"VERDAD" [ Relatos y Cuentos ] - El Rincón de Keren

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 ¡BIENVENIDOS Y BIENVENIDAS!

¡Hola, mis seguidores, lectores habituales y nuevos lectores!

En la actualidad, es difícil identificar el racismo que está más enmascarado, y recordé esas situaciones en las que, decir o contar algo se volvía casi una rebelión, por estar ocupado intentando demostrar que lo que haces, consigues, lo que preparas o lo que con tanto esfuerzo, se vuelve una gran duda para el interlocutor no negro. Estar tocado y hundido, tal que flota, por la desesperación de ser veraz, porque claro, no puede ser que sea real o que lo hayas conseguido dignamente. y me hace preguntarme, en esas situaciones que condenamos la sociedad si sería igual para una persona que para otra. 

Desde mi punto de vista, no. Pero, ¿qué opinas tú? 

POR ESO TE DEJO ESTE RELATO, QUE HE TITULADO... 

 

"VERDAD" 

Deslizó su mano hacia el móvil. La alarma llevaba sonando un buen rato. Pero no pasaba nada, eran prudenciales. Su hora eran las cinco de la mañana. Esa hora puede que no estén puestas las calles, pero más le valía estar en pie, para lo que le venía encima.

 

Se fue a la cocina, se sirvió un café y unas tostadas. Untando la mantequilla y la mermelada, le hacían el desayuno digno de disfrutar, en cambio no podía recrearse mucho. El baño le esperaba. Lavo lo ensuciado y se fue directa al baño, comenzaba su ritual: se quitó el gorro se miró en el espejo, resopló y comenzó a deshacer los twists de se cabello afro, acto seguido, después de un rato grande, cogió la crema hidratante y comenzó a extenderla por el cabello, por todo el para luego desenredarlo. Se hizo un peinado que consistía en una trenza timiní que cubría la corona, y el cabello de atrás al vuelo. Unos accesorios para darle alegría y se lavó la cara y los dientes, ya habiéndose duchado.

 

Cada día elegía un estilo distinto. Pero desde que se había engordado, cada vez le costaba más encontrar algo a su medida. Podría quejarse de aquello o podría intentar encontrar algo con lo que se sintiera cómoda. Lo segundo costaba y no siempre tenía el humor para ello. Al fin y al cabo, en redes el cuerpo que más recibía corazones siempre era "delgada o flaca, tetas grandiosas, culo respingón y barriga plana" no hablemos de cánones, eso estaría mal. Porque cada vez que intentaba explicar, Shango lo mucho que le había costado encontrar ese atuendo, le decían, "lo que tienes que hacer es adelgazar".

 

Puestos a elegir cómo tenía que sentirse, justo después de arreglarse, se miraba en el espejo de arriba abajo, sonreía y salía al mundo en busca de clientes.

 

Shango trabajaba cómo Microinfluencer para varias agencias, pero lo que le daban era miserable para lo mucho que trabajaba. Si hoy en día tener seguidores es tener dinero, ahora estaría en Maldivas tomando un cóctel con su amiga Raquel. Pero cómo el mundo no gira en esa dirección y el trabajo se resumía en... "Lo tomas o lo dejas. Hay un millón cómo tú. Las hay a patadas. Tómalo o déjalo" no tenía muchas opciones. De ese modo, muchas veces hacia encargos gratis. Por aquello de la experiencia. Pero bueno, no os he contado cuál es su oficio. Shango tenía que escribir críticas de cine y por otro lado era editora en una pequeña revista. No contenta con eso, pasaba sus fines de semana, estudiando y engullendo libros a mansalva. Por lo que el tiempo para el descanso, no era una opción.

 

Durante el tiempo que vivió en Murcia, una nueva oportunidad le surgió, trasladándola a Madrid para augurarle nuevos proyectos. Y cómo todo era online, nada le ataba. "En cierto modo se sentía hija de nadie, libre para todo". En esa época, no dejaron de ocurrirle cosas casi imposibles de creer, empresarios insinuando algo, ofertas para Nueva York, viajes pagados, ingresos de sus proyectos... quizás lo extraño era que lo que su mejor amiga siempre le preguntaba.

 

—Y ese tío, ¿Es un empresario de mucha pasta?

 

—Sí

 

—Y ¿está interesado en ti?

 

—Eso parece

 

—Esos hombres no suelen estar interesados en nadie. Seguro que está casado o es infiel. ¿A ti te gusta?

 

—Pues no lo sé, yo pienso que es mi jefe y ya está.

 

—Haces bien, ese tipo de hombre sólo se fija en mujeres vacías, modelos anoréxicas, o mujeres de mucho éxito para pasearlas y exhibirlas cómo trofeo... no es para ti.

 

Pero ninguno era para Shango, ¿Demasiado gorda? ¿Demasiado exitoso? ¿Demasiado guapo? ¿Demasiado exigente? ... ¿Qué era lo que debía tener Shangoo para que darse cuenta de que era una mujer exitosa?; ¿quizás no famosa, pero era feliz con lo que tanto sudor le había costado?

 

Entonces, en uno de sus trabajos, tenía un encargo muy inusual, el que accediera a hacer aquella crítica, que por cierto tenía muy malas referencias de otros países, ganaría un viaje a Maldivas con todos los viajes pagados para dos. Shango, pensó en su amiga, Raquel y ella paseando por playas paradisíacas con un cóctel en la mano, tocándose el kiwi a dos manos.

Pero el trabajo resultó ser en parejas y la persona que le tocó, aunque tenía muy buenas influencias, tenía fama de ser un baboso mujeriego que se aprovechaba de las trabajadoras. No sabía qué hacer, el viaje estaba muy bien y la verdad, llevaba tanto tiempo trabajando en automático que necesitaba un descanso. Por otro lado, acceder a aquella petición la hacían pensar cómo saldría parada:

 

1) probablemente le ascendendieran de categoría

 

 

2) ¿Accedería sabiendo que su carrera estaba en peligro?

 

 

No sabía cómo llevar aquello así que cómo siempre hacía, se tomaba un fin de semana de descanso, para reflexionar. Finalmente, pensó que por tal de ver a su amiga feliz en aquella playa las dos disfrutando, valdría la pena, y se reirían de aquello.

 

Así que los días llegaron, teniendo lo peor pero también, sabiendo que muy buena en su campo y que sabría defenderse.

Los primeros días, Isidro rozaba su hombro casa vez que se dirigía a ella; ella al principio lo dejaba pasar, se concentraba en hacer un buen trabajo.

 

Al siguiente día, Isidro, rozaba disimuladamente, su brazo contra el de Shango pero es que mirando las diapositivas, el se acercaba por detrás de ella y la cogía de la cintura susurrándole...

 

—Hoy estás preciosa, y tan sólo nos quedan dos días más...

 

—Por favor, quiero acabar esto, es importante para mí. E imagino que para ti también. - obviando el hecho de que le había dejado pasar demasiadas "cosas"

 

—Está bien, está bien... quieres un café, estoy que se me derrite el cerebro.

 

Entonces pasaban un rato charlando y se daba cuenta de que, si no fuera tan lanzado, y calenturiento, podría tener a la chica que quisiera; pues era un hombre ambicioso, luchador, y sensible cuando tenía que serlo. Pero entonces se quedaban solos y se convertía en una bestia parda.

 

Decidió acertar mejor en estilos del todo nada llamativo, ni colorido, optó por el negro por muy negra que fuera ella. sin escote, sin raja en la falda, sin transparencia y nada de maquillaje excesivo.

 

El tiempo pasó llegando el último día.

 

Isidro estaba abatido y lo sabía porque estaba con mirada triste y más concentrado en el trabajo que de costumbre.

 

—Sé que me voy a arrepentir de esto, pero... ¿Qué te sucede?

 

—Nada...

 

—Ay... cuéntame no muerdo.

 

—¿Prometes que no te reirás?

 

—Jurao’- levantó la mano

 

—Hay una mujer que me ... bueno ... me tiene loco... pero creo que la he cagado....

 

Shango sabia o intuía porque, pero decidió saber más.

 

—¿A sí?  No me digas.

 

—No te hagas la loca todos sabéis mi fama de ligón ... - espero unos segundos su reacción

 

—y no sólo eso... - se le escapó a Shango

 

—¡¿Qué?!

 

—Mira, Isidro, si quieres que te sea realmente sincera... no te entiendo.

 

—¿Cómo?

 

—Eres un Chico atractivo, eres ambicioso, perseverante, y sensible, ¿Qué necesidad hay de abordar, a una mujer o de humillarla?

 

—¿Humillarla?

 

—Crees que no me di cuenta cuando rozabas tu brazo o me cogías de la cintura... no te hace falta todo eso...

 

—Tú creerás que no ...

 

—¡Pues claro que no! No hay necesidad de hacer sentir asquerosa a una mujer. O un objeto sexual...

 

—¿En serio me dices que tú te sentiste cómo un objeto sexual?

 

—Y cosas peores... por favor, nomo hagas más.

 

—Vaya, no sabía que tuvierais esa impresión de mí lado tías. Pero es que si no lo hago ¿qué otra opción me queda? Soy tímido y la verdad, no con cualquiera me sincero, y cómo salga de aquí esto... ufff!!!

 

—Sé tú mismo, Isidro.

 

La jornada acabó con unas cervecitas en el don Pepe y unas bravas con los colegas. Al despedirse, Isidro le dijo de acompañarla a casa y ella accedió.

 

—Quiero darte las gracias...

 

—¿Por qué?

 

—Porque me has abierto los ojos. Ahora puedo cambiar. Y ser una mejor versión de mí. Me mudo a Berlín. Y quiero que ocupes un puesto de prestigio en el trabajo. No acepto un no por respuesta. Mi secretaria hablará contigo mañana.

 

—Pero...

 

Pero Isidro se alejaba corriendo en dirección al taxi riéndose.

 

A la mañana siguiente la resaca era el preludio del no volver a beber, pero qué demonios, sabía que eso no iba pasar. Por suerte era fin de semana y el móvil reposaba en el escritorio.

 

Una llamada entró.

 

—¿Hablo con Shango Sarang?

 

— La misma

 

—Le llamo para comunicarle que ha sido seleccionada a través de su crítica de cine para un viaje para dos a Maldivas. Y del mismo modo, algo que no sabían los trabajadores era que se les estaba a prueba para recolocar la plantilla: es usted la nueva presidenta del cines yelmo crítica online. Y colaboradora, oficial de su revista...

 

Cuando oyó todos los cargos no podía creerlo así que cuando colgó quedó con Raquel para darle la buena noticia. «¡Maldivas!», pensó Shango

 

Pero luego pensó que:

1) había sido cosa de Isidro

2) que todos pensarían que se ha liado con él o algo por el estilo

3) ¿Merecía ese puesto?

 

Llamo en seguida a Isidro.

- Antes de que me digas las posibles causas por las que me preguntas esto, has de saber que ya sabía que eras muy profesional en tu trabajo, y lo puse a prueba en la crítica conjunta. Eres una mujer formidable, luchadora, y capaz de lo que sea. Este puesto es tuyo porque te lo mereces, hablé con los de arriba, es cierto, he movido algunos hilos, pero no es a mí a quien tienes que rendirles cuentas, ellos creen que haces una gran labor. Te mereces esto tanto o más que ninguno. Así que ahora no dudes de esto. Disfruta de tus vacaciones porque luego tendrás muuuuucho trabajo.

 

Acto seguido colgó. Sin dar pie a nada.

 ***

Dos semanas después la conversación se repitió con Raquel.

 

— ¿Y seguro que no te acostaste con él? A mí puedes contármelo, no te juzgaré.

 

Ahí Shango se dio cuenta en lo equivocada que estaba en creer que eran amigas. Una amiga no dudaría de si es verdad lo que lo dices ni te haría cuestionarios interminables sobre lo que se supone que has dicho o hecho. Esa misma tarde, zanjó su relación de amigas para siempre. Al siguiente día se iría a Maldivas y allí, se daría cuenta de algo:

 

«Soy una maldita perra empoderada»

 

 ¿FIN?

 

Me gustaría hacerte llegar ésta frase si en algún momento te has sentido que tienes que justificarte a pesar de que estás dando todo de ti, de que pones tus mejores esfuerzos por la tarea que sea, si en algún momento con esa amiga, has tenido la imperiosa de tener que aportar PRUEBAS, para ser creída. 


                                        BELL HOOKS- 

“A veces la gente intenta destruirte, por la misma razón de que reconocen tu poder, no porque no lo vean, sino porque lo ven y no quieren que exista”. - Citada en Redefining Realness: My Path to Womanhood, Identity, Love & So Much More, de Janet Mock, 2014

-Fuente:independienteespañol.

 

 


Espero que hayas disfrutado lo suficiente cómo para sacar tus propias conclusiones. y revisarte seas el tipo de persona raza y cultura que sea pero en especial, no blanca. 
 
Además, si has llegado hasta aquí te dejo un recurso de escritura por si no has identificado el tipo de relato que has leído y algo por el «El día de las Escritoras»
 
 
 
 GRACIAS POR LEER Y VISIONAR MI CONTENIDO.

©El Rincón de Keren  

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