Relato: Desde este lado

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Luego de intentarlo de todas las maneras posibles, por activa o por pasiva, la amiga seguía sin interesarse por sus problemas. Pero había ideado un plan para que aquello saliera a pedir de boca pese a que, ahora, tenía el coche en el taller, y Andrea había perdido el norte, solo una amistad aguantaba aquello. Porque... Por la amistad se hace cualquier cosa... 

Dos horas esperando ser atendida en la sala de espera porque un coche había interceptado a otro haciendo que el de atrás chocara contra el suyo le confirmaban en el parte que eran lesiones leves. El móvil no dejaba de sonar. Era su amiga, que le avisaba de que iba estar libre aquella tarde y quería que se vieran. No le parecía mala idea, pero estaba exhausta. La cosa fue a mayores cuando después de llegar a casa, no habiendo respondido todavía, a eso de las ocho le envía un audio enfadada. Ante el comentario jocoso del "No te preocupas por mí" al fin se decidió enviarle un mensaje cayendo rendida aquella noche. 

Mientras socavaba la manera de hallar dinero para la reparación de su coche, ya que no lo tenía asegurado a terceros y aquella reparación le iba a costar, un riñón y parte del otro, trataba de no hacer caso a lo que su amiga la explicaba, pasando por alto el hecho de que no le hubiera preguntado por su estado ni por cómo estaba. 

Las semanas ya estaban custodiadas por el hecho de trabajar y hacer las horas pertinentes que le tocaban cómo persona responsable que quiere ganarse la vida; si le preguntaban, preferiría estar espachurrada en el sofá con un libro o oír el sonido de la lluvia. En vez de eso, había tenido que caminar de vuelta a casa bajo la lluvia después de coger el metro ya que el vehículo iba a estar en el taller más de lo esperado, si no echaba horas extras como fuera.

 

 El yoísmo que emergía acerca de cada tema y absolutamente cero interés en lo que le ocurría a ella, era odioso. Entre bromas, se hacían saber aquellas carencias que tenían cada una con la otra, se decían lo mucho que se apreciaban y todo quedaba en nada. A  fin de cuentas, Andrea, aunque un poco plasta, siempre había estado para los momentos difíciles, sin embargo, comenzaba a hacerse una carga tener que soportar cada nimiedad que le ocurría.
 La había llegado a llamar para hacerle saber que un amigo de otro amigo en realidad estaba con otro hombre manteniendo una estrecha relación. 

Andrea era una niña mimada, que no sabia lo que era 'buscarse las habichuelas' porque todo le venía dado. Con el reciente fallecimiento de sus progenitores, había ido a parar a un piso compartido, donde lejos de hacerla más humilde, compartiendo piso con ella, se ahorraba la hipoteca que en su día  fue de sus padres, vendiéndola y cobrando una cuantiosa suma que la haría la mujer más arrogante si cabe. Uno pensaría que aquello la haría más humilde, por pedir que no quedara. No fue Así, sin embargo por mucho que renegara de aquello, gracias a ello Cintia accedió a un puesto de trabajo de unas de las sedes de la Cadena de Televisión llamada 'Sinergia'; dirigido por Andrea.

 Aquello solo demostraba que Andrea estaba acostumbrada a tener cuanto quería porque era la dueña de la cadena, pero aquel favor que le hizo, en poder trabajar en la sede, tan solo hizo que aumentar una deuda amistosa con la lealtad que llegados a aquel punto, Cintia, estaba ya harta. 

Nada la preparaba para lo que ocurriría en aquellas semanas. 

***

La cadena se preparaba para unas merecidas vacaciones. Todos los años se celebraba un viaje por todo alto con los gastos pagados. Sin reparos.  Este año por fin Andrea se había  comprado una casa con la subida en audiencias de la cadena; hecho que hacía que estuviera a todas horas en casa de ésta, porque, tener podría tener mucho dinero pero estaba sola en cuanto amistades, de hecho, la hacía no solo vulnerable sino que su falta de autoestima era bastante carente de confianza. Cintia lo sabía, y por eso, y porque en parte comprendía lo que era no poder fiarse de nadie, por eso quedaba en casa de ésta y pasaban la noche. Sin embargo, a veces, era tan inocente que pensaba, "Esto te pasa por gilipollas". 

 Se auguraban unas vacaciones aburridas con la reciente ruptura de la adinerada en las que se emborracharía y sería de todo menos persona. Decidió no ir pese a que era un evento del que se hablaría por meses o al menos hasta navidad al que llegara algún otro suceso a la vida de la jefa. 

Había Cierto aire viciado y expectante en la reunión. Se anunciaban malos presagios. Por lo visto, los empleados habían ido a parar un hospedaje del todo austero en comparación con otros años. Se decía que algunos listillos que buscaban la oportunidad, o mejores puestos de trabajo se liaron con la jefa en una noche embriagada, se decía, también, que era una cabra descarriada.
 Habían tenido que pagar de su bolsillo dietas y transporte. Además, para colmo, tuvieron que poner dinero para la última noche, porque al parecer una orgía daba para enamorarse de uno de ellos, que por lo visto se trataba de un amigo de toda la vida que fue alardeando intimidades en las que no salió nadie aventajado. Ni corta ni perezosa, solamente pagó las dietas y el transporte a sus compañeros de cama.

Llevaba evitando este momento a toda costa. La relación se tambaleaba y no sabía cómo acercarse a su amiga. Por lo que decidió que fuera ella quien lo hiciera. Pero andaba absorbida por su nueva pareja. Viajes carísimos, ropa exclusiva, entradas para eventos super top o el último modelo de coche. Sí, todo aquello era para su mejor amigo de la infancia, ese tal Roberto que había alardeado sobre lo que era o no era... Estaba enamorada, y cuando alguien está enamorada poco se puede hacer. 

***

NAVIDADES 

Aquella tarde les entregaban la primera nómina del año que para más inri les habían retenido doscientos euros a todos según el puesto, a otros hasta trescientos, a otros tantos cuatrocientos... así en disposición  de cuan fuera de alto su cargo. Cintia pensó que debía ser un error. Pero le daba miedo preguntar, a fin de cuentas si había tenido un sueldo más alto, era gracias a Andrea por ser su mejor amiga. Pensó en decirle algo, pero también se le ocurrió que aquello era una venganza; por lo que lo asumió e hizo caso omiso. Se apretó el cinturón ya que el coche seguía en el taller y la suma se acrecentaba. 

Si algo bueno tenia Andrea era que te hacía regalos solo por su amistad. Uno de ellos era que, estaba inscrita en un club super exclusivo del que podía echar mano siempre que quisiera. Ella lo utilizaba para llevar allí a sus ligues. Cuando le llegó la cancelación de la tarjeta del club, tuvo claro que Andrea se lo estaba haciendo pagar, no obstante, siempre podía irse con su dinero a cualquier otro hotel. Si bien podía disfrutar de otras de los placeres de trabajar y no depender de nadie, era algo a lo que iba hacer caso omiso pero se había acostumbrado a ese nivel lujoso de vida... ¿Debía hablar con Andrea? 

El horror llegó cuando vio que al año siguiente le habían retenido y bajado el sueldo a los mínimos y que aún seguía el coche en el taller. Estalló en cólera ya que lo había enviado al deposito. Negar que aquello era una represalia de su amiga, además de jefa por un capricho amoroso, era indudable. La plantilla estaba al borde de la desesperación. Muchos empleados habían pedido la dimisión. Fue a dirección, y trató de pensar qué decir cómo explicar sus motivos por los que merecía que le subieran el sueldo... pero no supo cómo. 

Antes que nada, envió sus inquietudes en un correo electrónico pidiendo explicaciones ya que no sabía nada de su amiga desde hacia meses. Trató de averiguar el paradero de su amiga, si es que en algún momento lo fue, ¿aparecería? no lo tenía muy claro, así que la llamó, la escribió, le envió un correo y por último preguntó a los empleados, sin saber dónde más buscar, fue a encontrarla en su casa. Cuando llegó a la parcela de la adinerada... halló un cartel.

"DE TUS AMIGOS Y SERES QUERIDOS QUE TE QUIEREN"

La sala estaba repleta igual que la entrada. Al parecer, acudían para ver el cuerpo presente de la niña huérfana que había dejado toda su fortuna a un niño jovencito que no tenía idea de negocios. 

Si hubiera tenido la oportunidad de decir lo que pensaba, Cintia habría dicho... «Tan amigas que éramos y no me dejaste ni un céntimo....» pensó. Estuvo en la ceremonia, una lagrimilla fugitiva rodó, una mirada, un saludo, y un sutil saludo, además de un roce en el brazo para dar las condolencias al novio, la llevaron a recomponerse en el baño mixto, donde minutos después, apareció el novio y se deshicieron en caricias, besos fortuitos, y deseo carnal. Lo que pasaría allí en medio de un funeral donde nadie se interesaba realmente por Andrea, dejó en tela de juicio cuan amigas habían sido... "Esto por lo del club, por la bajada de la nómina, y porque el coche es ahora un cubo..."

 Todos aquellos buitres también pensaban que Andrea en sus últimos días, no fue ella misma, pero desde ese lado de la vida, solo podía dar gracias a la vida por estar viva y vivir la nueva vida cómo adinerada, de la nueva cadena de televisión al contraer matrimonio con aquel novio nada dolido en el funeral... Y es que todo sería perfecto si no fuera porque el espíritu de su amiga, la visitaba cada mañana en el espejo, atormentándola. En efecto, lo sé porque soy yo quien la atormenta y estoy en su mente...

  


©El Rincón de Keren 

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4 comentarios

  1. Hola, Keren.

    Nos presentas un relato muy creativo en tres actos centrado en una amistad tóxica que cierra el ciclo en ese "erótico-festivo" funeral" je, je. La venganza, la mala conciencia y el pecado se unen es ese final tan brillante que cierra el relato.

    Un gran abrazo.

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    1. ¡Hola, Miguel! Espero que estés bien. De verdad, el festín de todo lo malo que puede llegar a encerrar la mente y una amistad tóxica, con relaciones sexuales incluidas, me ha llevado a pensar muchas veces, qué tan bueno/a se puede llegar a creer uno/a. El que no haya cometido un mal acto, que tire la primera piedra. Pero claro, a todos nos gusta que nos vean en muy buena y alta estima. Gracias por pasarte, feliz finde y dulce sábado.

      Abrazotes, colegui.

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  2. Un gran relato Keren, con un final excelente. "No las hagas, no las temas" decía siempre mi abuela. Un fuerte abrazo.

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    1. Hola, Mar!! Tu abuela era muy sabia. Me alegra que te haya gustado este trocito en el espacio. Abrazos y feliz inicio de semana.

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