¡Hola, mis seguidores, lectores habituales y nuevos lectores!
La música sonaba de la mini cadena , el monopatín de su hermano en la entrada y el calor haciendo de las suyas. Hacía un calor abrasador, pero lo que le gustaba, era deleitarse con la música del CD a todo trapo. Era algo inmenso. No existían las manillas del reloj, no existía el tiempo para aquella ocasión tan memorable y es que la música, era de aquello que no cambiaría nunca.
Sonó el altavoz que anunciaba el holograma, hecho que le hizo darse cuenta de que, ni los CDs eran ya de esta época, ni los monopatines y poco se podía decir de la presencia de algo que tuviera que ver con su hermano. Hacia décadas que no sabía nada él. Fue cómo un jarro de agua fría darse cuenta que aquella época dorada, llamados 90 , eran hoy pastillas inyectadas de hormonas que simulaban la comida saludable, los libros ya no eran aquellos que nacían de un árbol, los CD's eran cosa del pasado. Nada quedaba ya de aquella época.
La cantina de siempre. Un personaje que irradiaba por lo alto de los rascacielos de la gran ciudad, anunciaba el cometido de todos los días:
Cada alma deberá dirijirse hacia el lugar de culto a las 8:00h no olviden sus pertenencias al salir con sus claves de las cabinas. Cada alma deberá fichar sin alteración del orden, calmado y libre de armas.
Todos los días era el mismo disco rallado, y cada día cómo si estuvierámos en otro país, el cual no existía, debido al gran cataclismo por culpa de...
Me dirijo hacia el lugar de culto, deposito todas mis pertenencias antes de ir al trabajo. Me escanenan de arriba abajo con una especie de luz que me deja ciego cada vez que voy. Siempre he pensado que es solo una excusa para investigar a cerca de nuestra mente y nuestra fisiologia pero, he logrado sacármelo de la mente.
La maquina hace su función ,
Bip- Bip , chuc- chuc- chuc Acceso habilitado. puede usted volver a su lugar de trabajo.
Recojo y con total normalidad, me dirijo hacia mi lugar de trabajo, tal y como mandan los hologramas. Salgo del lugar con calma y por supuesto, sin ningún arma. Sería de locos, claro.
Si la normalidad era algo agotador para alguien tan inquieto cómo yo, anotar cada número que se asomaba en la pantalla de los ordenadores para transferirlos a un fichero, imprimirlos y luego acceder a una gran cámara acorazada en la que albergaban todas la huellas de la población para poder crear un carnet de conducción, es posible que no sepas lo que es la rutina o yo soy hiperactivo.
El costumbrista día de hoy que me obliga a guardar concentración de los, también, innumerables códigos secretos que por suerte, no tengo que memorizar .Casi resultan una alegría pero a estas alturas ya os habréis dado cuenta que trabajar en tráfico, es más aburrido que escuchar un discurso en miting. Pero el café algo más animoso y el buen sueldo, me esmeraban a querer salir de esa ciudad a toda leche.
Había oído que no muy lejos de Tierra Alma se hallaba un valle donde la vida era igual, o parecida a la de antaño. Con todo lo bueno de los años, antes de este caótico sinvivir entre máquinas, tecnología y falta de emociones.
Estaba ansioso. En apenas diez años, habia logrado acumular lo suficiente cómo para largarme a tomar viento o dónde quisiera.
Estalla la alarma y todos debemos dirigirnos de nuevo hacia el culto pero esta vez algo falla, no se oye nada, solo el sonido de la sirena y multitud de robots acudiendo a mi lugar de trabajo. Se me ocurre abrir las cámaras de video con sensor de movimiento y hallo a una chica de cabello rizado, pantalones marrones y camiseta blanca a tirantes. Parece que se ha cultivado bien a gimnasio, bueno, no es que fuera una musculitos pero estaba en forma.
Decido centrarme un poco, ¿Qué hacía ella aquí? ¿Porqué precisamente tráfico? Quizás ya me lo imaginaba pero mi blando corazón solo hizo lo que un buen hombre como yo, o tonto, tuvo la osadía de hacer. Abrir la puerta de salida y salir rápidamente hacia el coche y socorrerla. Si esos bichos automatizados la atrapaban, quizás , ni lo contaba.
Salió como esperaba. Nadie sospechó debido a algún fallo en el centro neurálgico. La chica me miró despavorida, y tuve que tirar de su brazo al mismo tiempo que espetaba: - O subes, o se te llevan . Acto seguido se introduce en el vehículo y salimos disparados al vuelo propulsado que nos lanza hacia las nubes formadas por la contaminación. Nos ocultamos entre ellas y mi bichito de la curiosidad hace de policía malo:
- ¿Qué hacía en la jefatura de tráfico? ¿Qué esperaba encontrar? ¿No sabe que está prohibido entrar sin autorización?
-¿ Eres uno de ellos?- me deja caer con una media sonrisa pero su sonrisa me eclipsa y pierdo la concentración. Todo lo que tuviera preparado, ahora, se ha ido.
-Esto... te he salvado la vida, tonta.- dije de una bufada
-No necesitaba ayuda. Se cuidarme sola
- Ja! si no te hubiera recogido, ahora serías picadillo. Sabe dios que harian contigo...- adoptó entonces un semblante serio, cogió aire y narró:
- Estoy aquí para desactivar todas las redes de conexión existentes de este planeta. Por eso... - tragó saliva- Bueno, lo que tienes que saber es que, si no fuera por ti, ahora habría averiguado dónde se encuentra el centro neurálgico de Tierra Alma. - Mira a través de la ventana con la mirada fija en las nubes que ahora se tornan de un color más rojizo debido a Marte que desprende polvo en demasía, debido a la cercanía con los siglos. Y digo burlón:
- ¡Estás de suerte! has dado con el chico adecuado. Creo que has ganado el premio gordo. Así que chica, soy tu hombre. - En mi mente sonaba gracioso. Todo en ella le hizo fruncir el ceño y poner cara de malas pulgas y lo que comenzó con algo que yo llamaba, el buen samaritano, se torció cuando ella me apuntó con su arma a los huevos. Si os digo que ya no estaban ahí, que los tenía en el gaznate, ¿Os lo creeríais?:
- ¡Vas a llevarme alli, sin bromas penosas, sin prisas, ocultos bajo el manto de la noche y me dirás todo cuanto necesite saber!. - exclamó la chica desconocida. A lo que yo solo puede responder con un gesto afirmativo debido a la enbergadura del cañon de aquel arma. Hubo un momento en el que quise mostrar mi verdadero semblante, pero no fue así.
Sobrevolamos las nubes en dirección hacia mi casa. No se me ocurria otra manera de hacer tiempo hasta que oscureciera y fue alli dónde nos cobijamos cómo fugitivos que eramos. Quise saber más. Aunque me llevara a una muerte súbita. Al fin y al cabo, no sabia nada de ella, sus intenciones y cual era el fin de aquella causa. Por lo pronto estaban barriendo las calles en busca de ella y cómo no, de mi:
. ¿Qué es esto?- dijo extrañada. Pero al poner las noticias lo vi claro. La agarré del brazo, deprisa y corriendo pero, fue demasiado tarde porque aquellos robots astutos sabían dónde vivía ¿y cómo no lo iban a saber? Me dije a mi mismo reiteradas veces, estúpido pero un abrir y cerrar de ojos ella sacó su arma, utilizó una clase de llaves, quiero creer que de kárate, y se deshizo de los intrusos que invadían la entrada.
Salimos de allí cagando leche y no pude aguantar lo irremediable, saber más. Me contó que venía de otro planeta hallado más allá de las galaxias y de Marte. Había sido elegida para visitar esta realidad y tiempo con el encomendado trabajo de destruir el centro neurálgico que encadenaba a los humanos y les obligaba a una vida de esclavitud tecnológica.
Conseguimos ocultarnos en los suburbios. Alejados a saber dónde. Tomamos un café en una madrugada llena de emociones. Le expliqué que había una manera de entrar sin que sospecharon pero debía prometerme que no le ocurriría nada, de ahora en adelante, a la humanidad. Cuando todo hubiese acabado.
Sus manos formaron un puño y lo alzó:
-Juro, por Yemaya y todos los seres divinos y por mi, Kayla, que no le ocurrirá nada a esta humanidad.
-¿Has dicho esta humanidad?
-Cumplo esta misión con ... La convicción de que se creará una nueva tierra. Mi mundo.
-¿Quieres decir que tu mundo quedará destruido por arreglar este?
-No, se formará un nuevo tiempo.
No supe qué decir excepto, un lo siento. Poco podía decir. Y ya que ella había confiado en mi, yo Le hice saber, que con mi contraseña podíamos acceder al centro neuralgico. Ella esbozó una sonrisa.
Me reveló que este tiempo sabía cómo se sucedería.
No pude más que sentirme insultado. Y un poco estúpido. Pero no dije nada más, pues no hubo tiempo para más. Nos recostamos en los asientos y nos dirigimos hacia el lugar.
Cómo preveía yo y seguramente ella, todo estaba tranquilo. Y cómo si no fuera precavido, hasta Le di una peluca para proteger su identidad.
Atravesamos todas las barreras con gran peligro. Nada nos preparó para lo inevitable. Quizás ella, ya lo esperaba con su cañón al hombro y su arsenal en la cintura pero...
Una multitud de robots nos rodearon, eran tantos que aunque hicimos lo posible por quitarnoslos de encima, nos raptaron y lo único que recuerdo es el desvanecimiento.
EN UN TIEMPO INCONGRUENTE...
Estamos sobre una cama en una habitación de cristal conectados sensorial y cerebralmente cómo producto de algún tipo de experimento... O eso creo.
-¿Y la humanidad?
-Creemos que nada de lo que llamamos humanidad... Kayla... Robert...
Caos...
©El RINCÓN DE KEREN
***
La cantina de siempre. Un personaje que irradiaba por lo alto de los rascacielos de la gran ciudad, anunciaba el cometido de todos los días:
Cada alma deberá dirijirse hacia el lugar de culto a las 8:00h no olviden sus pertenencias al salir con sus claves de las cabinas. Cada alma deberá fichar sin alteración del orden, calmado y libre de armas.
Todos los días era el mismo disco rallado, y cada día cómo si estuvierámos en otro país, el cual no existía, debido al gran cataclismo por culpa de...
Me dirijo hacia el lugar de culto, deposito todas mis pertenencias antes de ir al trabajo. Me escanenan de arriba abajo con una especie de luz que me deja ciego cada vez que voy. Siempre he pensado que es solo una excusa para investigar a cerca de nuestra mente y nuestra fisiologia pero, he logrado sacármelo de la mente.
La maquina hace su función ,
Bip- Bip , chuc- chuc- chuc Acceso habilitado. puede usted volver a su lugar de trabajo.
Recojo y con total normalidad, me dirijo hacia mi lugar de trabajo, tal y como mandan los hologramas. Salgo del lugar con calma y por supuesto, sin ningún arma. Sería de locos, claro.
Si la normalidad era algo agotador para alguien tan inquieto cómo yo, anotar cada número que se asomaba en la pantalla de los ordenadores para transferirlos a un fichero, imprimirlos y luego acceder a una gran cámara acorazada en la que albergaban todas la huellas de la población para poder crear un carnet de conducción, es posible que no sepas lo que es la rutina o yo soy hiperactivo.
El costumbrista día de hoy que me obliga a guardar concentración de los, también, innumerables códigos secretos que por suerte, no tengo que memorizar .Casi resultan una alegría pero a estas alturas ya os habréis dado cuenta que trabajar en tráfico, es más aburrido que escuchar un discurso en miting. Pero el café algo más animoso y el buen sueldo, me esmeraban a querer salir de esa ciudad a toda leche.
Había oído que no muy lejos de Tierra Alma se hallaba un valle donde la vida era igual, o parecida a la de antaño. Con todo lo bueno de los años, antes de este caótico sinvivir entre máquinas, tecnología y falta de emociones.
Estaba ansioso. En apenas diez años, habia logrado acumular lo suficiente cómo para largarme a tomar viento o dónde quisiera.
Estalla la alarma y todos debemos dirigirnos de nuevo hacia el culto pero esta vez algo falla, no se oye nada, solo el sonido de la sirena y multitud de robots acudiendo a mi lugar de trabajo. Se me ocurre abrir las cámaras de video con sensor de movimiento y hallo a una chica de cabello rizado, pantalones marrones y camiseta blanca a tirantes. Parece que se ha cultivado bien a gimnasio, bueno, no es que fuera una musculitos pero estaba en forma.
Decido centrarme un poco, ¿Qué hacía ella aquí? ¿Porqué precisamente tráfico? Quizás ya me lo imaginaba pero mi blando corazón solo hizo lo que un buen hombre como yo, o tonto, tuvo la osadía de hacer. Abrir la puerta de salida y salir rápidamente hacia el coche y socorrerla. Si esos bichos automatizados la atrapaban, quizás , ni lo contaba.
Salió como esperaba. Nadie sospechó debido a algún fallo en el centro neurálgico. La chica me miró despavorida, y tuve que tirar de su brazo al mismo tiempo que espetaba: - O subes, o se te llevan . Acto seguido se introduce en el vehículo y salimos disparados al vuelo propulsado que nos lanza hacia las nubes formadas por la contaminación. Nos ocultamos entre ellas y mi bichito de la curiosidad hace de policía malo:
- ¿Qué hacía en la jefatura de tráfico? ¿Qué esperaba encontrar? ¿No sabe que está prohibido entrar sin autorización?
-¿ Eres uno de ellos?- me deja caer con una media sonrisa pero su sonrisa me eclipsa y pierdo la concentración. Todo lo que tuviera preparado, ahora, se ha ido.
-Esto... te he salvado la vida, tonta.- dije de una bufada
-No necesitaba ayuda. Se cuidarme sola
- Ja! si no te hubiera recogido, ahora serías picadillo. Sabe dios que harian contigo...- adoptó entonces un semblante serio, cogió aire y narró:
- Estoy aquí para desactivar todas las redes de conexión existentes de este planeta. Por eso... - tragó saliva- Bueno, lo que tienes que saber es que, si no fuera por ti, ahora habría averiguado dónde se encuentra el centro neurálgico de Tierra Alma. - Mira a través de la ventana con la mirada fija en las nubes que ahora se tornan de un color más rojizo debido a Marte que desprende polvo en demasía, debido a la cercanía con los siglos. Y digo burlón:
- ¡Estás de suerte! has dado con el chico adecuado. Creo que has ganado el premio gordo. Así que chica, soy tu hombre. - En mi mente sonaba gracioso. Todo en ella le hizo fruncir el ceño y poner cara de malas pulgas y lo que comenzó con algo que yo llamaba, el buen samaritano, se torció cuando ella me apuntó con su arma a los huevos. Si os digo que ya no estaban ahí, que los tenía en el gaznate, ¿Os lo creeríais?:
- ¡Vas a llevarme alli, sin bromas penosas, sin prisas, ocultos bajo el manto de la noche y me dirás todo cuanto necesite saber!. - exclamó la chica desconocida. A lo que yo solo puede responder con un gesto afirmativo debido a la enbergadura del cañon de aquel arma. Hubo un momento en el que quise mostrar mi verdadero semblante, pero no fue así.
Sobrevolamos las nubes en dirección hacia mi casa. No se me ocurria otra manera de hacer tiempo hasta que oscureciera y fue alli dónde nos cobijamos cómo fugitivos que eramos. Quise saber más. Aunque me llevara a una muerte súbita. Al fin y al cabo, no sabia nada de ella, sus intenciones y cual era el fin de aquella causa. Por lo pronto estaban barriendo las calles en busca de ella y cómo no, de mi:
. ¿Qué es esto?- dijo extrañada. Pero al poner las noticias lo vi claro. La agarré del brazo, deprisa y corriendo pero, fue demasiado tarde porque aquellos robots astutos sabían dónde vivía ¿y cómo no lo iban a saber? Me dije a mi mismo reiteradas veces, estúpido pero un abrir y cerrar de ojos ella sacó su arma, utilizó una clase de llaves, quiero creer que de kárate, y se deshizo de los intrusos que invadían la entrada.
Salimos de allí cagando leche y no pude aguantar lo irremediable, saber más. Me contó que venía de otro planeta hallado más allá de las galaxias y de Marte. Había sido elegida para visitar esta realidad y tiempo con el encomendado trabajo de destruir el centro neurálgico que encadenaba a los humanos y les obligaba a una vida de esclavitud tecnológica.
Conseguimos ocultarnos en los suburbios. Alejados a saber dónde. Tomamos un café en una madrugada llena de emociones. Le expliqué que había una manera de entrar sin que sospecharon pero debía prometerme que no le ocurriría nada, de ahora en adelante, a la humanidad. Cuando todo hubiese acabado.
Sus manos formaron un puño y lo alzó:
-Juro, por Yemaya y todos los seres divinos y por mi, Kayla, que no le ocurrirá nada a esta humanidad.
-¿Has dicho esta humanidad?
-Cumplo esta misión con ... La convicción de que se creará una nueva tierra. Mi mundo.
-¿Quieres decir que tu mundo quedará destruido por arreglar este?
-No, se formará un nuevo tiempo.
No supe qué decir excepto, un lo siento. Poco podía decir. Y ya que ella había confiado en mi, yo Le hice saber, que con mi contraseña podíamos acceder al centro neuralgico. Ella esbozó una sonrisa.
Me reveló que este tiempo sabía cómo se sucedería.
No pude más que sentirme insultado. Y un poco estúpido. Pero no dije nada más, pues no hubo tiempo para más. Nos recostamos en los asientos y nos dirigimos hacia el lugar.
Cómo preveía yo y seguramente ella, todo estaba tranquilo. Y cómo si no fuera precavido, hasta Le di una peluca para proteger su identidad.
Atravesamos todas las barreras con gran peligro. Nada nos preparó para lo inevitable. Quizás ella, ya lo esperaba con su cañón al hombro y su arsenal en la cintura pero...
Una multitud de robots nos rodearon, eran tantos que aunque hicimos lo posible por quitarnoslos de encima, nos raptaron y lo único que recuerdo es el desvanecimiento.
EN UN TIEMPO INCONGRUENTE...
Estamos sobre una cama en una habitación de cristal conectados sensorial y cerebralmente cómo producto de algún tipo de experimento... O eso creo.
-¿Y la humanidad?
-Creemos que nada de lo que llamamos humanidad... Kayla... Robert...
Caos...
©El RINCÓN DE KEREN
Hola Keren, tu vuelta a la ciencia ficción siempre es un placer para mis sentidos marcianos. Acción, fantasía, amistad, posible romance, vigilancia intensiva, robots y un final abierto que deja con ganas de más y más. Buen trabajo el de esta 'Humanidad sin alma'. Abrazos.
ResponderEliminarQuería suspense, pero veo que más o menos lo he conseguido. Espero poder crear otro. gracias por tu tiempo.
EliminarWow! No me lo esperaba la verdad. Me ha sorprendido mucho y para bien. ^_^
ResponderEliminarPorque la ciencia ficción, a mi parecer, es un género difícil. Debes tener una buena imaginación y saber interconectar los hechos. Y tu lo has hecho de maravilla.
Además, me gusta porque haces breves descripciones, que hace que uno entre en la historia, pero sin llegar a aburrir. También me gusta, como introduces ciertas notas de humor, jeje. En resumen, es una historia fácil de leer porque te sumerge en su mundo y además, combina narración y diálogos a la perfección. Necesitamos una segunda parte!!
Un abrazo!
Hola Mireia,
Eliminarme hace mucha ilusión que te haya gustado mi relato porque me gusta mucho tu blog. Espero verte en futuros relatos de ciencia ficción. Gracias por tu tiempo.
No conocía esta línea literaria tuya, nunca te había leído nada sobre ciencia ficción. Es bueno saber cambiar de registros... Buen fin de semana!
ResponderEliminarHola Norte,
EliminarSí, de vez en cuando y no tanto cómo yo quisiera suelo escribir ciencia ficción. Me da buen rollo jeje! Un saludo y gracias por tu tiempo.
Hola guapa!! Creo que ya sabes que me gusta mucho la ciencia ficción, así que tu relato me ha encantado. Lo del holograma me ha recordado a la nueva peli de Blade Runner :)
ResponderEliminarBesitos!!!
Hola María,
EliminarSí, sé que te gusta tanto cómo a Miguel. Me alegra que te haya gustado tanto cómo a mi escribirla. Un saludo y gracias por tu tiempo.
¿y la humanidad? y en esa pregunta me quedo. Buen relato de ciencia ficción que en algunos momentos me ha angustiado al pensar que quizás es eso lo que nos espera y también que hay esperanza por qué no.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Conxita,
EliminarYo también quiero creer que hay esperanza para la humanidad. A veces suceden desalientos pero de seguro que hay sucesos en lo que nos apoyamos que vale la pena recordar y aferrarse a ellos. Gracias por tu paso por mi blog y tu tiempo.