Relato: Envidia

¡Hola, mis seguidores; lectores habituales y nuevos lectores!

Con la  idea de salir un poco de lo que llevamos de este pasado lunes,

me apetecía algo diferente, así que me he decidido por un relato fantástico que 

espero que sea de vuestro agrado. 

Sin más dilación, 

os dejo con el. 

Con la tecnología de Canva

Corría de un lado a otro, intentaba las animas que habitaban en aquel mundo, que en su vaivén ignoraban cada insólito suceso que se acontecía en el aquel lugar. 

Aquel lugar fruto del desorden de la humanidad, era el caos y la tristeza, era la muerte y la vida. Y con ella, la vida que transcurría repleta de una vida que paralelamente, sin tener nada qué ver con lo que ocurría en la otra parte. 

Label, caminaba como otra persona cualquiera por el bosque de las sombras. Pero no entendía porqué el bosque había sido apodado así, pues allí las maravillas que se desprendían "Tenían que ser fruto de la bondad innata de la humanidad incomprendida" diminutos animalitos se paseaban a sus anchas con la misma ligereza con la que la esporas luminiscentes divagaban casi inexorablemente, a la iluminada pero cálida luz que se rociaba sobre una vegetación de azules marino, mariposas e insectos cual más vivaces ante la pena que ajenos no comprendían ni ellos ni Label. 

Ella creció en una familia en la que los malos humos eran algo de lo más normal. Normal para ella era levantarse y hacer todas labores del hogar para por la tarde, perderse por ese precioso paisaje marino. No sabía cómo debía ser el mar pero había leído mucho sobre ello. Las ilustraciones debían de ser algo así como la crudeza de un amor y la vida libertina de un mujer de veinti tantos años que no quiere atarse a nada. Pero ella tenía treinta años y aun no conocía eso del amor. Viajaba a los mundos paralelos blancos aunque, se conocía bien que eran azules, y sin embargo, sus gentes, eran de alegres emociones. O al menos, así lo decía libro sagrado. Hoy, eran personas inanimadas que sin alma no podían relacionarse con los demás. Vivían allí, porque un malvado hechicero, localizó a su padre haciendo el bien en la ciudad, y como castigo, se deshizo de él quedando huérfana de padre habitando una diminuta casa, donde los hermanos mayores destacaban en algo dentro del hogar: Henaro, por su voz de mú

sico, y Lena por su destreza con los tejidos y el piano... ¿Y Label? Label, era otra cosa. No quería saber del mundo o al menos no por el momento pero se esforzaban tanto por no desvelar sus dones en la ciudad fantasma que Label los odiaba. No podía comprender como no viajaban al otro lado. Incapaz de comprender, con aquella mente de adolescente pero enfrascada en un cuerpo de adulta, iba a la suya para no tener que lidiar con el mundo: Y con sus hermanos. 

Se discurrían las horas enteras en aquel bosque que entre libros y naturaleza que el tiempo, pasaba desapercibido. 

Un día, sus hermanos fueron convocados al consejo del mundo paralelo, aquello significaba poder salir de aquella ciudad fantasma en la que solo unos pocos tenían noticias del exterior. Porque habitantes, eran apenas diez familias. Las noticias llegaban en las aves rapaces gigantescas del otro lado. "¿Cómo sería el mundo alterno?" Se preguntaba. Pero aquel suceso solo la llenaba de envidia y de tristeza hacia sus hermanos. No entendía porque ellos tenían más suerte que ella. Aquello provocó las disputas por la mejor atención de su madre, el más querido, el que más atención tenía, el más elogiado, el más valorado, y Label también entraba en el juego solo que para no acabar en una espiral en la que no se sacaba nada en claro, se perdía con las animas inanimadas, y vagabundeaba por las calles solitarias intentando que la vieran que la observaran. ¿Porqué si sabía que no era posible? 

Comenzó ingeniárselas para que aquellos seres la observaran la admiraran: Vestía las telas de su hermana, intentaba cantar cómo su hermano y las animas se levaban y hacían remolinos alrededor de ella. Sabía que no la miraban que no la idolatraban, que no la hablarían, pero para ella, era signo de atención. Cada día acudía al mismo lugar con algo nuevo que ofrecer y los inanimados cada vez revoloteaban más deprisa y furiosamente sobre ella. Corrió la voz de lo que sucedía y fue destinada al mundo paralelo. Un ave de aquellas la invitó a subir a su lomo y el ave, al ver el semblante cambiado de la mujer: los ojos inyectados en sangre, ojeras, y la piel demacrada, se sintió amenazada. El ave, noto la caricia de Label, y se calmó brévemente. El vuelo fue algo turbulento pero llegaron y allí en la corte, la esperaban. 

Un mundo obscuro, sin luz solo las de las gigantescas casas eran la cueva de un lugar nuevo al que ahora, no le tenía curiosidad, sino que sobrevolando el cielo y hallando los diminutos puntitos brillantes de las casas, advirtió que ahora, conseguiría lo que quería. 

Se la destinó a cantar en el mundo obscuro para alimentar la fiereza de las almas tristes. Ella aceptó de buen grado. 

Ella se dispuso a cantar, un hilo de voz acudió a la gran ciudad obscura, y por el momento, de la alegría se ilumino tanto que divisó un arcoíris por esa leve animada y melifluas notas, pero en cuanto vio que el mundo obscuro le prestaba atención su semblante volvió a cambiar: volvió a inyectársele los ojos en sangre y su codicia pudo más que el amor que sintió por lo que había logrado: Cantar, desenvolverse al ritmo de la música... 

En un instante el mundo se volvió más negro si cabe y en aquel paraje desolador, pudo tanto la avaricia, pudo tanto los deseos indignos que se convirtió en piedra junto con los mismos que un día, ahora sabemos, hicieron lo mismo. 

©️El Rincón de Keren