HOLA, mis seguidores, lectores habituales y nuevos lectores Nunca fui de las que miran por la mirilla para saber quién es pero, si el artefacto estaba ahí, pues habría que usarlo. Aunque solo fuera para que no me pillaran desprevenida esas compañías llamadas Frac. Sí, lo admito. Yo, Joanna, saltaba de compañía en compañía sin acabar de pagar de lo que adquiría a plazos, pero en mi defensa diré que siempre era persuadida por Carlos que, en cuanto nos subían la factura, me decía que dejara de pagar y yo como tonta, le hacía caso. Aquí hago un parón, porque si algo era absolutamente empalagoso, era ese embelesamiento que tenía con respecto a este tío. Sí, estaba tan enamorada que hacía todo lo que me pedía, y si digo todo, era todo. Y si hubiera querido, él habría hecho y desecho cuanto hubiera querido conmigo, y yo, simplemente habría acatado la orden en cuestión, sin atañer a razones, sin darle la sensatez a lo que me pedía. Diréis, 'que alivio entonces que aquella relación acabara&