¡Hola, mis seguidores; lectores habituales y nuevos lectores!
Quería que aquella hora interminable pasara a ser historia,
como lo que había dejado atrás hacía ya nueve meses y por el momento lo había
conseguido con creces: había conseguido trabajar la media jornada, asistir a mi
curso de economía, y escribir cómo loca para lo que yo quería, en estados de
ansiedad me inyectaba adrenalina pura, es decir, un café y una buena dosis de
Dover y su “The flame”.
Aunque no eran canciones muy alegres, el quejido de la
guitarra y el desgarro de su voz, me hacían sacar fuerzas de donde no había
para dar con un día en el que no tuviera que pensar en el idiota de Fran. A decir
verdad, desde que lo habíamos dejado, todo iba fenomenal y todo me iba
relativamente bien si no fuera porque había conseguido acumular faenas que eran
una detrás de otra y aquello era un no parar.
Los meses pasaron con el ánimo de una adolescente que se va
a los conciertos que no están de moda y sale de copas con los colegas,
solamente había un problema: Aquella no era mi situación. Mi situación
consistía en hacer vida entre cuatro paredes y en principio, no era mal plan
pues dedicaba el tiempo en todo aquello que me gustaba y las obligaciones.
Un día sin esperarlo sonó el teléfono, me aseguraban que el
paquete que había pedido estaba en correos y no había modo de que el repartidor
volviera hacer el reparto para no tener que salir.
Me vestí con pesadumbre, me acicale el cabello, me puse lo
más mona que pude y cuando abrí la puerta todo mi mundo comenzó a girar y lo
que era la escalera, se contrajo cual Alicia en el país de las maravillas,
haciendo que mi respiración se acelerara y mi corazón lo sintiera casi en la
boca. Volví a llamar a correos tras cerrar la puerta con cierto espanto. Me
insistían en que, si no acudía a por el paquete, tendrían que mandarlo de
vuelta. Colgué con cierta decepción. Cogí aire, inflé los pulmones tanto como
pude, y lo solté lentamente tal y cómo la terapeuta me había enseñado. Logré
bajar las pulsaciones y regular la ansiedad. Abrí con delicadeza la puerta de
la calle, tras una inquietante bajada por las escaleras que me producía algo
así como claustrofobia sólo que mezclado con miedo. En cuanto estuve en el
portal, se me ocurrió que podía llamar por teléfono a Clau para ir de camino a
Correos y efectivamente, me cogió el teléfono ya que estaba en su descanso.
Anduve por las calles atenta a la voz calmada y apaciguada
de Clau cuando noté algo extraño. No le di mucha importancia así que intenté no
ponerme más nerviosa de la cuenta ya que quería recoger el paquete y volver
derechita a casa lo antes posible.
Por el camino, hablamos de Halloween y los niños, de cómo se
había convertido prácticamente en una fiesta internacional y en cómo lo de aquí
había pasado a segundo plano, luego hablamos de lo caros que estaban los pisos
y dimos gracias a que a los diez y nueve años encontráramos casa, casi de
milagro. (Las dos respectivamente) por último me hizo la gran pregunta:
—¿Cuándo te vas a echar novio Nina?
—
No creo que sea la pregunta más adecuada que
debas hacerme en este momento precisamente, pero te diré que soy una mujer
independiente que no necesita ayuda de nadie ni ganas tengo de depender de un
hombre toda mi vida
—
¿A ti lo que te hace falta es un buen polvo?
—
No creo que me hayas entendido…
—
Nina, creo que para pasárselo bien no hace falta
compromiso. Deberías comenzar a salir otra vez. Divertirte como hacíamos antes…
¡Ya sé! ¡Vayamos de fiesta! - pero para cuando me dijo aquello ya había
llegado, afortunadamente, a mi edificio y pude alegar que tenía cosas que hacer
y que estaba muy liada. Sin embargo, volví a notar algo extraño y de pronto mi
corazón se aceleró con el paquete pegado a mi pecho, la vista se nubló y vi lo
que fue una figura que no lograba distinguir. En cuanto vi su cara, me desmayé
allí mismo y no recuerdo nada mas.
Deduje que estaba en una sala: A mi derecha había un
paquete, supuse que era el paquete que traía conmigo acuestas, pero en cuanto
intenté desperezarme a medida que iba recobrando la vista y distinguía mejor lo
que me rodeaba, pude notar que estaba maniatada. Comencé a hiperventilar y una
respiración exasperada por miedo a ahogarme alertó de mi respiración a la
persona que me había recluido allí. cuando vi a la persona que me había dejado
allí, todo se desvaneció y mi mundo se volvió todo oscuro.
Al despertar, había dormido mucho, pues a la sala no llegaba
luz, excepto por una lamparita que iluminaba la mesa que fui identificando,
hasta volver a tener los cinco sentidos conmigo. Cuando desperté, el hombre se
apresuró a decir:
—Por favor, no te vuelvas a desmayar – dijo mientras intentaba
digerir lo que veían mis ojos tragando saliva – Por fin volveremos a estar
juntos. Como cuando éramos novios y dejarás de tener miedo a las calles…
— ¡Agorafobia, Fran! Llámalo por su nombre. Por tu culpa no
puedo hacer vida normal, no puedo salir a la calle sin que me dé un ataque o me
muera de miedo. ¿Qué es lo que quieres? - Dije furiosa
—… quiero que volvamos a ser marido y mujer, quiero que
seamos una familia… si me lo permites … - Entonces echó a llorar y prosiguió-
Te he echado en falta tanto tiempo … te he estado observando todo este tiempo
en tu casa
—¡No me digas que has entrado en mi casa sin mi permiso! O…
¡Sin el permiso de la policía! Fran, ¡Estas loco!
—Loco de amor. Por ti. Por ti haría lo que fuera. – Dijo
mientras me desataba las cuerdas con cuidado y algo temeroso añadió- Te voy a soltar,
pero no quiero que hagas ningún movimiento brusco. ¿De acuerdo? - Asentí con la
cabeza y advertí que una puerta estaba abierta a lo que daba a otra estancia.
Con un poco de suerte, podría salir corriendo todo lo rápido que fuera y huir
de él para siempre, llamar a la policía y que le metieran entre rejas de por
vida, pero estaba harta de huir, de esconderme, de haberme cambiado, al menos, a
seis ciudades y sentir miedo. Un sentimiento extraño afloró en mi interior. Era
rabia, frustración, coraje, colera… di un recorrido por la estancia y observé
que había una figura de dimensiones grandes de un material bastante resistente.
Mientras el me alegaba cuanto me amaba, yo me movía por la estancia de espaldas
a él hasta que se puso frente a la ventana, en un aire místico, hablando de
cuando nos conocimos y aproveché que estaba de espaldas para atizarle en la
cabeza con la figura. Pero no me detuve ahí, repetí el gesto tantas veces como
fueron posibles hasta que un charco de sangre broto por el suelo y mi camiseta,
tiñéndolo de rojo
Salí corriendo de allí segura de que, nadie me culparía, de hecho,
sabía que había sido en defensa propia o eso le diría a la policía, comencé a
temblar súbitamente al parar en seco en un callejón y vomité bilis haciéndome
recordar que no había comido nada en todo el día o noche, ¡A saber cuánto
tiempo me tuvo cautiva en aquel edificio! Intenté calmarme y cuando logré coger
el móvil de mi bolsillo, marqué el teléfono e hice lo que había pensado, pero
al colgar me invadió el miedo, pues al mirar mi camiseta estaba cubierta de
sangre. Sentí como si me algo o alguien me observara y corrí todo lo que pude
hasta llegar a mi casa y allí me cambié y me di una ducha. Cuando por fin me
deshice de toda la sangre alguien llamó al timbre y para mi sorpresa era la
policía:
—¿Nina Fernández?
—Sí ¿Por qué?
—Un vecino alegó que la vio cubierta de sangre en la casa de
Fran Olmedo. ¡Queda detenida por la muerte y presunto asesinato de Fran Olmedo
cañizares! Todo lo que diga, podrá ser utilizado en su contra, tiene derecho a
pedir un abogado, pero … no creo que salga de esta.
Por desgracia, la justicia aquí en este país me condenó sin más prueba de la que alegaron algunos "Era un buen hombre". Por lo que hay un aparato que guía mis pasos a la
policía: Estoy en arresto domiciliario con un policía que custodia mi puerta
todos los días y a todas horas. Pues al parecer, los de emergencias consiguieron
reanimar a Fran y este alegó que yo tenía manía persecutoria, que no había
superado la ruptura. Desde el juicio, al menos, sé que Fran no volverá a pisar
esta casa nunca más.
Bueno, menudo relato tan terrorífico. No sé quién anda peor si Fran o la mujer. Muy adecuado a estos días post Halloween y a esta mes de noviembre.
ResponderEliminarUn beso.
Hola, Rosa!! ¿Cómo estás? Sí, está sacado de lo más oscuro ¿eh? a veces creemos que nuestras vidas son malas y aparecen estos relatos. No sé si podría darse el caso pero me lo he pasado muy bien escribiéndolo. Creo que voy a hacer más relatos terroríficos. Aunque fantaseando muchísimo más. Gracias por pasarte por mi blog Rosa.
EliminarEl relato narrado en primera persona consigue enganchar de inmediato y te lleva en volandas hacia ese final tan bien pensado. El amor y el desamor son en definitiva las dos caras de una moneda que a veces sale cara y a veces cruz. Lo mejor con carácter general pienso que es olvidar el pasado y centrarse en el futuro. Estupendo relato post-Halloween.
ResponderEliminarBuena semana, Keren.
Hola, Miguel!! Mirar hacia el futuro si olvidar qué te hizo daño, para no volver a cometer los mismos fallos, diría yo. Creo que empezamos bien la semana así que deseo que también sea buena para ti. Gracias por pasar por mi blog Miguel.
EliminarConcuerdo que al usar primera persona el relato como que cobra una fuerza tremenda.
ResponderEliminarEs un historia bastante compleja con una buena dosis de suspenso, y me temo que quizas para Nina las cosas mejoren de aqui en adelante, pero no estoy seguro este Fran parece ser un personaje bastante peligroso.
Excelente relato, me ha gustado
Hola, Hugo! Espero que estés bien. Sí, para Nina es encontrarse con el terrible pasado que le atormenta, que le ha hecho pasar la vida con esta nueva enfermedad: La agorafobia. Por parte de Fran diría que es un tipo que miente para conseguir todo aquello que quiere pero a la vez, se asegura de tenerte entre sus redes primero. Puede que haya faltado matizar el porqué Nina siente ese terrible temor.
EliminarUna cosa Hugo, no consigo entrar en tu blog y me da rabia. Si me encuentras en Twitter y si lo ves el comentario este, ¿Me envías tu última entrada?
Gracias por pasarte por mi blog. (Agradecida enormemente)