Relato: El caballero y su yelmo

*Aviso, contenido sensible*

¡Hola mis seguidores, lectores habituales y nuevos lectores!





- ...Lo cierto es que ... Estábamos tan entusiasmadas con la noche que nos acompañaba... Ella se sentía dichosa porque su tozudería para con los trabajos a mano, habían dado su fruto y ahora pasaría a otra etapa más dura, más fuerte, en la que le daba temor cómo se daría, pero que a pesar de todo,  estaba dispuesta a desafiar a la mente y a todos los que osaran, otra vez, decir que no podría. Yo, por otro lado, había superado esa barrera en la oficina en la que solo se me preguntaba para pasar hojas oficiales, y que gracias a ella, que me animó y vio que tenía buenas ideas, me encomendaron el lanzamiento de un nuevo prototipo de aplicación, y de prueba, que me catapultaba a enzarzarme en un nuevo proyecto que me causaba, también, algo de temor y, para que negarlo, algo de nauseas, por todo lo que se venía, claro. 

Aquella noche no solo brindamos por todo lo bueno que nos había ocurrido, sino que paseamos y encontramos otro lugar más tranquilo para poner en alza todos los puntos a llevar a cabo con mucho Gin-Tonic y muchos ánimos. Estábamos pletóricas, pero el alcohol solo nublaba nuestras ideas, habíamos advertido: lo substiuiremos por gaseosa y un picoteo que no cesarán en reponerlo. 

Volvimos hacia el coche de ella, después de una bajada responsable del alcohol, a las tres de la mañana, a base de una buena cena y la gaseosa que de hecho, coincidimos en que la juventud de ahora se priva de un consumo bien cerciorado, porque la comida ayuda a sentar bien la bebida y es menos probable acabar mal la noche, pero sí, lo ideal es un consumo moderado si tienes que conducir: y así lo hicimos. 

Caminábamos las dos entusiasmadas con la noche, ella me contaba lo mucho que había tenido que ahorrar para adquirir un mínimo de todo el material que, al principio, debía utilizar para lograr más ventas, aquellas escasas, hacían posible aquello, que en principio, tan solo era un disfrute, una manera de salir del caos impuesto que le había formado su mente. Me decía que sabia que mi propuesta con el prototipo era muy buena, que siempre había habido en mi buenas ideas. Lo que hacía que no se materializara, era que no me había permitido que alguien me escuchara. Y de hecho, me había pasado toda la vida creyendo que no valía para nada más que para secretaria, donde conocía de primera mano los secretos y trabajos minuciosos. Porque me interesaba por cada uno de ellos, parte de mi trabajo no me lo exigía, pero mi curiosidad innata y otro poco mi exigencia en querer saber qué era lo que me rodeaba, hacían de mi una empleada con todas las de la ley. Además, todo aquella curiosidad que cubría con tardes en el sofá investigando y divirtiéndome aprendiendo nuevas funciones tecnológicas, y no haciendo caso al televisor, propiciaron que el trabajo tuvieran fundamento. Sí, es verdad que siempre hay un margen de error, pero quedaron tan impresionados que, ahora comenzaba la ardua tarea de crear una aplicación que uniera a comerciantes con emprendedores para formar grupos competentes en los que pudieran desarrollar robots. Solo había una pega que se me escapaba, el presupuesto que invertiríamos. 

La brisa de la noche, nos llevó al coche de ella donde nos precipitamos una vez más a regocijarnos en sucesos banales, para cumplir con lo que dicta las quedadas entre amigas: salir de la rutina, hablando de todo eso que no es trabajo. Solo que nosotras reuníamos todo aquello que nos llenaba de felicidad para el primer momento. Ya luego, habría tiempo para lo demás. 

Al llegar a la puerta del coche, y tras haber estado cerca de una hora hablando de banalidades, Ruth intentó abrir el coche con el mandito a distancia y se dio cuenta, arrimando la cara al cristal de la puerta, que le habían hecho trizas el coche y habían intentado forzar la cerradura para desvalijar su Mondeo. La oscuridad no nos dejó ver bien los daños: Cerradura forzada, asientos desmontados cómo si fueran a venderlos en algún mercado negro, la bandeja trasera del coche había desparecido, las alfombras también. Por lo que al asustarse ella, miramos el maletero y fue en ese momento, cuando ensimismadas en la parte trasera del coche, alguien nos apuntó con algo. Ella comenzó a temblar, yo, cómo si el sufrimiento de ella hubiera creado una super-sanadora-psicóloga-negociadora intenté hacerle entender al atracador que no le serviría de nada todo aquello y que unos asientos no compensarían diez años en la cárcel, que viéndolo bien, era poco para lo que le había costado a Ruth poder comprarse un coche medio decente en pleno mil novecientos noventa. 

El asaltante dubitativo, nos daba indicaciones de que nos apartáramos de la luz, le hicimos entender que no teníamos nada, muy a pesar de que nuestros esfuerzos en nuestros trabajos nos darían mucho más de lo que llevábamos encima. Claro que, no podíamos decirlo. Y ella y yo nos mirábamos con la misma certeza de que, no había que darle motivos para que intentara algo peor, quien sabe qué o cómo, a esas horas de la noche, qué ocurriría. 

Se oyeron unos pasos, solo pudimos ver una silueta que al parecer, se paró en seco mientras hablaba por teléfono acaloradamente. Hizo varios gestos a un lado y a otro, mientras nuestro atracador nos hacía señas para que no hiciéramos absolutamente ningún ruido extraño que alertara aquel deambulador. La silueta desapareció en la oscuridad, en las horas. Nos hizo caminar hacia el lado contrario del parking. Luego, nos indicó que nos tumbáramos boca abajo, se oyó un un sonido sordo mientras nos apuntaba con la pistola inquieta por su indecisión en un intento por alejarse de la escena, cuando un hombre en el manto de la noche, al que juraríamos que iba uniformado y con un yelmo, con decisión  atrapó a nuestro intimidante agresor, llevándole las manos atrás, para esposarle. Solo unos instantes después, la calle se llenó de policías secretas, patrullas y más patrullas , un par de ambulancias ya que, al parecer, no sabían el alcance que podía tener aquel suceso. Decenas de policías nos decían que un hombre había pasado por la zona y había alertado de lo que sucedía. Fue ahí donde le vi, cómo un caballero andante, como uno medieval, sacándose el yelmo con cuidado, y hablando por la emisora... El que sería tu padre.

-No entiendo porqué ese afán de llamar a los policías caballeros andantes ¿Todo eso está muy bien mamá, pero qué relación tiene el que te haya preguntado de dónde sale este casco del baúl, con tu carrera y con Ruth?

- Ay! hija! me ha entrado añoranza de aquella época, además, tu me has preguntado por el casco y hace muchos años que no recordaba a tu padre uniformado. Y viéndolo bien, deberías dejar de holgazanear este verano y ponerte a buscar trabajo hija, que la vida no todo son lujos, ¿Me entiendes? 

Se cruzan una mirada que atraviesa las paredes, no pueden contener la mirada y se sonríen. Siguen vaciando el baúl de los recuerdos. Añorando la vida en pareja, el trabajo, los cuidados de una niña pequeña teniendo cómo padre a un policía, pero que viéndolo de el mejor modo, cómo su amiga le había enseñado, en vida, la vida les había tratado bien.  


©️El Rincón de Keren


Comentarios

  1. Hola Keren, en primer lugar observo que el trabajo que te has propuesto de dejar reposar los textos hasta que tomen la forma adecuada, tanto en lo formal como en lo narrativo, es un éxito.

    Un relato que además nos habla de la amistad, de la maternidad, de las confidencias y que tiene un aire de cuento moderno que me ha gustado especialmente.

    Ay, ese baúl de los recuerdos...

    Un abrazo y feliz semana de lectura y escritura.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Miguel,
      Sí, quería destacar esas buenas amistades que a veces traspasan la barrera del trabajo, llegan a compartir esa idilico enlace que traspasa lo estrictamente laboral. Como es el compartir una noche de trabajo y risas hablando de banalidades, apoyandose, animandose, ... esas son la verdaderas amistades.

      La maternidad es un entrañable suceso que abarca lo bonito de una madre cuando se anda por las ramas. De ahí, también nacen las historias.

      Ya los amoríos... sean con yelmo o con calcetines ( el hombre roquefort, entrada pasada) ya es otro cantar que se expresa en un intento por ocultar lo bueno que es tener amistades a pesar de tener pareja.

      Bueno, yo lo he querido expresar así.

      Gracias. Me alegra que te haya gustado, en serio.

      Espero que tú también leas mucho, o lo que te deje el día compañero. Pero siempre nos quedarán las noches de café jejejeje ( soy muy cafetera)

      Eliminar
  2. Me ha gustado mucho leerte.
    Un saludo desde Almería

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Trini,
      Me alegra que te haya gustado, gracias.
      Saludos también desde Almería.

      Eliminar
  3. Hola amiga, ya estoy por aquí de nuevo, intentaré irme poniendo al día. Veo que cada vez escribes mejor, da gusto buscar un ratito para leer tus post. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡¡Hola, Sara!!
      Que alegría verte por mi blog. Estás desaparecida jaja!! me hace sentir muy bien que te guste.

      Gracias por pasarte,
      Abrazos!!

      Eliminar
  4. Mi querida Keren, te leo y cada vez que lo hago, te siento más y más segura con la calidez de la pluma, como más suave en la traza, un placer hacerlo. Este relato me ha gustado especialmente.

    Un abrazo inmenso!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Rosana!
      Gracias a leer muco, e investigar.
      Gracias por pasarte por aquí Rosana.

      Un saludo y un placer tenerte por aquí.

      Eliminar
  5. Preciosos y entretendio relato Keren. Como siempre un placer pasarme por aquí y leerte. Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Vicens,
      Gracias por tu elección de pasarte a pesar de que tu temática no tenga nada que ver con la mía, el mundo puede unirse con las letras. Sean de las que sean y se hable de lo que sea.

      Gracias por venir a mi blog.
      Un saludo y gracias de nuevo.

      Eliminar
  6. Encantada de leerte, Keren.
    Poquito a poco voy conociendo tus letras.
    Un cordial saludo :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Carmen!!
      Me alegra mucho.
      Gracias por pasarte.

      Saludos!!

      Eliminar

Publicar un comentario

Siéntete libre de comentar