pero lo sé.
Besos
Hola,
EliminarEs cierto, yo lo veía mucho en cuando mi padrastro vivía aún. Y bueno, es clavado a lo que me comentas.
Gracias por aportar también al blog.
Besos.
el silencio es la causa de que muchos sigan
ResponderEliminarun abrazo desde lo lejos
Hola,
EliminarNo es solo el silencio, a veces, por más que repites una y otra vez las cosas, parece que no cala hondo en la pareja. A veces, es mejor hacerlo una misma o buscar como hacerlo. Es una manera de no depender de los demás.
Me alegra tenerte de vuelta.
¡¡Abrazos!!
Más que estar leyendo un relato parecía estar viendo una escena cotidiana en muchas casas.
ResponderEliminarTiene su gracia, pero también un punto amargo como el café que se toma a sorbos. Un abrazo
Es cierto, suele ocurrir con frecuencia. Pero está bien identificar estas erradas. Cambiar a mejor.
EliminarGracias por aportar.
¡¡Un gran saludo y bienvenida!!