Almería, Fotografía propia |
La mañana transcurría serena, ávida de sentimientos, cercana por la calidez, tranquila porque las calles aún dormitaban y el paso firme, pero decidido. Si había un lugar que le transmitiera tanto con tan sólo observarlo, esta, era Almería.
No era el llegar al lugar, era cómo a su paso la luminosidad se abría camino y si después de tanto gris, de tanto blanco congelado y tanto frío sentido en cada extremo de su cuerpo un poco de azul, era un trocito de paraíso contenido. Contenido porque había llegado finales de Abril y eso en un buen ibérico, significaba ... Más lluvia.
Andante, decidida y un poco excitada por el clamor del buen tiempo, sus pasos le se dejaron encandilar, sus ojos observaban las flores, ¡qué bello espectáculo el de la primavera! Era como si un pintor hubiera estallado de felicidad, como si el buen gusto por los colores en cada pigmento los hubiera escogido intencionadamente, aquello era la verbena natural. Y si bien estaba disfrutando, también estaba maravillado.
La rambla es engañosa, pues puede parecer que hay mucho trayecto y lo cierto es que había tanto por lo que hacerle sonreír al corazón y la vista que el camino es un sorbo de agua. Sí, porque lo que mejor quita la sed, es el agua. No haciendo caso a su impulso por querer hacer fotografías a todo, llegó a una iglesia, esa iglesia fue testigo de paseos de un amor primerizo, del gentío del mercado, de la juventud en extasis, pero también de la chiquilla da acudiendo a excursiones, sin olvidar a los nuevos prometidos y novios, bautizos posteriores y comuniones... El alegre centro de la ciudad viviente, recopila escenas para recordar.
Esta vez, tuvo que hacer la fotografía. La arquitectura no era su fuerte pero quería ver otros monumentos y cerca de allí había otro. Ya tendría tiempo de verlo con calma. Acudió, serpenteando, curioseando y casi embelesado por el casco antiguo. ¿Qué ocurrió? Porqué las calles muestran un deterioro bello con evidentes motivos de no poder mostrarnos qué hubo mediante el habla? Prefería imaginar, soñar, recrear historias. No tan lejanas: "unos niños con la pelota en la calle, unos jóvenes ahora ya con más de cincuenta años en la cola de la barbería, unos sentados ojeando el periódico, otros comentando el día, las mozas con su falda de tubo y su rebeca, a la compra o a la iglesia.. "
Se quedo quieto observando con deleite. ¿No sería quitarle emoción al pensamiento? Una sonrisa se le dibujó.
Anduvo por calles estrechas, hasta llegar a una plaza allí halló la plaza de la constitución y tuvo que sentarse. Se llevó la mano al bolsillo y se dio cuenta que había olvidado la libreta. Las tecnologías no eran lo suyo. La añoro.
El bullicio era evidente, el ronroneo del despertar echaba a todos a las calles y fue el momento de darle otro trago al agua y subir la rambla. No pudo evitar pensar en las palmeras, tan exóticas, tan dadas al verano. Seguía caminando. Las bicicletas se habré paso al carril bici, otras hacen por dónde pillan y es que el buen tiempo saca las telarañas, el polvo y los pesares.
Y de entre todos los rincones hallados, este fue el idóneo para superar una vergüenza infundada, leer en la calle. Y eso hizo , pasó la mañana y parte del mediodía leyendo. Hasta que irremediablemente, las tripas, en su particular hablar, Le exigieron que debía comer.
©El Rincón de Keren
Estupendo Keren, has conquistado a través de tus letras lo cotidiano,y lo has convertido en algo muy bello.
ResponderEliminarEl bullicio de la mañana, los niños, la primavera, los sonidos de la ciudad, y el hervir de la vida misma. Y por supuesto, Almería en la mirada. Una ciudad con mucho que recorrer.
Mis saludos y feliz día.
Gracias Miguel
EliminarSolo un enamorado de Almería, de la primavera y de la propia vida podría haber disfrutado tanto el paseo como tu protagonista. Y de paso que lo disfruta, nos transmite sus vivencias, sus recuerdos, sus añoranzas...
ResponderEliminarUn buen relato, Keren. No hay que escribir sobre grandes cosas para enamorar al lector, a veces lo cotidiano llega a ser muy hermoso :))
¡Un beso!
Muchas gracias por tu halago. Y por tu opinión.
EliminarHas plasmado en unos párrafos el día a día con la sencillez de lo cotidiano. Me ha gustado Keren!
ResponderEliminarEsa era la idea. Gracias Norte.
EliminarMe encantan los relatos costumbristas. ^_^ Lo bello está en día a día, y tu lo has sabido plasmar y describir a la perfección.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Muchas gracias Mireia
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