RELATO: Soy un gato, un gato volador

¡BIENVENIDOS A EL RINCÓN DE KEREN! 

Me he divertido mucho con éste escrito así que aunque ya lo hayas leído en Instagram, te lo dejo por aquí con una reflexión. 



Supe que por saber todo puede estar presente y al mismo tiempo, ausente. 

Qué por saber, decidí dedicarme a lamerme las heridas, cuando éstas manaban sangre desde mi interior. 

Qué por saber, supe que tenía que arañar y maullar cuando no respetarán mis principios, mis deseos o mis pasiones.

Supe también que aunque me hiciera amiga de un perro y este en su defecto, meneara la cola, sin saber por qué, no quería decir del todo que quisiera jugar conmigo. 

Qué por respetar mis deseos ante la inefable emoción de lo que no se me permite o se me niega, puesta a seguir mis instintos y mis principios, hacerles caso y no contradecirlas, me daba paz; por consecuente, coherencia en mi interior. 

Qué por lo tanto, la suma de principios, valores y pensamientos así cómo de reflexiones y límites, no son malos...

El problema es que mi amo, sigue viéndome cómo alguien quién tiene que cuidar, y será por estar en el hogar o porque ya no pienso en estar en la calle, investigando, que me hace sentir cómo si aún fuera una cachorrita. A veces me gustaría que me viera cómo ave, y volar, volar y volar... 

REFLEXIONES

 Volver al lugar donde se nació puede llevarte a una profunda revalidación de lo que eres. Pero nuestros progenitores, a veces se resisten a vernos cómo lo que somos, personas adultas. 

En tanto, que vamos avanzando, sea por una aspereza o por situaciones dadas que nos obligan a establecernos de nuevo allí. 
Se nos hace cuesta arriba, lidiar con la nueva dinámica que ahora ocupa nuestra nueva vida. Por ello, ahora, tenemos que aprender a vivir con esta nueva persona que aunque nos conoce y nos ha criado, se hace del todo imposible discernir un modo en el que haya una convivencia en paz. Por distintos modos de llevar la vida, tareas domésticas, modos de proceder, ¿Es posible que sobreprotección? 

Es por ello, que creo que la familia, puede ser nuestro aliado y al mismo tiempo nuestra cruz. Al mismo tiempo luchamos contra agentes externos y situaciones varias que tenemos que resolver por nosotros mismos. 

En ocasiones, estar con uno de los criadores, se hace pesado, hartazgo, y sobre todo, según la persona, sensación de culpabilidad. Prefieres no entablar demasiadas Conversaciones, pasas más tiempo en tú habitáculo, y procuras contar lo mínimo. 

Porque es una carga emocional gestionar tus problemas, y los que proyecta la otra persona a través de ti. 

Y no, no es que tengamos que poner siempre en la balanza a lo primero a la familia. Por qué hay momentos, en los que se vuelve una pesadilla. 

Por eso, creo que los criadores, teniendo en cuenta que no van a dejar de sentir que somos sus niños pequeños, al menos considerar, que ya no su tarea proteger, que ya no tienen que indicar qué es bueno para nosotros, les queremos mucho, pero hay decisiones que si no se comunican por elección, es mejor no inmiscuirse. Sobre todo porque la relación se deteriora. 

En cambio, se puede recuperar el tiempo perdido, haciendo aquello que nunca hemos podido hacer, compartir espacios en familia puntuales, y tratar que la convivencia sea lo más agradable por parte de ambas partes.

No es fácil, pero no imposible. 
 Otras, es mejor alejarse. Y no pasa nada. 


Gracias por pasar por aquí. 

©El Rincón de Keren 



Entradas que pueden interesarte

2 comentarios

  1. Hola. Me ha encantado tu relato y muchas de estas reflexiones me las planteo cuando observo a mi gata. Que cada día me da una lección de vida, de independencia y de saber disfrutar de sus momentos.

    Besos y gracias por tu escritura.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Carmen! Espero que estés bien. Los animales, en especial los gatos, saben qué les viene bien en cada ocasión, momento o situación. Esta similitud, pensé que sería buena, ya que podemos aprender de nuestro entorno más cercano. Sin irnos a lo más enrevesado. Gracias por pasar por estos lares y feliz mitad de semana. Abrazos y besos. Un placer seguir dedicando mis días a escribir.

      Eliminar