Relato: Epifanía ¿El Diablo?

¡Hola, mis seguidores; lectores habituales y nuevos lectores!

Banco PixaBay

Descendía la calle con la misma intranquilidad de siempre, aquella lluvia que había calado en la villa como aguacero de mayo, no era precisamente una lluvia próxima al verano. Era propio de algo peor.

Cada camino más oscuro, la llevaba al pensamiento más oscuro. Cada noche, una imagen incrustada en su cerebro se le aparecía incapaz de hacerla desvanecer, incapaz de hacerla recalcular el tiempo hacia que se reproducía en su memoria como un recuerdo incrustado del que no podía escapar.

Aquella noche, el hombre misterioso, había vuelto hacer su aparición para decirle algo:

"Cada instante en este espacio, es un instante en el futuro. Y cada acierto en este presente, es la dicha del futuro"

Comeprendía a la perfección aquellas palabras. Karoline, había tomado una serie de decisiones malas que nunca había tenido ocasión de tomar desde que apareció la llegada inminente de su nuevo trabajo. Pero en vez, de hacerle frente a los desaciertos que habían sucedido a lo largo de aquel año estrepitoso. Quiso reincorporar nuevos hábitos que nunca acababan del mismo modo que ella los imaginaba. Pero... ¿Realmente era cierto eso? ¿Aquel hombre solo quería que eligiera mejor sus decisiones?

la lluvia, participe de todas sus noches, no la amedrentaba. Pues salia cada lluvia sin guarecerse con una chaqueta marrón y un paraguas rojo que la llevaban siempre al mismo lugar: el cementerio. Presa de la ira por aquellos pensamientos que se le suecedían con frases alentadoras pero que nunca llevaba a cabo. Decidió medicarse. Sacó del bolso un bote de lorazepan, y lo ingirió sin hacer caso a las advertencias del medico "Solo una si precisa" le había dicho el medico. Pero aquella situación, en la que nunca acaba de estar del todo bien. La habían avocabo, como era evidente, a ser un zombie que patrullaba las calles como alma en pena.

Cada pena, si es que era una pena que pronto fuera a iniciar un proyecto que la sacaría de esa vida de miserable, eran el aliento que toda persona esperaba: una casa nueva, ropa nueva , un coche nuevo, amigos nuevos y ricos y famosos y por que no, mucho dinero. Pero lo cierto era que nada de eso la alentaba, nada de los lujos y los buenos propósitos eran aliciente suficiente para una mente tan inquieta y atormentada como la de ella.

Lo pensó por un instante. Lo rehusó. Pero finalmente lo decidió. con el dinero de una entrada para un piso que había pensado gastárselo en una casa por todo lo alto, se fue a vivir a una casa modesta en un pueblo , alejado de la mano de Dios. Sí, todos pensaban que aquella mujer se había vuelto loca. pero lo inquietante no fue aquello. Aquellos pensamientos recurrentes, no cesaban. hasta que harta, pesarosa y con ganas de terminar con todo aquello, encendió todas las luces de la casa, dejo cerca de ella las pastillas, y se dispuso a recibir a aquel hombre que aparecía siempre en el pensamiento con con una capucha y cuerpo emborronado.

todo se volvió turbio. la casa, cambio su apariencia y se volvió de un rojizo candente capaz de invocar al mismísimo diablo. Y allí entre candencia y miedo, aparecio nítido el hombre al que esperaba:

- ¡Quien eres y porque me persigues!

-¿La pregunta es, porqué crees que necesitas saber porque ocurren todas estas cosas cuando has tomado una decisión clara y firme, has elegido una decisión rotunda y has estado segura de todo cuanto has hecho y al ver que la voz no iba con lo que tu deseabas... has creído que las cosas no iban bien.

La estancia volvió en sí, y su mente más clara: había tenido una epifanía.

REFLEXIONES

Aunque sabemos... Que el dinero ayuda. Y es parte de una sociedad consumista en la que la rueda gira, a veces, hay que hacer constancia de que el dinero no es el centro de nuestros anhelos. Así cómo dije, este relato, no tiene nada que ver con la dinámica, y más bien, quería reflejar el hecho de tomar una decisión y no saber si es acertada. A veces, para aquellas personas que son autoexigentes y que dan todo de sí mísimas para dar lo mejor y ofrecerlo, se olvidan de que sea cual sea la decisión que se tome, será acertada. Ahora bien, hay que asumir esas consecuencias. Puede que salga mal o puede que bien. Pero no será nunca, algo malo. Pues siempre salio de esa persona con todo el alma y toda la ilusión. Y si pensamos positivamente en las consecuencias, siempre se puede recalcular la ruta, probar otros caminos, o tener paciencia y aguardar un momento en el que todo lo que se ha decidido primero en el pensamiento, llegue a buen puerto.

Así como dejé de recordatorio para los más asiduos a mi blog de EL RINCÓN DE KEREN,
OS DEJO MI PODCAST Y EL VIERNES HAREMOS OTRO ANÁLISIS conjunto. No olvides, que también cómo en el analisis anterior,
habrá vídeo.

ENCONTRÁNDOME (Click en las letras)

¿Tú qué opinas?

Miguel Pina13 de enero de 2020, 15:45
Hola, Keren. Felicitaciones por tan elaborada entrada dividida en tres partes. La primera, un relato lleno de pureza, libre interpretación y buena literatura. En la segunda, la explicación y reflexión más personal (efectivamente en saber "recalcular la ruta" está la clave de casi todo en la vida). Y la tercera parte también me parece interesante. Lo de los audios o podcast es otra faceta en la que te desenvuelves muy bien. Se escucha perfecto.

Has comenzado la semana fuerte. Me alegro. Un gran saludo.
ResponderEliminar
Respuestas
Vanessa16 de enero de 2020, 20:41
Hey Keren,
El relato me ha gustado mucho y lo que quieres que reflexionemos. Estoy totalmente de acuerdo que el asunto de tomar decisiones es lo que más nos cuesta. Nos meten el miedo a la equivocación pero lo cierto es que como dices, no existe.
Siempre se aprende algo, crecemos y la cosa es aprender y que el siguiente intento sea más certero.

El podcast también me ha gustado mucho :D

¡Un abrazo!
ResponderEliminar
Respuestas