¡Hola, mis seguidores, lectores habituales y nuevos lectores! Almería, otoño 2018 (imagen propia) Aun recuerdo cuando los tiempos cambiaron y el remolino de la tempestad sacudió nuestra casa. El recuerdo, solo hace de las heridas dolores que un día no encontraron salida. Encerradas en una cavidad dónde el ser estaba comprimido en un solo ,y un único logro para los días posteriores. Seremos tú y yo, el mundo y los recuerdos en un lugar dónde todo comenzó, dónde nuestras almas ansiaban del otro y así comenzaba el amor: El amor. Algo tan añejo cómo los días, algo tan recóndito para el que sueña y tan imposible de percibir en los devastadores tiempos duros; El hogar. Lugar al que no concibíamos aun ni con la llegada del otoño, ni con el candil en nuestros corazones, ni la parafernalia a la hora de vernos. Los nervios recuerdan a una chica tímida, pero que sabía lo que quería, ávida del amor ofrecido sin zalamería, con palabras que apostillaban el bloqueo del que la percibía. Él, de ojos