¡HOLA, mis seguidores, lectores habituales y nuevos lectores! ©EL RINCÓN DE KEREN Distante el momento que un día todo estaba a su alcance, en su poder, a su disposición... Las noches eran más frías bajo el vaivén de la mirada de los zapatos que se desplazaban rambla arriba o rambla abajo. Era raro ver alguno que no fuera bonito.Hubo un tiempo en que los calzaba. Siempre hubo algo calentito a lo que echarle mano y cuantos más, más se le podía dar juego. Desde hacia ya seis años, el frío calaba en su cuerpo, haciendo mella en él para pasar la noche en vela pero, aquello no era lo más mitigoso. Quizás el placer de poder llevarse a la boca algo de comida era para él, en el más sentido placer, lo más lujoso a lo que podía aspirar. Ver como un trozo de bocata era desechado a la basura era algo que no comprendía, por otro lado, era lo que le proporcionaba la cena para dejar de oír el cro-cro del estómago. Aquello no era una vergüenza.Vergüenza sería matar, hacer daño a alguien, mentir, las