Relato: La advertencia

 ¡Hola, Mis seguidores; lectores habituales y nuevos lectores!

Prometí un relato de misterio en el perfil de El Rincón de Keren de mi Instagram pero como yo no suelo agendar las publicaciones y tenía tiempo para hacerlo en el blog... lo dejo aquí. Aquí lo tenéis para todos los que habéis estado esperándolo. 

Sin más dilación...

Fto: Kat Jayne Edit. : El Rincón de Keren -Pexels-



RELATO
 

Nunca había tenido un espejo en mi casa entero que reflejara mi persona. Un espejo que reflejara mi verdadero cuerpo. Aquel que me mostraba la verdadera realidad. Aquella que no quería aceptar: casi cien kilos y de camino a la treintena. Todo cambio cuando decidí ponerme en forma y con ello cumplía un año de mi rigurosa tarea de cuidarme y aprender a comer bien. Aquel día celebraba mis diez kilos perdidos y una nota misteriosa llegaba a mí:

 "LO UNICO QUE NOS SEPARA DE LA MUERTE ES EL TIEMPO”

Aquella frase de Ernest Hemingway me inquieto más cuando aquella noche vi cómo en los noticiarios daban la noticia de una chica que había fallecido a causa de anorexia. Obsesionada con adelgazar a tiempo, antes de su boda, jovencita y sin amigos. Agradecí haberme informado lo suficiente como para no cometer el mismo error. Pensé que no tenía nada que ver conmigo, pero lo cierto era que, la cara de la chica me sonaba, pero aquella semana comenzaba un seminario campal en el que todos los alumnos habían decidido cuidar su cuerpo y respetarlo. Por lo que, no quería distracciones. Lo guardé en el bolso y llegado el día embarqué.

En el avión privado, estábamos todas. Todas éramos mujeres de todas las edades. Allí conocí a tres personas con las que congenié bastante bien: Evelyn, una chica de veinte años que se hinchaba a pasteles cuando sentía que su objetivo de adelgazar estaba estancado y con un amor a la repostería y sapiencia sobre el tema admirable. Carlota, Una cuenta calorías hasta la saciedad, con un sentido del humor admirable y Sandra que a todo le veía una excusa para hablar de hombres. Lo malo de todo esto, era que todas teníamos puestos de altos cargos y ninguna había sido apreciada por su pareja. Ni tan siquiera yo, que hacía dos años que era soltera.


Fto: Sheila - Pexels -


En el avión, nos dieron las instrucciones, hablamos comimos, en el postre, me abstuve. Cuando llegamos a la isla, todas nos quedamos impresionadas por la cantidad de casitas blancas con un porche digno de revista que había. Para lo buena verdad, no se ellas, pero a mí me había costado un riñón y parte del hígado. Nos acomodamos en estancias de cuatro personas. Aquella noche, a pesar de estar en una isla tropical, granizó y hubo una tormenta eléctrica que nos dejó sin internet. Aquella noche, mis sospechas aumentaron cuando por los altavoces una voz terrorífica parafraseó 

“Que no está muerto, lo que yace eternamente; y en el paso de los eones, aun la misma muerte puede morir”.

Todas nos dimos cuenta que las amenazas de muerte, no eran casos aislados. A Evelyn le llegó un mensaje sospechoso, A Carlota le llegó una carta sin remitente con recortes una frase escalofriante y Sandra casi muere de camino al aeropuerto, justo después, su móvil emitió la misma voz que oímos en la habitación por los altavoces. A los pocos minutos un empleado de la isla nos dijo que tendríamos que trasladarnos a otro lugar debido a las fuertes tormentas al amanecer. Nos quedamos mas tranquilas. Ninguna quería quedarse allí más tiempo. Pues las gordas eran las primeras en morir en una película de terror había dicho Carlota y todas nos reímos.

Pero el temporal no nos dio tregua y aquella noche, en los salones, mientras cenábamos desapareció Evelyn, y horas después de haberlo comunicado al personal del seminario Carlota y Sandra aparecieron muertas en los baños. No sabíamos que era lo que pasaba o si había algo en común con las cartas que recibimos en nuestra intimidad, y con lo que oímos en todas las habitaciones. Comencé a investigar por mi cuenta. Y mirando en internet averigüé que la chica que falleció de anorexia iba a mi instituto y a mi misma clase. Años después, se la declaró demente a su hermana menor Cintia, pero estaba en un manicomio debido a que no superó la muerte de esta. Si ella no había podido ser, ¿Quién era? Lo comenté con las demás alumnas. Algunas aseguraban que se irían en cuanto la tormenta acabara algunas habían pedido un billete en el próximo transatlántico de camino a Madrid. Pero sucedieron cosas como que las paredes aparición pintadas de rojo con palabras ofensivas. ¿Era sangre? Aquella noche, nadie quería seguir con más sucesos. Todas cogimos una embarcación de camino al primer pueblo y luego al aeropuerto más cercano.

Una vez en el pueblo, los lugareños se abstenían de hacer comentarios. Pareciera que escondieran algo. Hasta que una mañana comprando algo para desayunar a la señora se le escapó que una tal Cintia les había arruinado la vida. Quedé estupefacta, pero quise saber más así que mientras estuvimos allí, intentamos sonsacarle más información a la dependienta. Todo fue en vano.

De vuelta a nuestros respectivos hogares. La policía nos llamó a todas para hacernos declarar sobre la muerte de Evelyn, Carlota y Sandra. Todas estuvimos infinidad de horas que nos hicieron dudar de lo que había pasado realmente allí. Algunas se culpaban unas a otras hasta que conforme iban pasando las semanas fueron cayendo una por una de la manera más escabrosa posible. Unas habían sido ahorcadas, otras se les había extraído el estómago, pero lo que llamaba la atención era que todas tenían los labios sellados con hilo de pescar: era una venganza. Y yo, no podía dejar de pensar, que sería la siguiente hasta que saliendo a tirar la basura fui apresada, maniatada y amordazada.

—Te creías la mas guapa y la bella de todas, ahora tan solo eres una foca. Mi hermana te envidiaba, te idolatraba... — yo tenía los ojos vendados y dije

— ¿Eres Cintia? Nadie tuvo la culpa de lo que le pasó a tu hermana. Deberías verme... No soy ni la mitad de lo que era antes... Creo que ya he pagado por mi pasado —dije intentando no mostrar mi pánico y quitándole hierro al asunto.

—Es demasiado tarde. Comerás hasta que ya no haya un mañana.

Me hizo ingerir dulces en lo que me pareció una eternidad hasta que, de tantos golpes, perdí la noción del tiempo. Oí las sirenas de la policía y Cintia quedó presa. La encerraron en una prisión acorazada, pero supo cómo fugarse. Me culpaba de la muerte de su hermana y ahora vivo con miedo a que venga por mi.

 ©El Rincón de Keren 

Entradas que pueden interesarte

14 comentarios

  1. 😯😯😯😯😯😯me ha encantado

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Laura!! Me alegra que te haya gustado. Un saludo y un abrazo.

      Eliminar
  2. Sólo diré que la leí. Es decir, algo me motivó a terminar de leerla. No soy crítico ni literato, por tanto sólo tengo potestad para decir ME GUSTA o NO ME GUSTA...Y si, me gusto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Oswaldo! ¿Cómo estás? Lo importante es que te haya hecho disfrutar y que lo hayas pasado bien. Por lo demás todo se puede aprender. Me hace muy feliz que te haya gustado, la verdad es que me lo pasé muy bien creando este relato. Gracias por haberte animado a comentar y sobre todo por haber pasado por el blog.

      Eliminar
  3. Me he metido tanto en el relato que hasta yo tengo miedo de que venga a por mi, je je je. Me ha encantado. Gracias!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Amaia!! Esa era la idea, que pasarais miedo. Me alegra que te haya gustado el relato. Gracias por pasar por el blog y dejar tu opinión. Feliz finde!!

      Eliminar
  4. Un relato de terror muy adictivo. Las venganzas del pasado no suelen fallar en este tipo de relatos y a mí me encantan.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Rosa!! Me alegra que lo hayas encontrado adictivo. Celebro que te haya gustado. Besos.

      Eliminar
  5. Me ha encantado la alusión a Lovecraft, por supuesto ^^.
    ¡Un beso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Rocío! me alegra que te hayas dado cuenta. jajaajaja!! muy observadora. Gracias por pasar por el blog y dejar tu opinión. Feliz día.

      Eliminar
  6. Estupendas alusiones literarias y gran ritmo en un texto que lee en un periquete. Creo que el miedo, el misterio y el suspense son tres grandes vías para crear relatos que enganchen a tus lectores. En lo personal todo lo que se acerque al suspense y a la tensión narrativa me encanta. Mejor que el terror puro y duro.
    Un fuerte abrazo, Keren.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra que te haya gustado. Gracias por pasar por el blog. Me has alegrado. Un fuerte abrazo. Saludos!!

      Eliminar
  7. No he podido ni pestañear hasta acabar...
    ;-) Wow, cuidado pues puede aparecer de nuevo...
    Abrazo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Amaia!! Me alegra haber logrado ese efecto en ti y en la gran mayoría. Señal que he mejorado un poco. Seguiré trabajándolo. Abrazos y gracias por pasarte por el blog. Nos vemos por la red.

      Eliminar