Dos Palabras: En los oníricos (Marzo)

¡Hola mis seguidores, lectores habituales y nuevos lectores!


Como algunos ya seréis conocedores, 
Solía hacer un día a la semana esta especie de reto propio del que, algunos, 
han querido hacer su propia versión y que me la han copiado así cómo caramelos en una cabalgata, la han cogido, la han hecho suya. 
No me molesta,
Algo estaré haciendo bien. 
Así que las dos palabras de hoy son... 



 RELATO: 

EN LOS ONÍRICOS

La brisa, ondulaba el prado que con el suave movimiento, animaba a el herboraceo y las florituras  seguir el ritmo de este sorprendiendo en la inmensa calma que transmitia. Pero tras unos instantes de calma y sosiego, el cielo se tornaba gris y en su foco de luz, iluminaba una planta de colores pigmentados en violeta y verdes que lograban toda su antención más plena y el miedo. Pues en ellas se las distinguía amenazadoras y llenas de misterio, lo que hacia mirarse el cuerpo palpitante, por el miedo, y sumirse en un estado de pánico que le retornaba a la realidad, con el consecuente sudor frío. 

Violeta, que acaba de soportar otro sueño recurrente. Solía pensar que el sueño que se repetía cada noche, tenía que ver con su nombre y durante muchos años, maldijo a su madre por haberle puesto aquel nombre. La cruz de sus noches, los sudores y la intranquilidad. Todo ello, fundido en un malestar que duraba toda la jornada. Y el café, podía hacer milagros pero esa sensación de que algo malo ocurriría, había noches que, la obligaban a permanecer despierta. Cómo si aquel acto, ahuyentará  al pensamiento onirico que tan malas jugadas le estaba pasando, cómo si de aquella manera, fuera más lista que que ese mundo nocturno y misterioso. 

Las noches, las pasaba con Alberto que, demasiadas veces le había dicho que 'Los sueños, sueños son' pero ella pasaba las noches buscando información sobre plantas, sobre los sueños y hasta se compró el gran libro de los sueños pero no señalaban nada destacado, nada. Todo hacia referencia a un trance en que algo bueno ocurriría pero aquellos sueños habían logrado que su estabilidad, se desmoronara. Por lo que las noches, se habían convertido en su día. Y sus días, en su noche. 



Alberto apagó el despertador, recogio lo del día anterior y se preparó un café. Uno para él y otro para Violeta. Ella, aun azotada por el sueño que le acusaba, sorbía el café con el libro sobre la mesa. A lo que Alberto asomó una mueca timida y le dijo: 

- ¿Otra vez con el libro de los sueño? 

Violeta estaba demasiado aturdida por el frio que le acompañaba tras varias noches en vela y el incipiente insomnio pero le echó una mirada cansada y algo abatida y le espetó: 

-¿Cómo quieres que duerma, si no sé que narices es eso que me ocurre?

- Vamos a ver, creo que estás sacando de quicio de más a algo tan simple cómo pueden ser las flores. Pero si son inofensivas... ¿No estarás preocupada por algo? llevabas una semana frenética con el periodico y las entrevistas y ahora que se te ha metido en la cabeza este nuevo proyecto... -Pero ella lo interpretó cómo una amenaza y le apostilló

-Alberto, ¿A caso debo ser una ama de casa, sumida en las tareas de casa y estar ansiosa por tu llegada? ¡Me niego a bajar el ritmo. Sobre todo que ahora van tan bien las cosas con este nuevo proyecto... 

-Yo solo digo que, deberías de tomártelo con más calma y no sé ... a lo mejor ... podríamos irnos a vivir a las afueras, cogernos una casa y... ya sabes ... 

-¡No! No vamos a tener esa conversación otra vez. Alberto...- inspiró profundamente e intentó sonar lo más comprensiva posible- ...Creo que estoy en un momento muy bueno para mi carrera... no quiero verme dentro de cuarenta años y preguntarme ¿qué habría ocurrido sí...? ¿Lo entiendes verdad? - Cómo si le hubieran undido el corazón sus ojos surcados de decepción dirigieron la mirada al café y luego a las llaves y la chaqueta. Le propinó un beso en la frente y se marchó a trabajar. 

Violeta sabía porque estaba tan ansioso. Alberto pronto cumpliria los cuarenta años y su reloj biológico le aullaban una familia a toda prisa. Pero ella nunca se había visto sumida entre pañales y biberones. Mucho menos, hablando de lactancia y con todo lo que acarreba ser madre. Pero, deslizó el dedo por la tablet y vió un articulo sobre ser madre a los treinta años. 
Estuvo leyendo sobre un buen rato sobre sintomas, parto y postparto. Cada vez que leía algo sobre el postparto un desanimo anidaba en su interior y de subito la imagen de aquellas flores, se acontecían y volvía al libro sobre plantas que su hermana Tania le había prestado. 



Las semanas habían pasado innecesariamente lentas. Violeta comenzaba a preguntarse si tenía razón Alberto en lo referente al cansancio. Así que en la medida que pudo, decidió aparcar el tema por un tiempo. Ya no solo por su bien, sino por su salud. Había leído que el ejercicio hacia dormir mucho mejor. Y aquella mañana, en la que otra vez el sueño le había jugado la semana pasada de siempre se duchó, se impregnó en su piel negra la crema corporal. Se deshizo de las trenzas y se acicaló el cabello rizado para ponerse un chandal y unas zapatillas e ir al gimnasio y hacer un pulso al sueño esa misma noche. 

Las primeras semanas, el ejercicio hizo su función. Caía rendida y dormía del tiron. Al suceso, se sumaba su buen humor y los dos kilos que aunque, no estaba gorda, había perdido. Se la veía radiante, fervorosamente fuerte y llena de vitalidad. Pero algo en la mente de su redactor debería de haber hecho mella porque aquel mes, se había puesto de moda fotografiar a los hijos de los famosos y contar a cerca de su embarazo. 'Baby mom' se hacía llamar el movimiento y por mucho que ella quisiera rehuir el tema tenía que entrevista a algunas de madres más prestigiosas del panorama famoso. Lo que significaba un fastidio para ella. 

Era domingo por la noche, mientras en la cena ella le contaba lo que su director le había exigido, Alberto rebosaba de felicidad con una sonrisa amplia de oreja a oreja. Con su particular 'A ver si se te pega algo' Violeta estaba que trinaba. Pero era una profesional y no iba dejar que aquello le produciera malestar. 
Aquella noche, los sueños volvieron con más fuerza e intensidad. La noche antes de entrevistar a Penelope sobre cómo es ser madre y cómo compagina vida familiar y trabajo. 

Aquella misma mañana los nervios le atacaban por lo que tomó una infusión media tostada y salió escopeteada hacia el restaurante donde se encontrarian. 

La entrevista duró una hora exacta en la que los ojos de la famosa española irradian felicidad por todos los costados y relataba con sumo detalle cómo se habían organizado para que todo aquello no les superara. Pero claro, Violeta pensaba que , si ella tuviera la fortuna de aquella, traer hijos al mundo sería cómo hacer churros. Sin embargo, disiparon sus dudas cuando esta le afirmó lo afortundos que eran por poder ofrecerles a sus hijos, oportunidades que otras familias, a lo mejor no podían. Y que , aun con todo, procuraban inculcarles los valores adecuados como la conciencia de lo que es tener un plato de comida, tener buen corazon y lo importante de estudiar. Valores y privilegios que ahora gozaban y que se esforzaban por hacerles entender que no todos pueden acceder a ello. Pero que conesfuerzo y tozudería. Todo se anda. Fue entonces, cuando a Violeta se le clavo en el pensamiento una barriga de embaraza, cogida de la mano de Alberto y de pronto se aparecían esas malditas flores. 
Se mareó. Tanto fue así que tuvo que tomarse un vaso de agua y pasar la conversación a la terraza para que le diera un poco el aire. 


Era tarde, se había quedado en la redacción a acabar los ultimos detalles de todas las entrevistdas. Una vez enviado el articulo, recogió y se dirigió a casa. En casa estaba su pareja que le comentaba que había llamado su hermana acto que ella llevaba repitiendose desde el incidente del mareo. La llamó y quedaron para verse al día siguiente y ponerse al día. 

Cuando Violeta le comentó a su hermana Tania lo sucedido con la entrevistada se echó a reir y entre atonita y desconcertada escuchó cómo su hermana mayor, le anunciaba lo siguiente: 

-Esto no es más que el deseo inconsciente de lo que realmente quieres en este momento.

- ¿A qué te refieres? ¿Crees que me estoy... autoengañando?

- En efecto. Vamos, las flores indican un época pletorica y el inminente momento en el que ... - esbozó una media sonrisa y siguió- en que puedes ovular mejor. - Boquiabierta y sin saber qué reponder continuó- Lo te quiero decir es que , inconscientemente, tu cuerpo te diciendo que estás preparada para hacer bebes. 

- Pero ... ¡No soy una maquina de hacer bebes, Tania! tu misma sabes que no quiero tener hijos. 

-En este caso, tu mente no va con tu cuerpo, sino tu subsconsciente. 

-Y ¿Qué se supone que debo hacer? ¿Ponerme hacer bebes cómo una loca?

-No, - rió - Solo sopesar tus verdaderos sentimientos, piénsalo. 

Un silencio fue interrumpido con las tostadas que traía el camaerero y la posterior desviación del tema. Pues la hermana menor, no quería hacer caso a lo que su hermana mayor le sentenció. 

Aquella noche el sueño se sumió en un prado, ella y Alberto abrazados mientras él le acariaba la grande barriga en ese mismo prado y sonreian alegres y pletóricos ante, lo que parecia ser la alegría que los dos andaban buscando en ese sueño onirico. A la mañana siguiente se levantó hizo pis y al abrir el armario vió las compresas. Se dió cuenta de que, llevaba dos meses de retraso de regla. Bajó a tientas y sin hacer ruido a la farmacia compró un predicto y tras diez minutos agónicos de incertidumbre el aparato dió positivo. 

¡Estaba embarazada! ¿Cómo podía ser? habían tomado muchas precauciones pero de nada había servido. Llamó a su hermana y quedaron en la cafetería de siempre y entre sollozos ella le dijo: 

-¿Qué voy hacer? mi carrera, mis proyectos, todo... 

-¿Tu quieres tenerlo? y lo que es más importante, ¿es lo que realmente deseas... ? sé sincera.

-Bueno... - tragó saliva y enjugó las lagrimas- No te voy a negar que al entrevistar a todas esas mamás, algo de envidia sentí. Algo dentro de mi se movió, y ya no me hacía tantos ascos tener hijos pero ... ¡No! ¡Tania! no voy a ser una buena madre... 

- Aprenderás sobre la marcha. Así lo hacen todas. No te preocupes, nos tienes a todos y sobre todo a Alberto que al pobre le va a dar un patatus. -Rienron al unísono. 

Las dos se miraron a los ojos y se abrazaron. Y Tania le preguntó: 

-¿Entonces? ¿qué vas hacer?

-...Tengo un buen trabajo, una buena vida, dentro de mis posibilidades y tengo un hombre que me quiere con locura. ¿Porqué no? Aunque, no te lo voy a negar. ¡Estoy aterrada!



Rieron a carcajadas y se despidieron entre alegría y risas. Al llegar a casa, Alberto encontró un chupete y un biberon cómo llavero en una cajita y los dos lloraron de alegría.

 Tiempo después supo que aquella planta era un caliz hecho que desembocó que la casa siempre estuvieran llenas de flores como esas.

Fin.
 



©️El Rincón de Keren





Comentarios

  1. Me dejas pensando de dónde sacas tiempo para escribir tanto...Un abrazo... always
    mucha

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    1. Hola Mucha,
      jajajja todas tenemos nuestros trucos. Seguro tú también los tienes. Pero lo cierto es que estoy muy inspirada estos días aunque me voy conteniendo un poco. Espero que te haya gustado el relato. ¡¡Saludos y abrazos!!

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  2. Bueno. Con final abierto. Aunque a Violeta no la vi demasiada segura de querer tenerlo. No se como seguira en su trabajo. Un abrazo y que tengas buen sabado

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    1. Hola Gustavo,
      Lo dejo a la imaginación que todos tenemos y que tan buenos momentos nos da. Espero verte por aquí otra vez.

      Feliz inicio de semana.

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  3. Un relato que va ganando peso según avanza la narración, y que responde de manera adecuada en su resolución final a los miedos de su protagonista. La interpretación de los sueños es algo complicado por otra parte, pues si bien pueden indicar algunas vivencias o miedos, pertenecen al subconsciente y toda interpretación que se haga entra en el terreno de las hipótesis. La maternidad es otro tema que desarrollas con eficacia al mostrar los miedos naturales de Violeta, y la difícil conciliación de hoy en día entre trabajo, y dicha maternidad. Saludos Keren, feliz domingo!!

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    1. Hola Miguel,
      Espero que me perdones, bueno el caso es que los miedos y esta vida tan dura que nos ha tocado a algunos es el miedo que muchos de nostros, hombre y mujer, tenemos que darnos a veces, los que, siendo honestos, Nos cuesta las habichuelas salir adelante. Teniendo en cuenta todo lo que conlleva criar a un hijo, que, noes tarea fácil. Los sueños son el puente a los anhelos más profundos de Violeta. Ensalzando a la naturaleza así cómo el poder que esta ejerce en nosotros.

      Gracias de todo corazón por tu tiempo.

      Feliz inicio de semana.

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