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Aquella tarde, se reunieron en una salita de estar ubicada justo al lado de la habitación del Padre. Los cuatro hermanos, estaban expectantes. No sabían lo que les que les quería decir su progenitor. Quizás, ¿Había hallado la manera de que no les molestaran aquellos ricachones? O por el contrario, ¿habría decidido a quien dejaría la herencia?
Don salió del aseo acompañado del mayordomo. Éste le sujetaba como podia mientras daba pasos cortos hasta llegar a una butaca y acomodarlo encima de ella.
Don , cogió aire y dijo:
- Como sabéis, los grandes magnates de casi toda la zona, han comenzado a prácticamente acosarnos. He llegado a una única solución después de varias. –dijo vehemente sin dejar de mostrar tranquilidad en el asunto.
- ¿Cómo nos los vamos a quitar de encima padre? – dijo Carlotta
- No haremos tal cosa. – dijo Don y añadió – Estos hombres, no van en busca de nuestras posesiones únicamente.- dijo mientras buscaba en su bolsillo un cigarrillo. Los tres hermanos se miran curiosos y sin entender absolutamente nada, excepto Helena que se acerca a su padre y ésta añade:
- Padre, deberíamos de ocultarla hasta que todo esto acabe. -advierte Helena
- No solamente ocultarla. Os ocupareis los cuatro de encontrarle un buen hogar.
- ¿Pero de que estáis hablando? – dice Lettan
- ¿Por qué Helena sabe de esto y nosotros no?- dice Tommy
Don le lanza una mirada severa a Tom, y Helena comienza a relatar:
- Cuando mamá y papa se casaron mediante el abuelo, se les fue concedida una piedra muy valiosa, pero esta piedra esta en nuestra posesión debido a nuestra nobleza. Si cayera en manos equivocadas, puede que reine el caos. No solo en esta ciudad. Por eso he propuesto que sea ocultada.
- ¿Estas insinuando que esa piedra que, nuestra tiene poderes?-dice Lettan
- Exactamente- asiente Helena
- ¡Paparruchas! ¿Cómo una piedra puede poseer poder? Helena estas pasando por una mala época , seguro que esto no es más que producto de tu imaginación-Dice Tom interrumpe Don
- No hijo, Helena dice la verdad- sentencia
- ¡No es posible!- exclama Carlotta mientras los tres hermanos se miran con el pavor en los ojos.
- La idea es que la escondáis en la cueva que hay cerca del riachuelo al otro lado del valle….
- ¿Pero por qué la tenemos nosotros? Y ¿Por qué no se ha vuelto contra nosotros? O tal vez deberíamos usar su poder contra esos malditos, ¿no creéis?
- Vuestra abuela , era un poco… - traga saliva Don y añade – un poco bruja y por lo visto sus ancestros conservaron esa piedra que pasó de generación en generación dándose cuenta al utilizar los poderes de esta piedra que no era conveniente que se utilizara en vano.
- ¡Madre mía! Y ¿cómo saben estos hombres de la piedra?
- Ya no estamos ocultos como vuestra abuela, ni vuestro abuelo. Hay muchos libros, mucha información ahí afuera que habla de nuestra familia. Muchos creen que es invención y hasta ahora no había caído en la cuenta de que alguien la querría por su valor económico y no por su poder. Aunque, deduzco que es un poco de las dos cosas.
Entonces, Carlotta, entra en histeria y no puede parar de hacer preguntas:
- Sabéis todo lo que tenéis que saber sobre la familia. Esta misma tarde y con ayuda de los notarios repartiré las posesiones de la parcela para vosotros cuatro. ¡ No se hable más!
- ¿Qué haremos con la piedra?
- En el testamento, aparecerá todo detallado pero Helena os irá informando a lo largo de estos días.
Fruncen el ceño Tom y Lettan. Todo les resulta incompleto. Tanto que al ver que el padre se niega a dar demasiadas explicaciones aceptan un poco a desgana la decisión de éste.
Ya iban a irse cuando Don le hace quedar a Tom y Helena mientras que Carlotta y Lettan se esfuman por la puerta.
Ahora, en un tono más sosegado, interviene Don:
- Acércame el bastón –dice el padre mientras despliega el brazo izquierdo para servirse un wiski pero se lo piensa mejor, y se toma una gaseosa mientras Tom le acerca al mueble bar. Al otro lado de la sala Helena mira y escucha con atención. Don echa un trago y añade – Os voy a encargar la tarea de cuidar del Ámbar. Debéis esconderla pero sobretodo debéis hacerlo entre los dos. Codo con codo.
Esta decisión tenía doble filo. Conseguir que aquel par de dos confiara el uno para el otro y enterrar así, el hacha de guerra. Volver a ser como eran, hermanos. Pero había un asunto que ninguno de los dos, ni tan siquiera los cuatro hermanos sabía. Era obvio, que Helena, tampoco sabía nada. Por lo que después de que Tom asintiera a desgana, aunque Don ya sabía que iba a ser una tarea ardua. Tom, le recordaba mucho a su juventud con los hermanos de Don. Era preciso que Tom comenzara a pensar con el corazón y no con la bravura, ni el impulso de la rabia. Para ello los cuatro hijos deberían volver a acogerse, para amarse como se merecían. Don era consciente del dolor que derramaba Tom, su pequeño Tommy, que con los años había logrado sacar de su alma la bondad que habitaba en el de niño. Era preciso que hablaran, que hablaran largo y tendido pero no iba a ser la conversación que él quería oír. Bien sabía que no lo esperaría ni por asomo, las palabras que le tenía guardadas para su hijo mediano.
Primero hizo a Helena salir de la sala para que ambos, pudieran hablar en confianza. Sabía que Tom, le haría más caso:
- Ahora que estamos solos hijo. Debes saber que tu futuro está en manos de éste Ámbar.- dice mientras saca de detrás de un escondrijo secreto, en la estantería, una cajita de madera con un escudo, el escudo de la familia Graham y añade ante la sorpresa de Tom que escucha perplejo las palabras de éste – esta piedra decidirá si tu amor, tu vida y tu familia. ¿Sabes? Me recuerdas a mí de joven. Tu pasión desbocada por lo que acontece, tus más pura espontaneidad ante las adversidades y la bravura ante las injusticias te hacen débil.
- ¿débil?- dice sin acercarse a entender nada Tom
- Sí hijo. Te hace falta una mujer, una mujer como lo fue para mí tu madre. Que sepa acallar esas ansias que revolotean en tu interior por todo lo que estas sufriendo.
Obviamente, éste sabía lo que Tommy había estado guardando en silencio con respecto a la naturalidad con la que se llevaban Don y Helena. Quería despojarle del desasosiego, quería que ambos se llevaran bien. Porque lo que trataba de hacerle entender.
- Tom, ¿Has visto como es tu hermana Helena? ¿De veras no te has dado cuenta? – dijo haciendo que este quedara extrañado. – tu hermana se parece a tu madre, tan libre, natural, comprensiva , compasiva… tan natural … ¿no crees que es como tener de nuevo a tu madre en otra porción , en otro cuerpo , en otra alma?- los ojos de Tom quedaron hundidos en el recuerdo y pese a los años , se sumió en un ambiente nostálgico el cual había olvidado.
- Padre, sé que Helena no tiene malos sentimientos, pero es que…. Es que … - dice sin llegar a decidirse
- No tienes que decirme nada, tan solo prométeme que cuidarás de esta parcela, de tus hermanos y sobretodo de este Ámbar. El ámbar te conducirá a tu amor.
- ¿Qué quieres decir con que me conducirá? – dice mientras se adueñan sus ganas por querer saber más
- Lo sabrás en su momento – dice mientras le muestra un collar con un trocito del Ámbar que le coloca alrededor de su cuello y añade – prométeme que te llevarás mejor con Helena. ¿Harás caso a la última voluntad de tu viejo? – dice con astucia
- Téngalo por seguro padre.
- Ahora ve con tus hermanos. He dejado instrucciones a Helena de lo que debéis hacer con la empresa y la piedra.
- De acuerdo. – dice Tom y se marcha
Tom sale de allí, con una sensación de incertidumbre y asombro que no logra comprender. ¿Quién era su amor? ¿Realmente encontraría el amor verdadero gracias a la piedra? Y si, ¿ la piedra se equivocaba? ¿Habría marcha atrás?
Como le había mandado se reunió los demás en el porche. Dialogaron durante horas hasta llegar la cena y después de la cena, como de costumbre, a las diez irían cada uno a sus respectivas habitaciones.
Los días pasaron muy deprisa, cada día había algo nuevo que el padre les ordenaba que hicieran. Con cada una de ellas debían ser discretos. Como esconder la piedra a trocitos en lugares distintos del lugar en el que Vivian. Pasaron unas semanas y Lettan , por orden de su padre, fue elegido para ir a la gran ciudad y atender los asuntos de la empresa familiar por lo que se ausentaría por lo menos un mes o más mientras todo aquello sucedía.
Una tarde calurosa de lo que quedaba de verano, Tommy y Helena paseaban por los establos de la zona a fin de enmendar la relación de hermanos que tenían y algo de frutos estaba dando la decisión de padre de familia. Estaban un poco más unidos, se comunicaban más y se buscaban más pero Helena y su padre sabía que con palabras, no lo ganarían fácilmente.
Estaban llegando de un paseo en caballo cuando vieron a lo lejos un todo terreno que se acerca hacia la casa. A medio camino antes de llegar a la entrada, el vehículo frena en seco y ven como a lo lejos aparece una columna de humo. Deciden ir rápidamente a ver qué sucede.
Salen corriendo todo lo que las piernas les permiten y al llegar allí casi con el corazón en la boca descubren a una muchacha con el pelo castaños ojos verdes y una sonrisa amigable. La chica sale del coche y Tom se da cuenta de que conoce a esa chica:
- Vaya! ¿Otra vez tú?- dice con una media sonrisa que no puede evitar
- ¿La conoces? -Dice Helena extrañada
- Parece que mi ángel de la guarda, hoy tiene más faena de lo que pensaba- bromea ella . Soy Lucy. – dice mientras le estrecha la mano a Helena
- Hola! Soy Helena, la hermana de Tom.
- Parece que tienes un imán para los coches que hace que se estropeen o vuelquen ¿no?- bromea Tom intentando arrancarle otra de esas sonrisas arrebatadoras de Lucy.
- O eso, o la buena suerte ya se ha acabado para mi ja ja ja
- No mujer déjame que le de un vistazo al coche. ¿Cómo es que andas por estos parajes? – dice con cuidado de no entrometerse demasiado
- Me gusta la fotografía, y el pueblo me han dicho que hay mucha vegetación y unas puestas de sol increíbles. No podría dejar pasar algo así.
- Pues has llegado al lugar idóneo. ¿ Verdad Helena? – dice con énfasis
- Sí y si quieres, dejamos a Tom con el coche y te ofrezco algo de beber de mientras. – Helena se ha dado cuenta de que estos dos se gustan
- No sé … tenía intención de atravesar un bosque en el que me aseguraban que había un riachuelo hermoso…
- Tom te llevara mañana, serás nuestra invitada. Puedes quedarte todo el tiempo que quieras.-dice Helena muy risueña
- Creo que sea lo mejor, hay que ir a por piezas a pueblo y reparar una pieza – dice mientras se zambulle en el capo abierto, inspeccionando.
- Si no hay otro remedio… ¿seguro que no soy un estorbo?- se adelanta Lucy
- Tranquila, no te preocupes. Estás en tu casa. Tom, porque no le enseñas la parcela ya que ahora será demasiado tarde para ir a por la pieza. Mientras iré preparando algo para beber.
- ¡De acuerdo!
Aunque Tom no ha llegado a verlo, el Ámbar se había iluminado, había adquirido otro color más claro y Lucy que es muy observadora se ha dado cuenta, pero no dice nada.
Los chicos siguen con ímpetu a helena hacia la parcela y se sientan en el porche a la espera de una limonada o algo que llevarse a la boca.
Charlan durante varios minutos, hasta que aparece helena con una bandeja que contiene limonada y unos sándwiches. Se zambullen en un mar de interrogantes por parte Helena que no duda en hacer saber a la invitada. Hasta que nota que su presencia estorba y con mucha astucia se ausenta para dejarlos solos.
Lucy es como Helena, a su manera, es risueña, sincera, algo buenona, pero sin embargo los ojos de Tom iban en la misma dirección. Su sonrisa fresca. Había conseguido que quedara anonadado y hacerle sentir pletórico por recibir tal banquete de sonrisas. Cuanto más sonreían más cómodos se sentían y sin saberlo, comenzaba algo entre ellos.
Durante las dos semanas después Tom arreglo el coche de Lucy. Iban de acá para allá juntos habían forjado algo pero ¿el qué? Aquella noche Tom sentía la necesidad de que supiera de sus sentimientos hacia ella. Por lo que la llevó a la playa al atardecer en un picnic concertado. No faltaba de nada, había comida, bebida y un gran ambiente. ¿La haría su novia?
Todo parecía que iba bien aquel día pero la fortuna quería ponerles a la familia las cosas difíciles sobre todo para Tom. Aquel mismo día en que se suponía que iba a declararse a la que sería su chica aparecieron de nuevo aquellos hombres sedientos de más información y como dijeron a su padre, casi al final del verano todos ellos acudieron a la casa de la familia. Estaban en la puerta, a la espera de que alguien les notificara por esperanzadora que fuera alguna noticia que les indicara que podían hacerse con las posesiones. Tom salió envestido por la furia y a la vez la rabia delante de Lucy , Helena y Carlotta. Les advirtio aquellos hombres que anduvieran con cuidado pero entonces Tom recibió la llamada de Lettan desde Nueva York y le dijo que le pasara a uno de los hombres a su teléfono este hombre era John Wiss. Escucho atentamente lo que quiera que le dijera el hermano, le devolvió el teléfono y este se marchó. En unos instantes todos recibieron un mensaje en sus móviles y se marcharon de la propiedad sin alegar nada y por donde habían venido.
Después de esto , el enfado y la furia Tom se retiró. Cogió el caballo y se fue dejando Lucy con las hermanas:
- Pero… ¡Tom , espera! ¿¡A dónde vas?!- dice mientras Helena y Carlotta la cogen del brazo en señal de que le deje en paz
- No te preocupes. No le pasara nada, tan solo ha ido a pensar y ya que nuestro hermano mayo a tenido que salir a Nueva york se sentirá impotente. Déjalo, ya se le pasara
- Sé de quién me hablas Lettan ¿verdad?- dice mientras asienten las dos hermanas y añade lucy – pero quienes eran todos estos hombres? Que querían de vosotros? – Carlotta se pone nerviosa y Helena es quien responde:
- Nuestra familia está atravesando una mala racha. Nuestro padre se muere y estos buitres vienen a intentar conseguir recoger las migajas.
Ese día las tres chicas hablan, y las tres cogen buena confianza. Conversan sobre sus hermanos, su madre ya fallecida, y Lucy le confiesa su amor por Tommy, lo cual , no es una sorpresa y las tres ríen como si este calvario no estuviera pasando.
Regresa Tom, y las hermanas desaparecen dejándolos solos para que hablen. Habían tomado por costumbre dejarles intimidad como si ya fueran una pareja. Tom , venía con la mirada ciega , aunque mas apaciguado le pide perdón por su comportamiento. Le habla de su padre, Lucy le acoge , le comprende y en un mar de empatía y sosiego , se funden en un beso apasionado.
Habian pasado dos meses desde lo ocurrido y el final del verano, como predijeron los médicos Don , falleció acompañado de sus hijos, Lettan volvió en un vuelo rápido para estar con la familia. Como se dijo, debían estar dispuestos a lo que dijera en el testamento.
Todos estaban desanimados pero aquel dia que daba comienzo al invierno con las hojas de otoño Lettan reunió a todos, incluido Lucy que ya era como de la familia para leer el testamento:
“Queridos hijos míos,
Como ya sabéis todos tenéis vuestro carácter, Carlotta , tu siempre has sido fiel a tus hermanos , algo servil a desgana, pero siempre dispuesta a ayudar a los demás. Sigue estudiando pequeña llegarás a ser muy grande si es eso lo que quieres en tu vida.
Lettan , siempre has tenido las palabras certeras de hermano mayor, siempre sincero , algo timido pero decidido en tus acciones, vas a tener que ser junto con Tommy los hombres de la casa.
Helena , como no tenerte en mi corazón a ti y todos los demás. Siegue sembrando amor , sigue tu naturalidad, con tu don como el de la abuela, sigue apaciguando las discusiones, se tu misma.
A ti Tommy , realmente no debo decirte nada mas que mires a tu alrededor. Tienes tres hermanos que te quieren, te adoran y te darán cariño el resto de tu vida y esta muchacha , Lucy , sabia que llegaría a ti. No te dabas cuenta pero desde que ella llegó tu humor se apaciguó, estabas mas contento, mas accesible , la alegría anidaba en tu interior. Ella , es ese amor. No te lo dije cuando venias a mi habitación y me hablas de ella con los ojos se te iluminaban, como dos luceros. Consérvalo.
Debéis saber que todo lo ocurrido en estos meses, no era mas que una labor que lleve a cabo mediante la meditación y algo de culpa tiene vuestro tio Richard, que solía gastarme bromas de pequeños con la intención de que estas bromas fueran algo de lo que aprender. Y así, pensándolo mucho , sé que algunos os enfadaréis, me guardareis algo de rencor pero , mirad lo que habéis conseguido como família, estáis más unidos que nunca y eso es lo más importante. A petición de nuestro nuevo miembro ahora en la familia hago a oídos de todos y con la pena en el alma de Tom, vas a ser padre y los demás tíos y muy pletórico yo en el más allá , seré abuelo. Gracias a vosotros aprenderá del amor de la lealtad de la familia, el amor y el respeto , de dejar fuera la envidia. Era algo que vuestra abuela decía mucho y que vuestra madre , me lo recalcaba muchas veces.
La empresa no es mi ni de nadie , la empresa es de la familia por ello todos la conformareis y estoy seguro que la llevareis de la mano de Lettan y su nueva novia, lo mejor posible.
Os quiero a todos por igual. "
<< Con la bravura, no se llega a ninguna parte , paciencia corazón>>.
Fin.
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Sin palabras !!!
ResponderEliminarExcelente relato. He dado una vuelta por acá y sinceramente me llevo un impresión estupenda de lo que aquí se puede apreciar.
Un abrazo y buenas tardes, Karen.
Hola Joaquín Lourido!
EliminarMe enorgullece enormemente que te guste mi humilde rincón. Espero verte más a menudo por mi blog. Gracias por pasarte mi blog y echarle un vistazo. Un gran saludo!
Hola Keren, desconocía está serie de relatos que has realizado. El título me ha llamado la atención. Voy a leer los capítulos con tranquilidad. Un gran abrazo y adelante con tu magnífico blog.
ResponderEliminarGracias Miguel, espero que sea de tu agrado. Un saludo!
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