Relato: El recuerdo

 

¡Hola, mis seguidores, lectores habituales y nuevos lectores!

No se si sois de lágrima fácil, pero espero que lo seáis para este post de hoy, una semana más en el rincón de Keren con otro aire y no tan... terrorífico. Espero que pueda haceros reflexionar tanto cómo me lo ha hecho a mi, tras la experiencia de haber vivido doce años en Andalucía. Así que, vive la experiencia. 

¡COMENZAMOS!


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TÍTULO: El recuerdo

esrageziyor




Prácticamente no lo pensé, eché la fotografía convencida que cuando las revelara otra sensación acudiría a mi con tan solo ver el azul marino de un lugar que, durante mucho tiempo, fue desconocido para mi. Me había impregnado de las calles y los lugares más recónditos. Pero a ciencia cierta, nunca conseguiría verlo todo ni con cien años de vida; pues quería visitar tantos lugares cómo mi cámara fotográfica me lo permitiera. Por aquel entonces no teníamos cámaras instantáneas por lo que tenía que  que esperar un tiempo considerable para poder degustar del placer de rememorar el viaje. Siempre he pensado que eso es lo que nos diferencia unos de otros según la era, el nivel de tecnología. Por todo, tenerla o no tenerla cuenta una historia. Así me sentía con mis fotos. Eran trocitos de historias cortas en cartón que contaban una experiencia pequeñita, o para los que pudieran, una con un gran marco en el comedor desvelaría esa foto favorita para los buenos amantes de los cuenta historias. 

Me hacía gracia imaginarme contándole a mis nietos los aventuras que habría vivido, o los amores imposibles, los trabajos duros y la empleabilidad de cada ciudad, los recursos y lo aprendido en cada cultura. Quedas imprimado de una aroma del que nos puedes desprenderte, y que acabas comprendiendo mediante la mezcla de tantos países, el verdadero sentir, latir y porvenir de un mundo. En mi opinión, viajar, me hacía entender mejor los problemas y las dificultades, me ayudaba a tener paciencia, persistencia en lo que quería, empatía con el prójimo, pues al haber vivido las mismas decadencias que ellos como una ciudadana más, podía saber de primera mano, su dolor, su pena, sus alegrías, su resarcir... aquello me ayudaba a valorar mejor las ventajas de la vieja Europa modernizada, ahora que con cuarenta y largos recorría los lugares de la Unión Europea. 

Pese a que la calidad de vida es mejor, todas las zonas, tienen su trocito de miseria, su orgullo y su vergüenza. Todas guardaban esa familiaridad y el jolgorio que hacían distinto tu hogar del que habías transitado por años. Sí, años, porque hay que mezclarse con la gente, vivir la experiencia, querer entender mejor las costumbres y el porqué de las cosas, hay que ser curioso, hay moverse pero también hay que disfrutar la calma con tiempo, y tiempo es lo que nos sobra.

La foto que eché, por aquellos años, la encontré en un baúl, donde polvo y retales de mis viajes a la India o a Marruecos pululaban haciendo clic el pensamiento. De entonces ahora, han cambiado las cosas, mis hijos tienen móviles Android y pueden ver los lugares de los que les hablo desde internet, mis nietos, no son tan curiosos por lo que les deparará el mundo pues lo tienen todo tan visto y revisto, que no les causa impresión. Pero yo estoy convencida, que esta fotografía, hará remover la curiosidad entre la chiquillada. Al menos, no hemos perdido los almuerzos de los domingos para estar en familia. La tradición manda y, aunque se hacen los remolones, Bafan y Andrea, los más pequeños a veces toman atención cuando no les queda de otra que prescindir del televisor y de el Netflix ese, sigo teniendo esperanza porque Bayfatu tiene mano para el arte y la música, y los pequeños les preguntan a su prima mayor por lo aprendido, por lo que se convierte en un momento de recolección de información de todos los miembros de la familia muy enriquecedor, que creo que hemos salvado... 

Ahí estaba yo, con los pequeños formando un círculo y los mayores sentados en la cama, el resto repartidos en sillas o de pie. Somos una familia muy numerosa, así que verlos a todos, me seguía impresionando. sobre todo, por los que estaban por llegar. 

Decían que me brillaban los ojos al explicar esa misma historia de la fotografía con la que estuve soñando durante meses para poder hacer aquello que estaba haciendo en es momento, compartir con la familia soñada. Algunos incrédulos me preguntaban cómo sabía que tendría nietos, nueras y cuñados o como consideraría hijos míos a los novios de mis hijas, "¿eras adivina abuela?", me decían los más pequeños. Hecho que creaba las carcajadas de los más mayores que seguían la beta a los pequeños en un conjunto de bromas y risas que instaban a proseguir con el relato, teniendo en cuenta que tenía que mantener atentos a los más niños y los no tan niños ya. No sé si lo logré pero algo de viajeras puede que lo fueran cuando la gran mayoría de ellas ya que las adultas estaban casadas con  americanos, franceses o Italianos.

 Los adolescentes planeaban ya sus primeros viajes de los cuales, tengo que reconocer, no es como antes, pero les animo enfáticamente a ser resolutivos, agradecidos y educados. Los miedos de los padres siempre estarán ahí, pero la riqueza que se llevaran merece con creces, la mención de una familia multicultural, en la que se ha respetado toda cultura o creencias mediante el escuchar y comprender. Quiero creer que es así cómo se cura el racismo. Bueno, y casándose con un guapo senegalés al que tuve en vilo, al menos nueve años antes de casarnos. Pero eso, es otra historia. 


©El Rincón de Keren

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10 comentarios

  1. Con la piel de gallina. ¡Me ha encantado!

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  2. Me gustó. Me molestaron un poco los vocablos "empleabilidad" e "imprimado", pero eso pasa por cuestiones de apreciación personal. Buenos días y felicidades por un relato bien escrito.

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    1. Hola, Alex!! La idea era hacer placentera la lectura, pero es verdad que puede chirriar. Seguiré trabajando en ello. Me alegra que te haya gustado, me lo pasé muy bien escribiéndolo. Buenos días, a cuba y a ti. Abrazos!!

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  3. Hola, Keren. Te admiro, eres una máquina. Ya me gustaría a mi tener tiempo para ser creativa en lo que realmente me gusta. Bueno, cariño, sigue así y utiliza las palabras como te plazca que ya te corregirán los textos. Tu disfruta como bien sabes.

    Besos y feliz semana.

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  4. Yo siempre he entendido la diversidad cultural como una forma de enriquecernos, pero pasa a menudo que es una forma de separarnos y no me lo explico. No sé si se puede curar el racismo. Curarlo sería curar una de las grandes vilezas del humano. Y de momento, el ser humano parece incurable en ese sentido y en todas las maldades que alberga.

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    1. Hola, en algunos sentidos, el ser humano es despreciable, pero en otros cómo la creación de vida o puede que el amor, son misterios y dichas y desdichas que se pueden interpretar cómo algo inaudito y desconocida pese a que, se sabe más de las tecnologías que de la propia vida. En algunos aspectos el ser humano es ruín, despota, miserable, derrocador... pero en otros es magnificiente, valioso, milagroso...

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  5. Precioso, Keren. Si tu idea era hacer placentera la lectura, lo has conseguido con creces. Un placer leerte.

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    1. ¡Hola, María Pilar! La idea lo era, veo que lo he conseguido. Así mismo, gracias por eso, por pasar por mi espacio, dedicarle tu tiempo y además dejar comentario. Gracias mil, para mi es un placer que me leáis. Feliz finde para ti y los tuyos.

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