¡Hola, mis seguidores; lectores habituales y nuevos lectores!
Ya no quería pensar más en lo que ocurrió: Cogió lo poco que tenía y echó a andar.
Anduvo hasta la parada de bus, de allí eligió el primer aeropuerto, ¿Dónde iría? daba igual, lo importante, era alejarse de aquel lugar.
"El primer avión que salga lo antes posible" pensó. Llevaba el suficiente dinero cómo para alejarse de aquel lugar, todo lo que quisiera. Se echó la mochila a la espalda pagó el billete y embarcaron hacia Madrid.
Allí, en medio de aquella ciudad tan ajetreada, se dió cuenta que tendría que comer y dormir. Preguntando por las calles, encontró un hostal barato. Allí se duchó por fin, se lavó el cabello, y vio la televisión. Echó la mano en el interior de la bolsa para recoger el telefono y ver en la pantalla la palabra en el tiempo: Madrid. Efectivamente, estaba lejos. Pero no lo suficiente. Le acusaba la noche con miedo en el cuerpo, y en la cama, con la luz tenue y el alborznoz, comenzó a temblar. Ingirió un calmante e intentó dormir. Se echó a un lado, al otro, pero las imágenes le venían de sopetón a la mente. Tenía que alejarse más. Entonces volvió a vestirse y guardo la ropa y el móvil en la bolsa. Comió apenas un trozo de pan y salió escopeteada de aquel hostal. En recepción, el hombre hacía su turno de noche:
-Quiero pagar la estancia para desalojarme
-¿Cómo? ¿Pero ya se va? pero si Madrid es muy bonita, ya verá... quédese unos dias...
- ¡No me ha oído? - Le espetó
- El cliente, siempre tiene la razón
La mujer deposito la llave maestra y el mando de la televisión; pagó y se fue. El hombre, quedó extrañado, pero como había recibido una propina sin habérselo propuesto, no dijo nada, y siguió a lo suyo.
Ella, anduvo todo lo que pudo hasta encontrar un taxi. Dio la casualidad de que era una mujer. Esta la recibió con animado cantar:
- ¿Hacia dónde?
- Hacia el aeropuerto por favor
- ¡Vaya, quien pudiera viajar! la verdad es que con dos chiquillos y un marido que ya no está ... es duro poder viajar, sobre todo, si son tan pequeños...
La mujer, no dijo nada. Miraba a un lado y a otro, no miraba el paisaje o sus edificios, pero la gente sí que la miraba, era... como si esperara encontrar a alguien. ¿A un fantasma? su cara expresaba unos ojos saltones y una mirada angustiada. No paraba de revisar el móvil y su cuerpo encorvado, alertaron a la conductora que parecía saber algo:
-¡Chica! ¡pero si parece que huyes de algo!
Rápidamente, adoptó una sonrisa amanerada, y una actitud correcta. Intentó apaciguarse y le dijo:
- No, es que es raro estar en una ciudad que no es la tuya... todo es tan nuevo... - sonrió de manera fingida pero la taxista que no se dejaba engañar, aparcó en una calle en la que la dejaran estacionar, apagó los motores y le dijo.
- Yo también he pasado lo mismo que tú. Sé lo que estas viviendo.- la mujer se puso nerviosa pero apenas imperceptible le siguió la conversación
- No se de que me hablas, yo... estoy viajando por todo el mundo... viendo lugares nuevos, descubriendo... - pero esta no la dejo acabar
- Y huyendo de tu agresor- Esta se quedó boquiabierta y no supo qué decir. hubo un cruce de miradas sensitivas - No te preocupes puedes contar conmigo. Mi marido me chantajeaba, me hacia la vida imposible, una vez me llegue a creer tanto que no valía para nada, que lo traspasaba a mis hermanas menores, tenía que fingir estar feliz para poder sobrellevar la vida que ahora vives tú, y como tú, también me escape de aquel cabronazo hijo se su madre. ¡Pues que le aguante su madre, oye! - La mujer, rompió a llorar. El estallido fue tan conmovedor, que la conductora, salio del pilotaje para sentarse a su lado, en la parte trasera y abrazarla. - ¿Cómo te llamas?
- Me llamo Elsa ... - Dijo gimoteando.
- Ese cabrón te hizo lo que tienes en el ojo ¿Verdad? No te lo guardes, llora, grita ¡Grítame cómo se lo habrías hecho a él!
Elsa lloró y gritó, rieron y se abrazaron y volvieron a llorar...
DIEZ AÑOS DESPUÉS...
Elsa ya no mira a su alrededor, pero tiene un trabajo, ya NO anda por ahí sola pero vive en su propio piso. Y ya no le teme a lo que sucederá. Aun trabaja en ella misma.
Hoy ha quedado con Luisa, que ha vuelto a estacionar, otra vez ,donde no debe y le dice:
- Se que tus charlas, ayudarán a muchas mujeres. Vas a estar magistral.
Bajan del coche, mientras hablan sobre el día. Hoy se ha salvado Elsa, y hoy han sido advertidas otras tantas mujeres.
Elsa lloró y gritó, rieron y se abrazaron y volvieron a llorar...
DIEZ AÑOS DESPUÉS...
Elsa ya no mira a su alrededor, pero tiene un trabajo, ya NO anda por ahí sola pero vive en su propio piso. Y ya no le teme a lo que sucederá. Aun trabaja en ella misma.
Hoy ha quedado con Luisa, que ha vuelto a estacionar, otra vez ,donde no debe y le dice:
- Se que tus charlas, ayudarán a muchas mujeres. Vas a estar magistral.
Bajan del coche, mientras hablan sobre el día. Hoy se ha salvado Elsa, y hoy han sido advertidas otras tantas mujeres.
©️El Rincón de Keren
Muy buen relato Keren
ResponderEliminarBien desarrollado y con un giro argumental final muy bueno
El tema especialmente relevante y tratado con sensibilidad h realismos
Felicidades
Hola Jordi,
EliminarLa idea era tomar la conciencia de la huída cómo para encaminar al lector en el trasiego de verse con la posibilidad de escapar, cuando "Se puede" pero la realidad es que el agresor siempre procura que no tenga medios para irse así cómo así, y aunque pudiera, ella debería darse cuenta que es mejor una huida, que quedarse donde se está. Ha tenido la gran suerte de que, la taxista ha pasado por lo mismo. No están solas. Hay más cómo ella.
Me alegra que haya podido transmitirlo.
Un saludo y feliz inicio de semana.
Hola, Keren. Mil gracias por estos regalos que nos haces a tus lectores. Disfruto mucho de tus letras.
ResponderEliminarBesos y feliz semana.
Gracias a ti, pasarte. Un saludo y feliz semana.
EliminarHola, Keren. Los diálogos en los relatos ayudan mucho al lector a ponerse en la piel de los protagonistas. Bien hecho. Por otro lado creo que sería justo y muy necesario inyectar fondos públicos para que haya mayores casas de acogida a las mujeres maltratadas. La protagonista de tu relato tuvo la suerte de tener unas mínimas condiciones económicas para huir. Otras, ni eso.
ResponderEliminarUn gran saludo.
Hola,
EliminarEs lo que le comentaba a Jordi. Los fondos y la atención publica para que sea posible, que todo lo quieren privatizar. Ayuda inmediata, y sobre todo, leyes que amparen a la madre y los hijos de manera en que no tenga que pasar mucho tiempo. Eficaz y una actuación rápida. Creo que aunque no me guste decirlo, también si se conoce a la familia, avisar, apoyar, los buenos vecinos pueden hacer buena acción para agilizarlo todo de la mejor manera.
Gracias y un saludo!!