Marido y Mujer.

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Después de tortuosos e infernales inviernos, los cielos se encienden con la luminosidad de un día de Junio. El sol se levanta, es el júbilo de una nueva celebración. Ardientes deseos, calma entre lagrimita y gloriosas sensaciones que afanan a esos queridos a festejar vivaces entre copa y copa la unión de dos almas en santo matrimonio.

Los rayos de sol iluminan el vestido blanco roto de la más recatada novia la atavían con la ayuda de una madre y una tía. Generosas manos, amorosos sentimientos que se convierten en el cariño de haber visto crecer a la moza, ahora con cierto nerviosismo, rodeada por los que la quieren. Zapatos de tacón, bolso… la horquilla recogida con detalle de una flor blanca, recogen a un lado el cabello de la novia con el conjunto elegido que la llenan de orgullo. 

Copita por aquí, copita por allá. Los seres queridos van llegando en muestra de los sentimientos, el cariño y los agrados por la unión. 

Multitud de fotografías con el aliento entrecortado, los sentimientos encontrados y la consecuente media sonrisa tonta, muestran unos luceros inquebrantables ante tal día de celebración. 

El viaje hacia la casa del amor, propagan los nervios, la dicha y los sentimientos arremolinados ahora, en una maraña en el interior de la novia. Llegada a la entrada, recogida por el brazo de su el ahora el hombre de la casa, su hermano. Al fondo su futuro, es a lo lejos una curiosa figura que le hace recorrer, hiperactiva, su silueta. Flota por el pasillo mientras hace el paseíllo con los invitados a los lados, con el concurrente flash, el hombre de la casa la entrega en señal de aceptación al que será, su futuro marido. 

Ya no hay nervios, hay ilusión, una sonrisa de complicidad, tenues sentimientos que afloran con la visión del ahora "marido y mujer". La sala estalla de aplausos y la ceremonia es sellada con el amoroso sello de un caluroso beso. 



Imágen de mi boda




El Rincón de Keren
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Comentarios

  1. Felicidades, supongo que en todo relato hay una parte de nosotros y este parece muy especial para ti lógicamente.

    Siempre me ha producido una extraña fascinación ver entrar a una mujer vestida de novia a una iglesia, desde luego que es un rito muy bonito y especial para quien así lo sienta, aunque hoy en día casi ha perdido todo el contexto histórico que conllevaba.

    Me gustan también los ramos de novia y sobre todo cuando vuelan y le caen a la agraciada de turno, que caritas madre!! Un abrazo Keren y te deseo mucha, mucha felicidad.

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  2. Hola Miguel,
    Fue un momento muy bonito porque la cara de mi marido al verme entrar era , por supuesto, de asombro. Aunque entiendo que para todo el mundo debe ser algo muy especial, ese momento en el que el me miraba y yo a él , fue mágico pero sobretodo cuando el se da la vuelta y me descubre. Quedará grabado en mi retina toda la vida.

    Gracias Miguel por pasarte y comentar.

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  3. Sin lugar a dudas un día inolvidable y un relato escelente. Un beso

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    1. Sí, es un momento muy recordado por todas las parejas en ese día. Gracias por pasarte y comentar Un saludo y un abrazo!

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