Reto literautas 8 de junio: EL TESORO

¡Hola, mis seguidores; lectores habituales y nuevos lectores!

Llevaba mucho sin participar en este reto pero me ha llamado la atención y
he querido disfrutar de esta inspiración nocturna para traeros 
este relato. 

¡ESPERO SEA DE AGRADO!





 EL TESORO 

 Sobre el horizonte, el  velero  ondeaba la bandera con  calavera que indicaba que era un barco pirata. Los esclavos habían remado a toda velocidad sin descanso, pero trabajaban codo con codo por un mismo objetivo. Encontrar el tesoro que les libraría de la maldición de su isla.

 

Los esclavos habían recibido la orden de no parar, sin embargo, el capitán había organizado la expedición con la idea de que todos, incluidos marineros, hicieran turnos para remar por el casco del velero. Estaban cansados, deshidratados, hartos y con una hambruna que intentaban soportar con el botín que encontrarían. Mucho después de tres largos meses, habían comenzado a desistir, a tener falta de fe, habían comenzado a comentar que el capitán se estaba burlando de ellos, que nada de lo que estuvieran buscando lo iban a encontrar.

 

Hasta que, llegando a las llanuras escocesas, el marinero escudriñó la tierra y dio el avistamiento:

 

-          ―¡Tierra a la vista!

Los hombres, fueron dando la voz hasta remar de manera que quedaran lo suficientemente cercanos a la orilla y poder echar el ancla. Una vez echado el ancla, los marineros echaron mano a sus vasijas, coger  sus bolsas de piel, cogieron provisiones para dos semanas y sin haber descansado lo suficiente, toda la tripulación comenzó la expedición en busca del tesoro por los espesos bosques que se perdían en la llanuras. Todo era de un verde esplendoroso: El sol irradiaba con fuerza después de haber pasado por heladas, lluvias y ventiscas. Los hombres agradecían el clima, pero no tanto cómo el primer bocado que hacia más de una semana,  fue lo suficientemente contundente cuando hubieron caminado cerca de dos horas. Pues el capitán estaba empeñado en no perder ni un minuto.

 

Después de ese merecido descanso, con los machetes, echaban a un lado la maleza o la cortaban para hacerse paso entre los arboles y la vegetación, hallaron caballos cuando llegaron después de otras dos horas un prado en que, a lo lejos, se avistaban unas cuevas:

 

.- ¡Capitán! ¡Es aquí! Estamos cerca.

 

Los hombres, esta vez, tomaron un buen descanso ya que ahora el terreno se tornaría oscuro, resbaladizo y sobre todo tedioso, además de lo dificultoso de andar por la obscuridad. Prepararon antorchas y con aceite y un pernal, comenzaron a encenderla. Fue el momento de más expectación entre ellos. Pues todos querían deshacer la maldición que les había dificultado la vida en Atallud, sus mujeres no Parían hijos, la gente se moría muy joven, y se decía que los dioses les habían maldecido por haber acogido- hará unos años cercanos- a toda una generación de jóvenes que vivían del libertinaje. Hubo disputas, guerras y se separaron dejando dos estados en los que Atlludenses y Catlanases quedaron divididos llevando sobre sus espaldas ambos bandos el pesar de una tierra sin chiquillada. A todo esto, las enfermedades se hacían presentes y los rituales también. Pero nada había surtido efecto, hasta que un forastero, venido de las tierras escocesas, con su tripulación, alegó que había un tesoro encantado que contaba la leyenda  había sido fruto de la gloria y la divinidad, para la armonía de quién lo poseyera. No solo creían que se acabarían las penas, sino que, además, la opinión de todos era que por fin acuñarían una moneda a Atallud y Catlan.

 

Entraron en la cueva con sumo cuidado portando todos en sus manos una antorcha que iluminaba todos los recovecos de la cueva, algunos preguntaban si no se habrían equivocado de lugar, otros que iban a morir allí entre los serpenteantes pasadizos. Hasta que en un intento de infundir calma decidieron que unos esperarían en la entrada y otros irían en busca del tesoro pero ninguno quería perderse el espectáculo y la dicha de encontrar por fin su salvación y riqueza. Además, la codicia, les podía más que la propia salvación.

 

Atravesaron estalactitas, encontraron un humedal en el que llovía, cada estancia de la cueva anidaba un clima diferente, así que: En la siguiente encontraron una nevada con ventisca y en la otra un calor sofocante, y así hasta pasar todas las estaciones y los climas posibles. Algunos marineros y guerreros murieron por el camino. Si eran un centenar, ahora tan solo quedaban la mitad, más tarde por los abruptos recovecos y resbaladizo encontraron huecos donde el suelo no se hallaba a la vista, pasaron por puentes hiper estrechos por los que algunos hombres murieron debido al clima, el viento y el miedo. Ya solo quedaban decenas de hombres hasta que, al llegar al punto caliente, hallaron un montón de sarcófagos con candados.

 

Los hombres se abalanzaron sobre los cofres e intentaron desesperados a pesar del cansancio que hacía mella y el maltrato de la cueva encantada, pero hallaron unos candados grandiosos que no hallaban forma de abrir ni de romper. Decidieron transportar sólo unos cuantos y volver a por los demás cuando hubieran hallado la manera, de abrir los que llevarían a la orilla del mar. Pero muchos desconfiaban de las intenciones del contrario. Por lo que desenfundaron sus armas en lo que sería un duelo por la adquisición de los sarcófagos. Como era de esperar, ni Atlludenses y Catlaneses no se pusieron de acuerdo.

 

Batallaron a muerte, rodaron cabezas, amputaciones de brazos y piernas, un mar de sangre que llenó la estancia de la más cruda realidad: La codicia.

 

Quizás pensasteis que alguien ganaría esta absurda batalla pero cuenta la leyenda que en realidad, los cambios de clima de las estancias de aquellas cuevas son la reverberación de las luchas que tuvieron Atllutenses y Catlaneses es por eso que, en algún lugar de escocia, aun se halla, la dicha de unas mujeres guerreras que hoy  día, no necesitan de los hombres. Pues viéndose solas, construyeron un imperio solas que las catapultaría a ser lo que hoy se conoce cómo Vikingas. El retrato de aquellas guerreras huérfanas de hombres, perdura desde los siglos de los siglos. 


©️El Rinón de Keren 

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4 comentarios

  1. Vaya vaya con esta misteriosa historia de piratas. Si es que al final cada uno recoge lo que siembra, y por codicia... pues pasan estas cosas. Muy buen relato :D

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    1. Hola T.A.Llopis!!
      La codicia se viste de muchas maneras pero en este caso ha podido con lo que realmente era importante, salvar a los suyos. Me alegra mucho que te haya gustado.

      ¡Un saludo!

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  2. Hola, Keren. Un reto perfecto para ti y que agradecemos tus lectores. Mil gracias por el regalo que nos haces.

    Besos.

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    1. Hola, Carmen!! gracias por tus palabras. Me alegra que te haya gustado.

      Abrazos y besos!!

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