¡Hola mis lectores habituales, lectores habituales y nuevos lectores!
El día cambia según las horas. Bueno, el cielo y la
luz solar. Había tanto de cambiante, cómo el girar de las manecillas del reloj,
que nunca marcaban la misma hora, y en cada hora, algo podía suceder, todo puede
cambiar.
La mujer sentada que le da comida a las palomas, el
quiosquero que da sus buenos días con los chistes malos, que un día le
parecieron graciosos pero que ya no, la mujer de la administración que siempre
le respondía con una sonrisa amplia, el ir y venir de los jóvenes con los
padres para una nueva etapa escolar y el barrido de coches en una ojeada a la
ciudad en la que, ahora dicen y aseguran, hay que cambiar.
¿Cambiar? Cada mañana juan apagaba el despertador que ahora
era un móvil. Él y tropecientos mil habitantes más en la planta, como asiduos a
las mañanas tempranas, el café era indispensable. Daba igual como fuera, había
que tomar café, aquello del segundo quizás era más por continuar la mañana con
el buen hacer de seguir trabajando y no decaer, pero los siguientes con el jefe
y luego con el compañero ya eran algo más que por aguantar: Porque me gusta-
Solía decir juan
Durante la mañana y en cada descanso alguna cosa buena
sucedería que merecería una fotografía, algo bueno ocurriría al llegar a casa también,
pero la fotografía de su trabajo y de lo que no lo era, por unos puntos a favor, le hacía gracia. Quizás no ganara dinero, pero como mínimo esa hora
en silencio con los colegas del trabajo, no se haría inútil, inservible,
incómoda. Además, estaba acostumbrado.
Mientras deslizaba las páginas para leer aquellas noticias
que eran portada en el móvil, visionó escapadas, cenas de en sueño, libros
famosos, ocio para las familias, utilidades varias… vamos, era algo que solo
con cliquear, le ofrecía una actividad para los fines de semana. Pero su
revista favorita seguía mostrando todos los meses ese título: “¿Cómo cambiar tu
vida a mejor?” – Rezaban el titular. Pero siempre miraba la fotografía y pasaba
a otra cosa. Al fin y al cabo, su vida estaba lo suficientemente bien como para
no tener que cambiar nada.
Caminando por las calles, en una escapada con otra chica de
las webs de citas y por enésima vez se había dado cuenta de que aquello, nada
tenía que ver con lo que se escribe desde el móvil o el portátil. Caminaban
algo silenciosos después de un día de playa. No podía ser verdad, aquella chica
se había mostrado interesada por él todo el tiempo y él estaba cortado. Parecía
ocurrirle lo mismo. Pero ya llevaban una semana así. Aquello no avanzaba y con
todas las chicas con las que había quedado no ocurría nada.
Almería 2018 Imagen Propia |
De vuelta a los días solo, haciendo la compra a última hora
del día se le ocurrió pasar caminando con la compra, con unas pocas bolsas, por un
callejón solitario. Al girar la calle unos chicos que estaban fumando, todos ellos encapuchados y de una edad aparentemente joven, se le quedaron mirando.
Juan sabía que si aceleraba el paso lo único que conseguiría sería que fijaran
su atención aun más en él. Así que, continuó su camino, tratando de no mirar
atrás.
Se oyó un murmullo y gente correr. Tuvo que hacer un
esfuerzo memorable por no curiosear qué ocurría, en su decisión de no mirar,
bajo ningún concepto atrás, pero no le costó demasiado averiguar que iban tras
él. Le interceptaron en el callejón, y sin que le pudieran dejar hablar si quiera,
le robaron las bolsas con la cena y almuerzo de toda la semana. Se quedó
petrificado. No podía hablar. Salió del callejón con la mirada perdida cuando
una chica, apareció de la nada. Al ver su expresión, logró hacer recobrar algo
que se movía en él. Solo logró a emitir un desgarrador sonido. Acto seguido un
taco, después otro, hasta que cómo pudo, la mujer, logró hacer que se explicara.
Acudieron a comisaría, puso la denuncia, y cómo todo, tocaba
esperar.
Durante las siguientes semanas, juan se sentía inseguro.
Pero había logrado establecer una calma aparente ante los demás. Hecho que le
hizo interesarse por temas que antes no se interesaba. Llegó a un punto en el
que comenzó a no relacionarse, se comunicaba con los demás vía teléfono móvil y
solo compraba por internet.
En una mañana en la que aparecía en su revista favorita el
famoso titular se lo quedó mirando. Dubitativo ante la posibilidad que le
ofrecía solo un título: “¿Cómo volver a ser feliz y ocupar tu tiempo?” y "Cómo cambiar tu vida" -Se dijo que,
solo por curiosidad, iba a ojear el artículo.
El teléfono sonó en ese momento. Era Cris, la chica que le socorrió
la noche del incidente. Estuvieron hablando de cosas sin sentido hasta que hubo
un momento en el que ella le contaba cómo había superado la muerte de su novio.
Como la pintura, la fotografía y las clases de yoga habían marcado un antes y
un después. Según decía, ella lo hacia para no pensar y con poco tiempo, se
había hecho una rutina indispensable en su vida. Se sentía viva y con ganas de
seguir haciendo más cosas, pero “Días malos, los tenemos todos” -Aseguraba.
Juan sintió algo de vergüenza y algo de agobio al pensar en
salir de nuevo a la calle. Al despedirse de ella con el trato de que en unos
meses se verían, decidió que debía volver a ser el de antes. Volvió a los
documentos guardados y leyó todos los artículos que pudo sobre cómo ocupar su
vida, cómo vencer al miedo y se puso metas pequeñas.
Un día solo fue a comprar el pan y parecía que el corazón se
le iba a salir por la boca, pero aquel acto era triunfal no solo porque había
logrado salir, sino porque estaba plantando cara al miedo. Estuvo encarando la
semana hasta que ya le resultó algo normal. Pasaron muchas semanas, pero lo
consiguió. Encontró actividades para hacer en casa y fuera, pidió ayuda a los
amigos cercanos y en unos meses, salir a la calle mientras no hubiera nadie que
no conociera, le resultaba natural.
En aquellos días, Juan y Cris se habían hablado más de lo
que lo había hecho en años con cualquier chica de la red. Se animaban mutuamente.
Cris, vivía en la ciudad, pero por motivos que no entendía él, desde el
incidente no se habían visto, pero si hablado por teléfono, cada fin de semana.
Cris había conseguido que luchara por la vida que se merecía. No sabía si lo
hacía por ella, por que le gustaba o porqué, pero su corazón se alegraba cada
vez que escuchaba su voz.
Era mediodía y tocaba ir a comprar el pan, al cruzar la
calle, allí la vio con su cabello Afro y sus jeans. Su piel azabache, con una cinta que cubría
parte de sus cabellos y su frente. Esa sonrisa que había olvidado desde aquella
noche precipitaron una sonrisa bobélica, el corazón se le aceleró y por
primera vez después de casi nueve meses, sabía que estaba enamorado. Si cambiar
era luchar por el bienestar de uno mismo, y vivir la vida con los ojos de un
enamorado, estaba dispuesto a ello. Y salir con Cris, como su novio, claro.
©️El Rincón de Keren
Hola Keren, al final parece que va a ser verdad eso de que el amor es la palanca que mueve el mundo.
ResponderEliminarMe gusta que en esta ocasión sea Cris la que socorra a Juan tras el incidente, cambiando con ello, los papeles tradicionales en los relatos de chico salva a chica.
Buena y fructífera semana de escritura, un abrazo.
¿Verdad? Lo bueno de los relatos es que le puedes cambiar el rumbo y redireccionar el foco. Lamento no escribir tan amenudo estoy con obras en casa y es un rollo encontrar sitio para escribir.
ResponderEliminar¡¡Feliz semana!!
Jajaja,.. . está bien eso de sentirse como un Dios del Olimpo que rige caprichosamente los destinos de los mortales,... y es que la imaginación es la madre de todo!
ResponderEliminarEstupendo relato Keren!
Hola,
EliminarSí, es de las mejores sentimientos. Reconozco que no es de los mejores textos que he logrado pero quería darle una oportunidad a este después de casi una semana de correcciones y que, bueno, como todos se piensan que es cosa de mi o yo que sé. Lo cierto es que finalmente a quedado a modo de reflexion y de autoayuda. "Seguiré cantando mi canción" jajaja
Todo cambia, ¿pero que cambia Keren?, ¿el murmullo?, ¿la vida o la muerte?, ¿el amor?. Creo todo cambia para bien vivir o para vivir mal.
ResponderEliminarMe encanto Keren tu historia, recibe un abrazo.
Hola gustavo,
EliminarYa te has respondido tú.
Me satisface que te haya gustado mi relato. Gracias por tus palabras.
Abrazos de vuelta.