¡Hola mis seguidores, lectores habituales y nuevos lectores!
Uno puede girar la manilla de la
puerta y encontrárselo: un comedor acogedor que te brinda la ocasión de
degustar de tus series y películas del momento para olvidarte del estrés. En
otras palabras, el lugar es acogedor, porque allí encuentras esa paz que has
estado resistiendo toda la semana o el mes, para dejarte conmover por un profundo
relax, para la buena salud mental de lo que es olvidarse de
los problemas por unos instantes, pero nos obcecamos en darle ese sinsentido a
aquello que nos cuesta, nos duele, no nos sale bien o en lo que tenemos que mejorar y así
comienza la historia…
...El día comienza con los primeros
rayos de sol y una taza de café bien caliente, para aquellos que disfrutan de
sus mañanas silenciosas en esa franja horaria en la que, no está permitido
decir ninguna palabra verbal de la que desvele nuestra aparente afonía después
de haber dormido. Un descanso merecido a pesar de ese,
el de ayer.
Me plantee hacerlo, pero para ello debía seguir mi ritual: música, café, una libreta, un boli y ese libro de referencia que al releerlo, me catapultaba a las reflexiones, la creatividad y el arte que anidaba en mi. Otra cosa era ponerse en faena. Lo que ya tenía asimilado, era que debía tener persistencia sobre aquello que quería mejorar. Aquel texto era mi bebé.
Surgieron las primeras palabras con el rumiar de una
frase y una voz cantarina. Escribí sin miedo, me dejé llevar, sentí cómo las
palabras iban hilándose livianas al deleite de producir imágenes, esas que se iban
formando al relatar mi historia, con el narrador que hacia de aquella aventura,
como la que es escribir cobre sentido, y en consecuencia, explote una catarsis
de la que algunos me dirían que quizá soy muy de filósofa. Podría dejárselo a
aquellos que antaño supieron que el mundo no estaba hecho a la medida de los
que la siguen, sino de los que pese a caer, persisten y lo vuelven a intentar.
¿Lo ves? Ésta es mi naturaleza y no lo puedo evitar.
Dado que me debo esclavo de la musas por esa fijación en la belleza de ese arte, no puedo confiarme, es por eso que me permito corregir en seguida los fallos más redundantes y lo que a simple vista me es fácil revisar y darme cuenta de lo que no encaja. Sin embargo, en este tiempo, también me concedo la potestad de no hacerlo público para mimarlo, amasarlo, observarlo, acariciarlo… todo depende del cariño, de ese afecto y miedo a que le pase algo malo. Algo, cómo la descuidada revisión de Jack justiciero, cuando ya por fin lo he moldeado y le he quitado todas las impurezas tras varios días de reposo. Todas las señales están alerta.
Le concedo tiempo, ese que alienta a mi cerebelo a
que pueda asimilar tales hechos. Me mira amenazador. Es en ese proceso de dejarle en paz, que pone asuntos Jack, ejerce su matanza: con el serrucho corta la frase, cambia el articulo por esta
palabra, modifica mi expresión e intenta borrar afanado cualquier explicación que no suene convincente. NO, esto de aquí ya no sirve, y esto otro lo elimino… hay sangre, hay dolor, hay apego a algunos
pensamientos, y es entonces cuando surgen las primeras impresiones allí, a pecho descubierto, con él y yo en este duelo.
"CREES QUE TE VAN A ENTENDER, PERO NI YO LO HAGO. ¡MUERE!”
En este baile de locas palabras, pensamientos
prejuzgados, retahíla de acusaciones, este juez no da tregua y tiene muchos
motivos con los que fomentar la caída de ese gran logro al que yo un día quise
llamarlo, “mi gran visión sobre el porqué hago esto”; porque relatar es contar, es
dar tu opinión letreándote, es hacer entrar a los demás en tu mente y universo y si por el camino, te dan un poco de aliento, ese que te hace saber que les has
removido algo, entonces, a eso que le he llamado filosofar hace un momento, ya
no será en vano, sino la extensión de un nuevo lugar que, primero estuvo alojado
en mi cabeza como semilla..."Apela a la razón", le digo...
...El juez ha dado prisión domiciliaria a mi texto, y solo debería dejarme ver para revisarme cuando llegue el día señalado momento el que toque comprobar que, efectivamente, me estoy portando bien. Y eso, mimar mi creación, aunque sea por penitencia de lo que en un momento fue una imperfección, hoy es arcilla moldeada.
¡Han pasado casi tres semanas!
Aunque estoy amputado, tengo nuevos añadidos y puedo rectificar, lo primero no fue mi bebé cometiendo una acción, fue la gestación aberrante a la que di forma. Pues cómo he ido dándole forma, con sus vida y formas de avivarlo, es ahora una maravilloso vegetal que está listo para ver el mundo.
Es posible que cómo madre y señora primeriza que acaba de parir, tenga mis dudas, pero de una cosa soy sabedora en estas semanas de gestación rumiante: He dado todo de mi .Si al final crece o no sano, de manera que pueda gustarle a los demás sin que sufra demasiado, será algo bueno; en cambio, si alguien me dijera todo lo contrario, puedo tener la certeza que hey! Hice todos los pasos previos para disfrutarlo, sentirme orgulloso de haberle alimentado de la mejor manera procurándole un buen porvenir, corriendo riesgos...
Estoy manchado de sangre, pero ya está fuera y ha llegado el momento. Me siento desnudo, indefenso, el pelota picada, y yo que pensaba que Jack había sido cruel...
La lengua se extiende al mostrar impresiones ajenas. Todos dan sus parecidos. Serán solo consecuencia de un
examen que ya hice previamente. Pues no me expongo para la valía de los
demás, sino para mostrar este hermoso país que fue una semilla y ahora es un
mundo. Primero fue mío y ahora.... lo dejo que salga a mostrarse por ese nuevo espacio. Crecerá y proporcionará aire al que le vea o simplemente convivirá en algún lugar, como tesoro preciado, para los ojos de según qué su criterio. vagaran por este nuevo universo con miles de amigos similares... Ya no me perteneces, ahora ya eres mayor, te suelto, pues nunca fuiste mío...
"Me ha encantado"
"Me gusta"
La respuesta mejor recibida es esa que cuando al releer la historia hace sentir un cosquilleo en el estómago. Placer. Conformidad a mi trabajo. He superado mis miedos y sé que A MI ME GUSTA ESTO.
©El Rincón de Keren
La sabiduría popular dice que cuando superamos nuestros miedos vencemos los límites. Entonces, ya has ganado.
ResponderEliminar¡Hola, Cabrónidas! Estoy de acuerdo. Quería agradecerte que vengas siempre a mi blog. Pero también quería ahorrarte el tener que venir a un blog desierto en el que nadie quiere estar porque, de fallos y burlas ya se que hay. Hay muchas personas que vienen aquí a tener su minuto de gloria. No por tener más visitas se van hacer conocidas, pero entiendo que habrá momento para todo, risas y etc. Te ahorro el tener que venir a mi blog y dejar algo. De todos modos, a nadie le gusta mis escritos solo pasan como esto fuera una farándula. Casi prefiero que nadie venga a mi blog para hacerme creer que le gusta mi blog. No lo digo por ti. Sino por la de gente que me ha echo creer eso. Entonces, paso. Gracias por tu paso y gracias por haber estado aquí. Que vaya bien.
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