¡BIENVENIDOS A EL RINCÓN DE KEREN!
¡Hola, mis seguidores, lectores habituales y nuevos lectores!
Camino en pos de la ignorancia. Nada sé. Palabras que son abruptas y desgarradoras, rajan mi piel y vapulean mi mente hacia tierras desconocidas, por las que la prosa, no es un decoro, nada entiende. El mundo literato, ha sido mi vida. Y, me pregunto... ¿Por qué?
Entre las malezas de un día en la montaña, puede que tenga la solución. Camino y camino, y hallo la paz que busco, el agua que corre por las tuberías, hoy ha calmada extasiada, toda la inquietud por largo trayecto que por ende, reconforta la tarde. Y... ¿Lo he absorbido? en mi mente la sensación es complaciente, explota la felicidad y la no contradicción. He hallado una manera de hilar los sentimientos bellos, de buen ver, para conocer la herramienta de este día, que, habrán otros, pero quiero justificar, este día bueno, por si las musas no volvieran, por si el animo, socavado de emociones impuras, contaminen mi mente para no hallar consuelo. Tengo una herramienta, sé cómo usarla y sé que me alivia la desidia, y sin embargo, desecho cuan fantabulosa idea de este día merecedor de una fiesta ansiosa de risa y champagne, por el miedo al otro lado del bosque oscuro. Tengo la herramienta y me regodeo en la parálisis de un día que prendió la llama de cómo es lo que se puntualizó, podría ser mejor, llenado la botella de pequeños malestares que ahora son un monstruo guardado en el armario, en la casa de mi vida, en mi azotea, en remendar de la vida... ¡¿A caso no hay salida en esta esplanada que viendo la arboleda me anuncia que hay otro paisaje?!
Añoro el cariño de mi madre. No no es que no lo tenga, es que siento que el mal anida en mis regalos de amor, esos que me he proporcionado hoy, y ella calma, amansa y aunque le cueste, me abraza. No necesariamente con abrazos cálidos, me insta con palabras reconfortantes, y quiero que me coja de la mano dos días, para caminar los otros tantos, y cientos de otros días, para que vea que el soporte sí que está, si que lo puede, si que ha calado esa llamarada candente, ¿Lo ves? hay otra herramienta.
Cargo mis sacos de lo que se supone, tengo que asumir, tomar, coger, accionar y desmontar, la niña de la chuche, no puede estar alimentándose siempre, de malos presagios. La carga de lo asumido, lo superado sola, y el abismal encuentro con la pared de hojas, en esa arboleda que parece todo un reto, ¿Qué hay al otro lado? ¿Podré traspasar el zarzal? ¿Lo valoraré? y si... ¿Salgo más dañada que la última vez? Cargar, y hablar, dos tareas imposibles que asumir, no son compatibles, pero que a todo, intenta ser entendido, si ya sé lo que es una carga, transportar el miedo, hacerlo añicos y con todo, afrenta al trabajo. Las palabras, no se las lleva el viento, pero encuentro un importunio así cómo una barrera, para darle alas, al nuevo viaje.
Me ahogo en un mar de palabras, porque sé que puedo, pero no quiero en vez de cargar yo, este pesado bagaje, me lleven a cuestas a mí, y mi equipaje, además, no saliendo de este barro por lluvia y la tempestad, si acaso hay un tornado, que deshaga mi viaje hermoso, el que ya he recorrido por seguridad, ¿Cómo enfrentarse a un campo lleno de espinas, lúgubre, inestable, impredecible o poco seguro?
La herramienta del que nada sabe, y todo lo quiere saber, del que habla y no calla porque es más fácil, documentarse del miedo, para no hacer nada, en esa zona habitable, sin terremoto ni turbulencias... donde todo luce embellecido, sigue y resuena la pregunta... ¿Qué hay al otro lado?
Este es mi mundo, donde terror y caos, desestabilizan mi equidad, mi eje, mi transformación... creando dudas que no quiero, no puedo, no afronto por lo que no sé, si se trata de no saber.
Es fácil decir, ¡ARRIESGATE! el miedo y las emociones son la perca, la oz, ¿Le temo a la vida? ¿No lo voy a superar?
Tras ese límite, tras esas dudas, donde el perecer , teniendo soluciones, solo queda en el tiempo...
Y, si no es ahora... ¿Cuándo aprenderé?
FUSTIGACIÓN.
Vuelta a empezar.
El Rincón de Keren, recomienda ésta frase, de Justo Aleounedine para la revisión del ser, estar y transformarse.
Parece que estás lidiando un conflicto interior. Espero que se solucione, sea lo que sea.
ResponderEliminarEs más bien, la imagen del que ve y la imagen que tengo yo misma de mí. Al final, siempre hay una parte que entiende lo que quiere, aunque intentes mostrar que no es así. Gracias por pasarte por aquí. Saludos, Cabrónidas!!!
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