Relato: Traspasando las fronteras de "Oest"

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Ya sabían de Karla movía por inercia  cosas, aunque nada de lo que venía después parecía tener sentido alguno. Pues cada madrugada, se repetía la acción sin que los habitantes de la pequeña villa, entre las montañas «Oest» y «Est», pudieran deducir quién más acudiría al llamado de la cura de aquella chiquilla de quince años. Desde los más lejanos pueblos acudían con las ocurrencias más desagradables, y cuanto más raras, más atención tomaban. Pero aquello no era más que el preludio de lo que ocurriría después. 

A Karla se le exigía aprenderse todas las palabras mágicas para llegar a ser una buena maga. Pero lo que ella quería ser era exploradora: Explorar el mundo, conocer nuevas especies de la villa y de alrededor de «Moscareta» que curiosamente se les apodaba como «los domesticables» ya que durante muchos milenios habían sido sometidos bajo el yugo de unos guerrilleros a los cuales, nadie sabía ni había quedado escrito en ningún libro sagrado. Solo sabían, que los moscareteños llevan, todos ellos, una marca en el brazo que  les caracterizaba. Mientras otros los veían cómo los débiles, ellos habían impregnado en su cultura, cuentos y fábulas en las que aquella marca, era la mancha de unos seres divinos que habían sido elegidos. ¿Para qué? para hacer el bien, y preservar la bondad y el alza de una villa congregada en los buenos hacéres, y buenas costumbres, entre los vecinos que llegaban y los que allí vivían. Pero Karla, que no sabía muy bien porqué los pueblos vecinos venían hacer el jornal a Moscareta, aun teniendo ese desdén hacia ellos, lo único que quería era alejarse de todo odio y desidia. 

Exploraba las montañas de «Oest» con sus hermanos mayores dónde fauna y vegetación se extendían hasta las fronteras de «Est» donde la urbe se hacía presente y solamente se podía apreciar en las plazas y parques mágicos y lugares de culto mágicos, aquella belleza esmeralda para los lugareños y los turistas que venían de paso. Todo aquel que venía, podía hablar mal de sus gentíos poniendo el grito en el cielo en vano, pero de que la villa era una belleza natural: No había duda. Y ella, Karla, estaba tan orgullosa, que de ahí le venía su curiosidad por la exploración. 

Explorar, le había llevado a querer escudriñar los insectos, elaborar mapas para los turistas, con los que se ganaba un dinero extra, a aprender sobre la fauna salvaje, y sobre todo, prescindir de la magia. Aquello, incomodaba a la familia y todo ser viviente del lugar. Ellos hacían uso de ella hasta para limpiar el hogar y preparar los almuerzos o las cenas. Para Karla, no usar la magia era volver a los orígenes y con ello, utilizaba el idioma que hablaba su abuelo ahora considerado una lengua muerta. Para el abuelo de Karla, el idioma que se utilizaba en los días venideros, era un idioma vulgar, callejero, y era debido a que los jóvenes tomaban terreno en la villa afincando, al argot tradicional, la jerga de la juventud. Un poco por esa prisa por hablar y otra por que no les entendieran los turistas. 

Karla sabía del argot callejero y era el que utilizaba para hablar con su familia. Excepto con su abuelo, o cuando iban a explorar a «Oest» y la emoción de las palabras, la conducían a adoptar un lenguaje más dulce, más delicado,el que asemejaba a lo que sus ojos veían. Y a su abuelo, le brillaban los ojos. Ella, en parte, se había dado cuenta y sabía que le gustaba. Era otro motivo más para seguir hablando a la vieja usanza. Ya conocían sus hábitos, por lo que no instían, en lo que se refería a sus hermanos mayores, en hacerla cambiar de parecer. De hecho, sentían cierto recelo y a la vez admiración por tener esa relación única con ese abuelo que al caer las tres lunas y bajo el manto estrellado de «Oest», por decision del hombre, falleció feliz, honorado y con la tranquilidad de una vida llena de sucesos increíbles: Pues él había sido explorador y había visto mucho mundo. Motivos de sobra para perpetuar el camino del anciano. En paz descanse. 

El cielo lloro tres días.  Las tres lunas expulsaron en colisión pequeños destellos y es que la luna estaba perdiendo rocosidad. La luna llena de aquellos doce meses después, inyectada en sangre, proyectaba en los cristales la sangre que se derramaba, tras las palabras del viejo: «El mundo solo se salvará en origen» Y aquella masacre era en forma de sangre en las puertas de las casas. Al principio pensaron que era jugarreta. Una broma de críos. Pero pronto se escucharían desgarradores gritos y golpes que conducirían a la casa de Karla y su família. 

Karla, sonámbula, se incopora de la cama y esta comienza  hacer círculos con las manos. Ese fue el primer indicio de que  caminaba en sueños por la cabaña. Al segundo día, comenzó a salir por la villa en camisón y una brocha.  Comenzaría a manchar las paredes de rojo sangre. Así fue como descubrieron a la culpable de las pintadas. Los vecinos se quejaron. Pero hubo un día que cesó. Al tercer día, emitía gritos que parecían cómo si la estuvieran desgarrando cual cochinillo de las granjas. Pronto se convirtieron en chillidos en medio de la noche que nadie sabía cómo revertir. Así fue como el padre de familia, hizo un comunicado para que todo aquel que lograra averiguar como curar a su hija en consecuencia, aquel que lo lograra adquiriría una gran suma. Al principio, todos pensaban que estaba maldecida pero con el tiempo comenzaron a llegar de lugares hinóspitos para intentar salvarla. 

Uno, le introdujo ancas de rana en el oído. Otro, le hizo ingerir un brebaje a base de hierbas y carne de cerdo. Luego, llegaron los complicadísimos conjuros en los que la cabaña acababa cubierta de ceniza y por último, los baños de agua tibia con sal y magia, mucha mágia. La madre de Karla, los hermanos y hasta el padre, fueron perdiendo la fe por tanto intento fallido. Por lo que , se acostumbraron a aquella incomodidad durante largos periódos. Al principio, la niña, no recordaba lo que ocurría por las noches hasta que comenzó a sentirse tan débil que quedó postrada en la cama como un alma convaleciente. 

Una mañana un caballero llegó con su familia, justo después que un mago intentara varias veces su conjuro sanador fallido intento. Tuvieron que sacarle a la fuerza pues el hombre lo estaba empeorando y se negaba a desistir. Algo que la familia, asomaba en sus corazones y esperanza. Diez lunas pasaron y cada vez se hacía presente de que la gente que acudía a presenciar los encantamientos, cambiaba, se sentía más cansada, exasperada y desganada. Igual que la joven Karla. hasta la llegada de esa familia, nadie sabía nada. 

Aseguraban que a su hijo mayor le había ocurrido algo parecido, tras la muerte de un ser querido. El problema no era el fallecimiento , sino lo qué significó para los habitantes que odiaban tanto a ese allegado. Era la esencia del verdadero sentir de la gente. Pero en la villa todos habían seguido con sus vidas. Fue entonces cuando allí sentados y reunidos todos, un chiquillo confesó que hablaban mal del abuelo de Karla. Los padres que ya habían sentido la sacudida de la hija pequeña, no lo dudaron: Aquello, debía acabar. No solo por su hija. Por todos. Y entonces, lo dijeron: 

-El pueblo debe aprender el idioma nativo del fallecido, solo así la villa tendrá alguna posibilidad 

-¿Alguna posibilidad?- se murmuraba con expectación 

-Sí, nuestro pueblo quedó arrasado por muertes de todas clases. No querrán correr la misma suerte, créanme. 

 A la villa no le hizo falta saber nada más. Los hermanos decidieron dar clases a los más jóvenes y los más mayores a los turístas venideros e intentaron explicar a los turistas el origen a través de charlas que se promulgaban con la tutela de los más ancianos.

Fue en una luna reverberada bajo el lago de « Oest » plateada, con lluvia de estrellas, que se formo como si de una fiesta se tratara la mejestuosidad del cielo brillante.  El pueblo interpretó como la salvación del lugar. Y era cierto. Una semana después, Karla despertó y aquella noche, durmió en calma. Los días posteriores también. 

Y así fue como un niña que ahora os enseña la importancia de hacer aquello, que quiere y que rememora a su abuelo, a través de las costumbres de los ancestros, vuelve por los mundos que traspasan  «Oest » , «Est» y el mundo entero, sin magia y con la mas grande de las dichas: Ser Exploradora. 

FIN.
(texto presentado a concurso)
©️El Rincón de Keren

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