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Desaté la cordura
cuando en mis manos, la pluma derramó
una lágrima desde la oscuridad que se hallaba en mi interior por
tanto tiempo guardada; tantos años y los recuerdos aún vigentes por la pérdida.
Naturalmente tuve mis desvaríos, mis pesadumbres,
mi profunda
pena. Siempre afligida por no entender la
barbarie que me había llenado de
rabia y que había dejado
que mi amor
propio se ofuscara en lo más llano del
barro.
Por las noches me entregaba
a los tembleques que, sin querer,
sentía al oír su voz
tras la línea. Tantos kilómetros nos
separaban y aún sentía el temor
de una palabra suya. ¿Qué es una
palabra?
A veces
inspecciono el interior de lo que intentó decirme y encuentro la respuesta de
manera súbita, sin
embargo no sé como describir el desgarro de sus palabras. Era como una
armadura sellada que
se resistía a dejar salir lo que fuera, cualquier cosa, y que
la pluma pudiera plasmar.
Desaté el viento,
subí altas montañas; el camino
fue pesado, a veces angosto, pero sabía que había una
llameante luz que se escondía en el
interior de esa mujer que sin ser inalcanzable o o
desapacible, sabía que una
palabra lo era todo para ella.
Así que comencé por no
decirme lo terrible que era escucharle y sentirle tan cerca cuando ya todo había terminado.
A veces me
miraba en el espejo y sobrecogida me decía: “Qué hermosa eres”. “Qué curvas tan
bonitas”. No hace
falta mucho para encandilar el alma, sin embargo hace falta todo un torrente de
malas intenciones para derribar todo lo bonito que hay en una. Así que seguí con la
parafernalia que me había llevado para mirar mi reflejo con otros ojos: “Que curiosa que eres” “Lo estás
haciendo muy bien, pero… puedes seguir mejorando, no te rindas”. “Que bonita sonrisa”. “Tu cara, aunque llena, tiene belleza”. “Tu carácter, aunque
impulsivo, puede llevarte a nuevas cosas”
La rabia se desató y me sentí tan mal por recordar la barbarie que había sufrido. No podía callar más el dolor y la frustración de una vida dura y de derrota; ansiaba la vida, pero no quería callar,... (...)
PARA LEER EN MICRORRELATO ENTERO ... PUEDES LEERLO EN ... : MASTICADORES DE MÉXICO
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©El Rincón de Keren
Hola, Keren.
ResponderEliminarCreo que tu relato nos habla de una autoestima quemada que poco a poco va siendo recuperada por la protagonista. Las palabras pueden hacer mucho daño pero la madurez está ahí para vencer cualquier temor y retomar el vuelo con la mejor de las sonrisas. Hay que mimarse, sí.
Abrazos y buen fin de semana.
Hola, Miguel!!Sí, hay que mimarse mucho para estar bien. Aunque hay gente que dice que las palabras se las lleva el viento, a veces son las que más afectan a nuestra autoestima, y nuestras relaciones con los demás. (sin hablar de las actitudes) Gracias por pasarte por el blog. Un saludo!!
EliminarQué duro Keren, bonito pero qué duro. Tan solo te dejo dos refranes muy sabios "A la lengua y a la serpiente, hay que temerles" ; "Al pajarillo, la lengua le es cuchillo". Pero también esta eso de "A palabras necias, oídos sordos" Quiérete. Nadie va a quererte mejor que tú misma.
ResponderEliminarGracias La Eremita, estoy en ello. Muchas gracias.
EliminarHola, Keren. Yo no estoy para sufrir con estos escritos ahora pero te leo con mucho gusto siempre. Y una vez más muestras la fuerza de las palabras.
ResponderEliminarBesos y feliz semana.
Hola, Carmen!! Lo siento, por lo que me contabas es cierto que hay que buscar una parte intermedia en la que seguir luchando. Ahora me doy cuenta que este reflejo, puede ser doloroso para otras personas pero tranquila, se vienen otros relatos de otra índole. Igualmente, muchas gracias por tu mirada atenta a mis escritos y por tu asiduidad al espacio. Un abrazo a la distancia.
EliminarUn relato que te hace pensar muchas cosas, me ha gustado.
ResponderEliminarMuchas gracias, Roy. Un abrazo y gracias por pasar por mi blog.
EliminarDe vez en cuando, entro a los blogs porque me parece interesante lo que escribís. Hoy, entro por primera vez en este que es el tuyo. Al leerlo, me ha ocurrido como con otros de características similares, escritos desde lo más profundo de vuestras raíces. Me explico : Pienso que, es bueno sacar de dentro con escritos, de lo que duele y no deja respirar, pero si esto se vuelve recurrente, puede devenir en un agujero con un espiral en bucle del que en apariencia resulte, dicho de alguna manera, lugar de confort y acabe siendo un rincón sin salida. Creo que, en cualquier relato, historia, sea propia o ajena, debería haber un punto de inflexión, cambiando el rumbo de esa línea que sólo vemos recta, por más caminos que descubrir y recorrer. Tras esta larga disertación (quizá algo pesada) felicitarte por tu escrito, que me ha gustado
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Keren
LaVidaescomoelJazz @aroa8barcelona
Hola, Aroa!! primero de todo quiero darte las gracias por animarte a escribir en mi blog. Segundo, creo que tienes razón, me explico: a veces, fijarse tanto en lo negativo, da pie a no fijarse en los pequeños detalles, esos que son buenos. No me importa decir que algunos sacados de mi vida, dan escritos que si no fuera por la escritura no podría expulsar por lo que para mi es terapético. Tercero, creo que me has hecho muy feliz con tu valoración constructiva sobre lo que piensas sobre mis relatos. En serio, no te cortes, ya te lo dije a ti. Tu ya me entiendes.
EliminarGracias de nuevo, por pasarte por mi blog. Feliz fin de semana.
Gracias por tu respuesta, Keren y entender mi enfoque, siempre desde el cariño
EliminarUn placer, pasarme por aquí. Un abrazo
LaVidaescomoelJazz @aroa8barcelona
A ti, nos vamos viendo. Gracias Aroa.
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