La habitación oscura | Blog Literario "Relato"

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¡BIENVENIDOS A EL RINCÓN DE KEREN! 










Durante mucho tiempo Amelia acudia a las quedadas donde era invitada, y al mismo tiempo juzgada. ¿Qué hizo ella? Fruncir el ceño, pero no decir ni una palabra. Durante, mucho mucho tiempo, su única amiga, la retaba a hacer cosas con las que no se sentía cómoda. E igualmente, ella, no cedía. Sin embargo, un día llego el amor a su puerta, y ella, sintió que todo tenía sentído. En cambio, este, estaba dispuesto a arruinar cualquier resquicio que quedara de su entero corazón acolchado, entonces, comenzó la batalla. 

Amelia era una chica flaca de vientre liso, piel terrazo, y pechos pequeños. Su cabello, estaba ataviado con trenzas de colores que cada cierto tiempo iba cambiando, gracias a la destreza de su madre, que era quien la trenzaba. 

En su elección con la ropa, su madre era quien la elegía. Y no valía llevarla la contraria. De ese modo , lo único que encontraría sería el enfado y el malestar. Por lo que pronto decidió y se dio cuenta que su opinión en casa, no era válida. Fue un mero caso, porque cuando conoció a este chico, Edu, comenzó a minar su autoestima. 

"Nunca llegarás a nada" 

Con el tiempo aquella relación lo que hizo fue deterioriarla. Pues compraba su amor por relaciones sexuales y luego el la dejaba. ¿Y qué hacía ella? Callar. 

Comprendió rápido que lo único que buscaban los hombres en ella era su cuerpo. Así que como su madre le tenía prohibido salir después de las ocho de la tarde. Se atiborrada de comida en su habitación. Pero esa etapa, llegó cuando despertó de la cruda realidad: Todo hombre blanco la querría para las sábanas. 

Todos comenzaban en un baile de risitas, que la conducían a un final que todos conocen. O la visita a casa para esa finalización que se sabe. No comía , y por eso, llegado un día, se atiborró: en esa habitación oscura, con cantidades de bolsas de la tienda del todo a cien y de las cuches, comenzó su cortejo con la bollería industrial, luego los dulces cual más variado mejor, su predilecto, el chocolate. 

Y con ellos, cientos de comidas procesadas y dulces, que se llevaba a la bocaz junto con la adquisición de una ansiedad y un estrés que la llevaron a la baja autoestima. 

Añoraba su cuerpo, ese flaco. Pero... ¿Añoraba su cuerpo? O ¿Sentirse deseada por un hombre? Esas fueron las palabras de su terapeuta. Con los años, que iban pasando cómo churros, aprendió a amar el deporte otra vez, a descubrir lugares nuevos a los que acudir, a darse cuenta que lo que ella opinaba, también era importante, y a poner primero sus proyectos. Pero para ello, hubo muchas lágrimas, intentos de suicidio, y una mal lograda enfermedad. 

Para aquellos que la veían desde afuera, no parecía tal cosa. En cambio, su habitación, confidente cómo cómplice, había presenciado, el pensamiento intrusivos, la rabia acumulada y la impotencia , a su lucha. Para ello, tuvo que romperse desde dentro. 

Hoy, estamos en una sociedad que vuelve a dictar cuerpos flacos, tallas minúsculas, y hombres que no aceptan a una mujer, si no tiene buena autoestima. 

Para Amelia, han regresado la depresión, el estrés y la impotencia. La frustración, y la tentativa, en querer aislarse. 

Un viaje hacia una vida sana en la que ella se dé amor, se ve truncado cada vez que se siente positiva, y le cuestionan sus actos, el miedo a estar haciéndolo mal, a que sea dañino o que vuelvan los pensamientos intrusivos , la paralizan.
En cambio, hoy, tiene las herramientas, para poder lidiar con ello. No será un camino de sanación, sino de APRENDER A VIVIR CON ELLO. 

FIN. 

REFLEXIONES: 

Han pasado muchos años desde mi persona cómo alumna del instituto, pero no puedo evitar pensar que muchas de las premisas que antes se daban en la sociedad, de los 90, han vuelto para darnos de bruces, con la modernidad retrógrada. Y con esto volvemos, a las tallas imposibles, la comida procesada, el tiempo en casa, o en la discoteca, - que pareciera que hemos olvidado la pandemia - salidas, compras excesivas , y un mar de intolerancia hacia las personas sensibles, tímidas o que "no encajan en lo establecido". 

La sociedad en la que vivimos del famoseo, de la apariencia, de la sonrisa fingida. De los amigos que no toleran, de la "Buena salud mental", porque ahora, no aguantar a un amigo, decirle que busque un psicólogo, se ha convertido en norma. Y no me refiero a un consejo desde el amor, sino desde la violencia de las palabras. 

Hecho, que muchas personas, acaben por invalidar su naturaleza, lo que les hace únicos con tal de entrar, ser aceptados, para lograr esa tranquilidad. 

En el caso de que no te haya dado una enfermedad por el camino, dicho sea, se hará cualquier cosa para llegar a la aceptación. Todos queremos formar parte de algo. Ser ese "alguien" o tener ese grupito de amigos. 

Desajustes alimenticios, estrés y depresión, no poder ni levantarte de la cama, no tener alegría para sobrellevar la vida, llorar, llorar y llorar. 

Sabes? Pizarnik decía "Bendita esa idea la de no encajar en la sociedad, eso es magia, eso es lo que nos hace únicos" 

Y no , uno no cambia de la noche a la mañana, a veces, puede pasar mucho tiempo y no poder sanar. Por eso, es mejor poder decírselo a una misma una vez más. 

HAY QUE APRENDER A VIVIR CON ELLO

Se vale llorar, 
Se vale no poder con nada,
Se vale gritar y estallar, 
Se vale quejarse 
Por tú dolor tiene importancia
Y por qué cuando anulas esa parte , estás diciendo que que lo que sientes no es verdad y no merece ser tratado. Libera nervios, y nos apacigua. 

Se vale reír y al tiempo llorar
No tener ganas de festejar
Se vale NO ESTAR BIEN. 

Porque yo sé que dentro de casa una, hay un espíritu que nos dice, "hoy si lo voy a intentar en este día"
Pero tiene que llegar en su momento. 

Y por qué tú lo decidas. 

ERES ÚNICA, Y NADA DEL PASADO NI DE LO QUE TE DIJERON, TE DEFINE. PASA A LA ACCIÓN Y LLORA, ÉCHALO TODO. QUE CUANDO QUIERAS DARTE CUENTA, TENDRÁS LAS ARMAS, Y LA CAÍDA SERÁ MENOS DOLOROSA. 



8 comentarios

  1. ¡Qué bonito relato! Estoy de acuerdo contigo, esta sociedad en la que vivimos es un asco... Somos víctimas, pero también somos verdugos, porque al final todos caemos en el círculo casi sin darnos cuenta. Como dices, lo mejor de todo es ser diferentes y al que no le guste, que le... ¡Feliz salida y entrada de año! Comparto tu relato. Un abrazo. :)

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    1. ¡Hola, Merche! Así lo creo yo también. A veces, se cae en una espiral de la que es difícil salir. Y creo que entre nosotros, sobretodo, debería haber más apoyo; más que nada porque cómo mujeres nos toca vivir algunas de las cosas por igual. Muchas gracias por pasarte por aquí, dejar comentario y compartir.

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  2. Que razón tienes, que interesante este tipo de publicaciones. Un saludo desde ANTIGÜEDADES DEL MUNDO.

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    1. Muchas gracias, la idea era enfocar el dilema de la sociedad, entre mostrarse tal cual se es cada uno, o callar. Qué al final, si una no es ella misma, no puede ejercer en la vida con la plenitud que le viene desaforada. Gracias por pasar por aquí y dejar comentario.

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  3. Nos dicen que las cosas van cambiando pero no es cierto. Al menos, no los problemas de fondo y estructurales. Somo también culpables por nuestra inacción y sumisión.

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    1. ¡Hola, Cabrónidas! Más que la inacción, lo que le hace falta a la sociedad es un cambio de pensamiento, y eso, aunque debería estar más que aprendido, oponerse, como dices sería favorable pero también hacen falta campañas, un cambio verdadero de la sociedad y aceptación con más información centrada en captar a ese público reacio, claro que, uno puede decir misa y ser menos tolerante de lo que parece, o poco comprensivo, hace falta querer cambiar y estamos todos, con una ideologías y otras, todos hablan para tener razón, nadie valora lo justo y de todos, en la teoría todos lo sabemos pero pecamos de errar precisamente en el cambio de pensamiento, por eso hace falta voluntad de querer deconstruirse y no quedarse con lo primero que nos dan masticado. Y ya no se trata de sociedad poco culta es la curiosidad de conocer la verdad y una vez más, valga la redundancia, el sentido de justicia democrática real. Más bien culpables de encubrir lo que nos dan y quedarnos con ello, ovejas, borregos... llámalo cómo quieras. Porque es muy facil quejarse, por los derechos que le toca a uno, pero si no es una lucha conjunta, de qué nos sirve, nos estamos afianzando la posibilidad de que el golpe sea mayor si cabe cuando acaben con "ellos". Es cómo esas personas que hablan de otras a sus espaldas, si hablan mal de esas personas, que cosas harán o dirán de uno... Puede que una persona corriente como mucho te amargue la vida, pues imagina el gobierno, los medios de comunicación... ¡HAY QUE DESPERTAR!

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  4. Hola, Keren.
    Un relato profundo, duro y muy realista. Un relato que debería hacernos reflexionar, porque dices verdades grandísimas y estamos creando un mundo en el que es muy difícil vivir y todavía más convivir.
    Por desgracia, todo lo que comentas nunca se perdió, quizás se aletargó un poco. Yo, aunque hombre, también viví algunas de esas cosas. La sociedad intenta imponer y los borregos siguen a pie juntillas todos los dogmas. Al final, como una gran manada, todos quieren ser iguales: vestimenta, apariencia, ideas, gustos...
    Y ¡NO! Lo verdaderamente importante es lo que nos diferencia. Cada "imperfección" nos hace únicos y esa debería ser la búsqueda de cada uno.
    No desfallezcas, díselo también a Amalia. Es muy difícil cambiar, muy difícil ser diferente, muy difícil apartarse del grupo. Pero si los que te rodean son tóxicos, mejor solo. Ya llegará alguien que de verdad sepa valorar quién eres.
    Estos relatos son importantes e imprescindibles, porque con él, no solo te desahogarás, también encontrarás personas que piensan igual y que te mostrarán que no estás sola.
    Un Abrazo enorme. Que el Nuevo Año 2023 te traiga muchísimas sonrisas, alegrías y deseos cumplidos.

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    1. HOLA, JOSE! Así es, es muy difícil cambiar. Mas lo es en sociedad. pero aunque vamos a la deriva en caer en el individualismo, parece que es mejor preocuparse de uno mismo, para con el ejemplo poder predicar sobre los demás. No es mi caso ni soy la persona más adecuada para hablar de cambios, precisamente porque me cuesta horrores hacer cambios en mi mente. Sobre soledades y acompañamientos, he preferido estar sola antes que acompañada, quizás por el daño, o por la incomprensión en algunos temas asociados a mi situación, No es que me den de lado, que ha habido personas que sí, simplemente, prefiero no relacionarme con según quien.
      GRACIAS POR PASAR POR ESTE ESPACIO PEQUEÑITO. feliz año, y que todos tus deseos se cumplan. FELIZ 2023.

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