Relato: El Fin.

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Un día más en la oficina, la monotonía de archivar, clasificar, y mecanografiar. Creía que podía estar ahí, sentada, sin hacer caso a las ganas de hacer pipí. Si no pensaba demasiado, conseguiría acabar de escribir las últimas líneas de aquel dichoso documento. 

Mi existencia era vacía, apenas sin amigos, encontré en Internet un mundo de verdades, mentiras a medias y dónde fingir mi realidad en las R.R.S.S., mi vida de chica soltera y solitaria encontraba alguien con quién hablar, en los largos fines de semana.

Las últimas semanas, en el trabajo han sido caóticas, todos al borde del colapso, venían órdenes de los jefes, Sobre todo porque cada vez que entregaba algún informe, en mi pequeño logro como secretaria de un bufete de abogados de una gran entidad, se creían que, una servidora, no se enteraba de nada. Si se pensaban que no, ¡Estaban listos!  Ellos creían que no sabía que la NASA había enviado como “penúltima expedición” a que revisaran si había vida más allá de la Tierra, es que no sabían lo detallista, observadora que era. El caso es que aunque se empeñaban en cifrar las conversaciones, y ahí, tengo que decir que mi curiosidad pudo más, descubrí que algo raro sucedía, pero ¿qué tenía de extraordinario en 2059 hallar vida más allá, si la vida se había robotizado casi por completo en nuestro planeta?

La oleada masiva entre humanoides y humanos era algo ya habitual, y pasear por las calles encontrando a seres tan parecidos a los humanos hacía que la gente ni tan siquiera dudara de lo extraño que se había vuelto todo. Se había normalizado en nuestras vidas.

Caminaba entre humanoides. Todavía había bancos en los que se administraba dinero, solo que el dinero que conocíamos, no era el mismo. Este se hacía llamar Bonos, y entre el intento de sostenimiento de una superpoblación y la gente a la que llamaban Laos: aquellos que se habían negado a la tecnología, pero que poseían una inteligencia sobrehumana, la superpoblación y el avance ganó terreno en el sentido amplio. 

Hallé el cajero, inserté los símbolos que debía introducir, extraje un los Bonos que eran de un material parecido al plástico y lo introduje en el bolso. Luego, fui a lo que ahora llaman intercambio de información, o lo que era lo mismo en 2005, chatear en un café. Solo que ahora se conectaban electrodos en la cabeza y un largo cable en el dedo corazón. 

Me sumerjo en un campo de redes sombría con diferentes pantallas que ocupan todo mi campo de visión. Todo se controla con la mente. Hablo con varios internautas, envío informes, e intento inútilmente, encontrar un chico para salir esta noche. El cráneo está en calma aparentemente, pero poco a poco noto como el calor cubre mi frente hasta llegar a las orejas. Me pregunto si la gente de mi alrededor siente lo mismo. Tras varios intentos en vano, con esfuerzo logro desconectarme y quedo debilitada, suspendida en el aire. No entiendo nada. Observo a mi alrededor cómo puedo, sin embargo, carezco de fuerza suficiente para modular lo suficientemente alto para avisar al guardia. Es entonces cuando una maraña de gente uniformada, a lo que antaño que es la policía, extrae de los cráneos de la gente los electrodos y se los lleva uno a uno. Es cuando me doy cuenta de que está llegando el fin de los tiempos. La profecía de Nostradamus se cumple.

Percibo una sombra encima de mí, me sujeta y me dice: “Te pondrás bien

Despierto en una cama de las de antaño. Y como puedo, miro a mí alrededor para inspeccionar dónde estoy. Al cabo de unos segundos, alguien o algo, abre la puerta. 

Era un ser verde con escamas, con cuerpo humano que al acercarse a mí cambió de su apariencia a la humana. 
Aquello era la evidencia de que existían seres de otro planeta. 

Durante varios días me estuvo trayendo comida a la habitación debido a mi debilidad. No intercambiamos palabras, pero ese día, parecía que quería intercambiar información. 
Entró como siempre, y dejó encima de la mesita de noche lo de siempre: una sopa, una ensalada y un brebaje que no tenía ni idea de lo que podría ser, pero que me daba mucha energía: 

- ¿Cómo te encuentras?
- Bien, gracias. ¿Vais a matarme? - Me miró como si aquello fuera una osadía por mi parte,   como si no conociera ese acto tan cruel. 
- ¿Matarte? Nuestra especie no entiende de matar vida, sino de darla. 

- Bueno, sabemos que poseéis los medios para poder hallar vida en otros planetas.  A nosotros nos hace falta la tecnología para ello debido a que podemos leer la mente humana.  Hace unas semanas, uno de nuestra especie, un Laos, te halló sacando lo que vosotros llamáis Bonos y te leyó la mente. Sabíamos que poseías información necesaria para evitar precisamente eso, que nos encontraran. 

- Dices que no queréis que os encuentren ¿Por qué?
- Durante siglos hemos observado como vuestra especie ha aniquilado diferente raza, y con cada fallecimiento en nuestro planeta desaparecían a la vez miles de nuestra raza. Ven conmigo

 - Me sujetó del brazo para ayudar a  incorporarme y atravesamos las cuatro paredes de aquel habitáculo. 

Una luz iluminaba el camino cegando mis ojos, y al avanzar, ante mi hallé campos y preciosas casas pequeñas que se asemejaban a las cabañas de antaño, eran de tal belleza que me recordaba al pintor Sorolla. Parecía hubiera estado allí. Caminábamos entre niños, hombres y mujeres, delicias de olores y vegetación. Ninguno se movía en su forma humana, pero si lo hacía al avistarse a su paso y entonces dijo: 

- Todo lo que ves es nuestro. Es de la naturaleza. Es nuestra vida. Es nuestra casa. 
- Pero, ¿Cómo sé que no sois una especie creada por el hombre?

Entonces me llevó a una cabaña en la que la puerta estaba pintada con símbolos extraños, parecidos a lo que se introducían en el banco. Y lo entendí todo. Nuestro mundo, el mundo que yo conocía, intentaba crear una nueva tierra como esta. Como los Laos. Pero ¿a cambio de qué? ¿De exterminarla? 
 
Imagen Propia
Nos miramos. No hicieron falta las palabras. Y de vuelta a mi cabaña, trazamos un plan para intentar contraatacar. 

El objetivo era hacerme pasar por el ministro de Agricultura, ya que trabajando dónde trabajaba aquello era facilísimo. Fingimos una revolución; después por el de Economía; por los mandos más altos y así hasta crear la discordia entre los más grandes. Mientras tanto, Laos en forma humana se encargaban de clarificar la situación en la que vivíamos nosotros con la tecnología y cómo acabarían ellos finalmente si la situación seguía así. Sorprendentemente, humanos y humanoides demostraron empatía. 

La Revolución planetaria creó el caos en la tierra obligando finalmente a despojar de sus poderes a aquellos que habían abusado de la tierra. Aquello hizo que unos cuantos crearan su propia ley en los suburbios, creando otras tantas tribus sin tecnología. Otros se negaban a vivir sin tecnología, los había vuelto locos y vivían en un lugar sombrío de la tierra, pero como no habían poderes en la tierra, cada uno vivía y hacía como le parecía, siguiendo las leyes de la armonía entre seres de cualquier especie. Declarado entre todas las tribus. Un pacto que ayudó a preservar la vida en la tierra unos años más. 

¿Quién sabe cuánto le quedará?

En cuanto a mí, viví y aprendí de la vida con los Laos. Nunca sabes cuándo puede haber otro amanecer.

FIN


©El Rincón de Keren

Comentarios

  1. Hola Keren, me encantan las historias futuristas y de mundos distópicos como buen marciano y aficionado a la literatura y el cine de ciencia - ficción. Me gusta también como has narrado utilizando hábilmente la primera persona y enganchando con ello al lector. Por otro lado esa convivencia entre la inteligencia artificial, la robótica y los humanos cada vez esta más cerca.
    Mis referencias cinéfilas del día de hoy te invitarían a ver Blade Runner 2049 y un cortometraje futurista que te voy a elazar a continuación:
    Más allá del dinero - https://www.youtube.com/watch?v=56jYpd8MN6U

    Un gran abrazo y a petición del público más relatos marcianos :-))

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    1. La verdad es que sí, cada esta más cerca , valga la redundancia y lo peor que no podemos hacer nada para impedirlo.Bien, Entonces, la veré en cuanto me sea posible.
      Bueno ya sabes.
      Me alegra tu punto crítico.

      Un saludo!!

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  2. Interesante tu relato de ciencia ficción, aunque me ha dejado un tanto angustiada porque no sé si seremos capaces de cuidar más la naturaleza y el mundo en el que vivimos.
    Besos

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    1. Cierto, creo que no siempre cuidamos lo que a simple vista nos parece hermoso, pero por lo menos algunos lo intentan. Gracias, me alegra mucho que te haya gustado.

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  3. Y felicidades por ese dibujo, me ha parecido precioso.

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    1. Gracias Conxita, tomo nota de la apreciación. ¡¡Muchísimas gracias!!

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  4. Muy buenas keren, es un post que hace pensar, la vida, la naturaleza, los avances, el futuro... por más que pasa el tiempo parece que las personas aprendemos menos o aprendemos y solo ponemos en práctica lo más cómodo, lo más egoísta, lo que nos da la gana. Estamos perdiendo la humanidad. Un saludo

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    1. Qué no... yo creo que aunque sea tarde, acabaremos reconociendo al mundo que nos rodea y en el que vivimos como el que se merece ser. Si que es lamentable cómo la gran mayoría de los logros se consiguen a través de cosas malas, muy malas, pero no se si seré demasiado optimista pero quiero creerlo. El problema, es ¿Qué podemos hacer para mejorarlo?

      gracias por tu aportación siempre tan reflexiva. Me encanta.

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  5. Hola Keren,
    He leído el relato de ciencia-ficción de principio a fin. ¡Qué imaginación! Se nota una mano experta en la elaboración del relato, porque tanta imaginación, y desarrollo del mismo no es fruto de la casualidad, sino del trabajo, de escribir y reescribir.

    A mi me han dicho siempre que deje reposar los textos un par de días, ya que hay siempre algo que se nos olvida en el tintero. (Soy algo impulsiva, no lo puedo evitar).

    Por supuesto que el dibujo me ha parecido precioso. ¡Felicidades Keren!

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    1. Hola Lola,
      Me pasa que soy muy de imaginar pero me da verguenza esta vez me he dejado llevar mucho.
      Me hace feliz que te haya gustado. En serio, gracias.

      A mi me gusta más escribir.Pero cuando leo me entran unas ganas irrefrenables de escribir. A veces, es demasiado. jeje!!

      Gracias por tu aportación, también muy grata en El Rincón de Keren.

      Saludos!!

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