Relato: Árbol sagrado

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Imagen propia
Barcelona febrero 



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Pues allá voy... 


RELATO
ÁRBOL SAGRADO


Fue un día  en el que la vida había dejado parte de su encanto. Pero las amenazas climáticas, los hombres que cada vez hacían aparición en escasos momentos para el bien. El ser humano siempre tuvo ese afán por querer dominarlo todo. 

Acudíamos a glorificar el árbol sagrado para encontrar algo de serenidad entre las guerras del mundo oscuro y el mundo de luz. 

En el mundo oscuro todo estaba permitido: Alcohol, , sexo, fútbol violento y había polución matutina. En las que todo libertinaje y deseos eran siempre permitidos con tal de liberarse de las leyes establecidas en el mundo de luz. Cada día hombres y mujeres , yacían por puro placer en la lujuria, el juego, la trampa y las vidas al limite de cientos de personas que lo único que anhelaban era : No seguir ninguna norma. 

En el mundo de luz se veneraba a la naturaleza y las mujeres y niños acudían a rituales sagrados siempre entre  rodeados de esa vegetación fruto de la madre selva y tierra que les proporcionaba todo encanto y vida que generaba la flora salvaje. Asentados en casas que habían sido creados fruto del esfuerzo y la mano de las mujeres y los hombres 'noir' y 'Blanch' que una vez vivieron codo con codo. Una vez  más el mundo palpitaba un nuevo latir y parecía que todo se iba a desmoronar. En este último la ley era tajante: La naturaleza y su pureza estaban por encima de todo. Y lo respetaban. Pero el mundo, estaba demasiado ansioso de libertad e iba perdiendo su luz. 

Aura, era una 'noir' aquello, no era sino el negro azabache o el cobrizo metizado que surgía entre los 'noir' y los 'blanch'. Cada 'blanch' tenía una porción de 'noir' y a la inversa. Aura, era una de entre tantos que lugareña cómo otros, recibía a la naturaleza con el espíritu y la calma. Veneraba a los dioses de la naturaleza cómo 'Yemayá' su vegetación y su fauna hacían del lugar el hogar perfecto para vivir, ella, pese haber sido advertida del mundo oscuro, siempre divisaba desde su hogar familiar el otro bando: la oscuridad que solo se hacia presente desde el día lo contrarrestaba con las iluminaciones de festejo todas las noches. Aquello podría resultar molesto, pero cada vez, los jóvenes estaban más acostumbrados a los trasiegos de la vida oscura. 

Ella como muchos otros, habían nacido entre colinas, cuevas y flores. Mientras que los 'blanch' habían migrado de allí. Pero ahora sucedía todo lo contrario. Muchos de ellos volvían al mundo de luz donde la quejumbrosidad de la ciudadanía chocaba con el carácter de aquellos que volvían hartos de aquella vida. Uno de ellos, llegó a su puerta. Picó a la puerta y se desmalló en la misma puerta con tan solo abrirla. Aura acogió a aquel muchacho que debía tener la misma edad que ella, diez y nueve años. Ella lo acogió pese a que su familia sabiendo que era un chico del mundo oscuro, a regañadientes, le proporcionaron, cama, ropa limpia, comida y aseo. Lo sorprendente para la familia de una hija única, era que no causara ningún alboroto y que ayudara en todas las tareas, tanto las que se unían en sagrada naturaleza cómo las que eran individuales. Pareciera que aquello les cause algo de desdén y Aura sabía que estaban esperando a que cometiera algún fallo para devolverlo de nuevo, al lugar de donde había venido. La hija única, o no lo sabía o no se daba cuenta. 

Pronto pasaron los años y Alec, el visitante del mundo oscuro, encontró la manera de construir su propio lugar, algo a lo que llamar hogar. Entre Aura y Alec se esbozan no solo amor, sino electricidad; además de una desbocadas ganas de estar el uno con el otro, y eso a los padres les angustiaba o no estaban conformes por eso, cuando Alec decidió marcharse a un lugar alejado, de mundo de luz, respiraron tranquilos pero no podían dejar de preguntarse aquellos progenitores, si en su huída, tan unidos que estaban los jóvenes, Aura iría tras él joven que ya había cumplido la veintena, tenía un trabajo con la naturaleza ayudando a regenerar aquellas plantas que no sobrevivían y que era en realidad, un trozo de pan. El padre, era el más quisquilloso pero la madre no podía dejar de pensar que el chico, habían sido una gran influencia para su hija; sobre todo porque muchos de los arreglos de la casa, lo habían hecho, entre su marido y Alec: 

- Ese chico, por fin se ha marchado. Al fin Aura podrá retomar sus labores superiores con la naturaleza y ocupar un alto cargo para que ese andrajoso no toque a nuestra hijita... - pero intervino la madre 

- ¿No crees que estás siendo un poco injusto? el muchacho se ha portado muy bien con nosotros y con Aura, ha sido un ejemplo para que sacara buenas notas, ¡ Y qué que nuestra hija se haya fijado en Alec! ¿Ya no te acuerdas de cómo nos conocimos?- Al padre se le pusieron los ojos cómo platos y guardó silencio mientras ojeaba por la ventana... : Sabía que su mujer tenía razón pero su orgullo le impedía ver la realidad. Aunque también sabía que si su hija decidía irse con aquel chico, no habría nada ni nadie que la pudiera parar. Tomó un sorbo de café y fue a dar un paseo. 

En aquel momento volvió Aura de sus lecciones y con una cara bobalicona, que su madre conocía muy bien: 

- Hija, ya he preparado el almuerzo. Y cuéntame que ha ocurrido... - Dijo con una media sonrisa 

- Alec me ha enseñado a construir una mesa , hemos estado paseando y hablando... pero ... mamá aunque me gusta mucho... esto... ¿Qué hay en mundo oscuro? ¿Porque Alec no quiere nunca hablar de ello?

A su madre se le aceleró el corazón y tuvo que coger aire profundamente, para decidir en ese instante de segundo y tras una pausa, cogió asiento y le dijo: 

- Ven aquí hija. Te vov a contar algo... Hace muchos años... No me enorgullezco de esto pero yo vivía en mundo oscuro y fue casi cómo tú con este joven, que tu padre y yo nos conocimos en mundo de luz. Solo que, yo le arrastre él a mundo oscuro y vivimos una vida ... algo alborotada. Me quedé embarazada de ti y decidimos volver a mundo de luz para tenerte. Debíamos pagar o más bien sanar una vida en la que todo estaba permitido. Pero yo no quería que vivieras las penurias en las que nos vimos en la oscuridad. Sin ayudas, sin familiares, sin acogimiento de comunidad... hija... nosotros... - Pero intervino 

-¿Por eso teníais ese semblante cuando Alec y yo estábamos juntos y le preguntaba sobre la oscuridad, verdad? ¿Por eso papá me decía que mi deber era estudiar y no fijarme en hombres, verdad? - Apostilló 

- Hija... no sabíamos las intenciones de aquel chico, y eras demasiado joven para saber todo esto. Lo que pasa es que, tu padre es un testarudo. Se que amas tanto a Alec como yo he amado y sigo amando a tu padre. Si de mi dependiera, tendrías mi bendición. Pero ya sabes cómo es tu padre... 

-¿Porque nunca me dejasteis conocer lo oscuro por mi misma?

- Ese mundo te absorbe, no eres tu misma... ¡No debes ir allí!

- ¡No soy una niña! ¡Soy una mujer! y puedo tomar las decisiones que yo quiera. - Aura se fue llorando y al mismo tiempo gimoteando. Fue a ver a su amor quien le recibió con los brazos abiertos y cortesía: como siempre. 

Su madre, agitada y temiendo lo peor avisó a su marido y este fue a casa de Alec. Para su suerte, estaban los dos allí. Entonces, Alec habló:

- Señor, no tengo ningún interés en volver a mundo oscuro. Ni tan siquiera de estar allí con su hija, es más le seré claro: Amo a su hija y por nada del mundo dejaría que le pasara nada. Tengo claro el bien y el mal. Antes, me quitaría la vida en ver que algo le pasara. Lucharé con garra y puño si hace falta por ella.- Aura se quedó boquiabierta pero el hombre testarudo no acaba de creer al joven. Entonces recordó las palabras de su mujer y bajó los hombros en señal de calma. Este, muy a regañadientes le dijo

- Está bien, te estaré vigilando.

-No se arrepentirá señor... 

-Aura, me consta que Alec ha dado su palabra de ser un hombre humilde y de honor. Por esta noche, dejaré que te quedes aquí pero mañana te quiero en casa, al amanecer. -Dejó caer 

- Allí estará señor. Yo la acompañaré. - A Aura le molestó ese gesto de Alec. y añadió

- No hace falta que hables por mi Alec. Papá, tranquilo, estaré alliíen cuanto... 

...Pero un gran estallido iluminó la noche fría allegando a lugareños que con fiereza acudían al circulo del árbol sagrado en el que la madre tierra latía todos y cada uno de ellos gritaba, corrían o intentaban hacer ademan para poder soportar las iluminaciones que se veían a lo lejos. montones de 'blanch' volvían a mundo de luz para encontrar asilo y los 'noir' se quejaban de que ya no quedaría sitio para nadie a este paso. 

Un sosiego volvió después del cataclismo pero ... el mundo entró en caos mientras  hombres y mujeres  del mundo de luz comenzaron a creer que era mejor vivir en un mundo sin leyes. Hubo una revuelta en las que las mujeres lucharon cómo reinas de los mundos liderados por ellas. Sin embargo Todo quedó en la nada tras varias batallas dirigidas por ambos mundos. La gente sobrevivía de lo que tenía. 

La familia de Aura y Alec decidieron hacer piña. Y aun habiendo sido unos milenios muy duros. La leyenda dice que, el enlace entre la pareja sirvió de ejemplo para afianzar los lazos entre ambos mundos. Cómo ejemplo de la naturaleza sabia nació un niño  y una niña que fue fruto de una paz que tardó en llegar. Gracias al árbol sagrado  que procuraba una sanación innata que mostraba el bien de los dos mundos el mundo volvió a creer en la paz y la naturaleza. 

Por eso, cada vez que que echamos la vista al pasado y hay algún incidente cómo el que ocurrió hace ya más de de dos mil años, volvemos al árbol sagrado que es ahora el pulmón de nuestras dos ciudades que quedaron unificadas tras el lema tratado con respeto y tolerancia donde los 'noir' y los 'blanch'  quedaron entrelazados por siempre bajo el lema "El respeto y la empatía es lo primero"; nadie se metía en las vidas de los otros siempre y cuando todo guardara cierta armonía entre el hombre y la naturaleza. 

Hoy el cielo es azul y nuestro árbol luce brotes de un invierno que no es normal. Pero... ¿qué fue normal en este mundo? 



©️El Rincón de Keren








Comentarios

  1. El mundo oscuro y el mundo de luz. Dos mundos enfrentados que bien pudieran trasladarse a cualquier periodo histórico de la humanidad. La empatía es un bien común que debería enseñarse en las escuelas. Un relato profundo y bien hilado por los diálogos centrales del texto que hacen muy amena su lectura.
    Saludos, Keren.

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