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Tras las calles del boulevard, aparece una mujer de curvas sugerentes, andares con clase, vestido ajustado, medias negras y gorro a juego, en su brazo derecho un bolsito en el que guarda todo lo necesario para una mujer. No puede faltar el pintalabios rojo, el rímel, el lápiz de ojos y brillo. Sus pasos son firmes y se desliza con suavidad hacia el bar con la seguridad de algún famoso, ¿sería ella un personaje público?
Esa mujer no es indiferente a nadie. Mucho menos a los hombres. Baja las escaleras del local y se sienta en la barra pide un Gin Tonic y saca su pitillera mientras repiquetea con los dedos de la otra mano sobre la barra con aire evocador. Se acerca un hombre, otro, y al cabo de unos minutos está rodeada de varios hombres a su alrededor mientras ella intenta ser amable con todos ellos. Corren las rondas a cargo de cada uno de ellos, con la intención de aflorar algo en ella hasta que aparece un hombre con americana, camisa blanca y pantalones grises. Todo el local se gira en cuanto sube al escenario y le dedica una canción aquella mujer que casi está acosada por tantos hombres. Todo el local se gira para mirarla mientras suena la canción, unas palabras suenan de fondo a lo que ella, no hace mucho caso.
Ella, en su interior se queda anonadada, no puede creer el gesto de aquel muchacho mientras uno de los hombres le ofrece un cigarrillo como si fuera lo mejor que le puede ofrecer.
El muchacho se acerca a ella y dice bien alto, para que todos queden enterados, por si no quedaba duda:
- ¡Cariño, llevo toda la noche buscándote! ¡Qué difícil es encontrarte los jueves!
Todos los hombres se esfuman en un Santi Amén creyendo que es su marido, o algo parecido. Ella no puede evitar sonreír y seguirle el juego para averiguar hasta donde llega esa broma.
El muchacho baja del escenario, se desliza con aires de grandeza hacia ella, con buen porte y le susurra al oído:
- De nada… - dice con destreza mientras se saca un cigarrillo del bolsillo y ella creyendo que sería para ella. Se lo lleva a los labios mientras le hace un gesto para que la acompañe fuera del local. Ella no puede creer lo que ve y sigue, para llegar hasta el fondo de la cuestión sin decir ni una palabra.
Salen cogidos del brazo de aquel muchacho mientras toda la gente que había venido a pasar un buen rato automáticamente, se van girando y volviendo hacer su cometido.
Una vez en la puerta, él, inspira y exhala humo unas cuantas veces hasta que decide pedir un taxi e irse, así como ha venido, no sin antes decirle:
- Un placer ayudar a damiselas en apuros. – le brinda un beso en la mano.
Ella queda exhausta por lo que acaba de ocurrir y se pregunta mientras se aleja el taxi si volverá a ver a ese hombre con tan buen talante. Su corazón palpita estrepitosamente. No puede creer que existan hombres así. No obstante, se repite para sí misma que solo fue una casualidad, como otra cualquiera, qué nadie en su sano juicio y mucho menos en los tiempos que corrían, haría algo así desinteresadamente pero sin embargo , era el primer hombre que no la invitaba a pasar la velada con ella.
Comenzó a creer que quizás, las casualidades venían de la mano de lo inesperado, de lo que uno menos imagina, del destino, pero si era así ¿cómo es que no le ocurrió algo así antes? ¿Cómo se llamaba ese muchacho? ¿De dónde era? ¿Qué esperaba conseguir con ese gesto? ¿Lo volvería a ver alguna otra vez?
CONTINUARÁ...
Hola Keren, una introducción tremendamente sensual en la descripción femenina.
ResponderEliminarA partir de ahí, consigues captar la atención con un una buena narrativa y llevándonos a pensar en este tipo que por descontado parece inteligente. Desde luego supo captar la atención de la mujer aunque aún no sabemos sus propósitos...
Continuara....
Un abrazo Keren y pinta muy bien la historia.
Hola Miguel!
ResponderEliminarEn efecto, habrá que esperar a mañana para averiguar un poco más.
Gracias por pasarte, para mi es un honor tu paso por mi BLOG. Como siempre.
Un gran saludo!
Estupendo relato!
ResponderEliminarHola Angel!
ResponderEliminarHoy continua, te quedas y averiguamos más?
Gracias por tu comentario. Un saludo!
Hola!! Te he leído por primera vez y me ha encantado tu manera de describir a una chica 10 cansada de los típicos chicos del bar, y cómo recupera la esperanza en los hombres.
ResponderEliminarMuy buen relato! Un beso :)
Hola María!
ResponderEliminarGracias por pasarte por mi BLOG te comunico que hay una segunda parte. Te animo a leerla. Gracias por pasarte y sobretodo comentar. Un saludo!