Desde que había aprendido a decir que todo era más nuevo;
más sugerente. Su mundo se había vuelto sin apremiar a su condición de querer que
las cosas fueran cómo a ella más le convenía.
Cuando Pablo la llamó para que hablaran sobre su ruptura con
Clara, estos, en un tira y afloja, la pusieron en el aprieto en el que cada uno
quería tener a algún amigo de su lado y Marga, Dijo que “NO”; que si querían
que les ayudara para algo puntual, estaría allí cómo buena amiga, pero no para
jugarretas de quinceañeros. Aquello fue insostenible, y Marga, supo que aquella
situación, por mucho que quisiera a su amiga Clara y por supuesto a Pablo, ellos
la ponían en una situación incómoda. Supo ver que aquello, no la pertenecía y
se sintió poderosa, porque así fue cómo comenzó todo, pero echó la vista atrás:
20 de febrero
La madre de Marga había comenzado a angustiarse por el
papeleo que tenía que hacer para que no les embargaran la casa. Tenía que hacer,
además, la declaración de la renta, que siempre, por casualidades de la vida,
les tocaba a deber en vez de a devolver. “Estos siempre ganan” decía su madre.
Esta se sugestionaba con innumerables cafés que la ponían en un estado de alerta
y repelo, que la volvían desagradable, por no saber muy bien cómo arreglar la
situación. Y en vez de ponerse manos a la obra, dejaba de lado el tema, y se
quejaba innumerables veces sobre la pena que tenían en casa. Marga insistía en que
lo hiciera, que se lo sacara de encima pero esta solo acudía a decir que no
sabía hacerlo. Momento en el que Marga toma las riendas de la situación y
arregla el problema. Su madre se lo agradece con toda su alma. Pero una vez más,
había resuelto un problema que no le concernía.
20 de Marzo
La madre de marga necesitaba cambiar la iluminación de la casa;
¿qué era cambiar una bombilla en un piso? “Ay! A ver si viene tu hermano para
cambiar las bombillas” Marga le decía que porque no las cambiaba ella. Al fin y
al cabo, cambiar una bombilla era de lo más sencillo, y no creía que fuera algo
con lo que tener que molestar a su hermano.
Una semana estuvo quejándose su madre sobre la luz. Otra
vez, Marga cogió la situación por los cuernos, bajó a comprar unas bombillas
LED , cogió la escalera y cortó la luz desde el cuadro para acomodar y enroscar
cada bombilla. Cuando llegó de trabajar su madre, toda la casa estaba
iluminada, otra cosa sería cambiar la lampara del comedor pero la casa tenía iluminación
para ciento un año. Su madre se lo agradeció, una vez más. Pero otra vez, algo
que no era de ella , lo hizo cuando podría haber dicho que no.
20 de abril
Le habían invitado a un cumpleaños en el que no conocía a
nadie. Pero Marga, acababa de salir de una mala situación. Todos la animaban a
ir. Lo cierto es que la gran mayoría eran o desconocidos o no se llevaba nada
bien y tenía que hacer un regalo a alguien a quien no le había ni felicitado las
fiestas o como mínimo, su cumpleaños. Estaba en la encrucijada de ir por compromiso
o acudir con una sonrisa que ella consideraba cómo hipócrita, además, a aquello
se sumaba la idea de encontrarse con gente, que no le caía nada bien.
Finalmente, dijo que era demasiado para ella, aun habiendo comprado el regalo,
habiendo elegido ropa, y guardado dinero para la ocasión, en el último momento,
siendo fiel a sus sentimientos, dijo que no.
De todos modos, nadie la echaría de menos y así no haría
algo que no la hacía sentir mal porque … ¿para qué ir a un sitio en el que una
no se va a sentir bien y a gusto? Ese fue uno de los primeros “NO” que acudió a
su boca cada vez que no se sentía fiel a sus principios.
Poco a poco fue sintiéndose cargo de lo que no estaba en sus
manos. Pero la pérdida de un amor la ponían de lleno en el cuadro de verse en
un juicio por un divorcio. Aquella situación le superaba: Verse frente a frente
con su ex marido. Teniendo en cuenta cómo la había tratado… Sentía que el corazón
se le iba a salir por la boca. La abogada acordó una vista online. Sin embargo,
quedaba la odisea de recuperar sus cosas y el amor que no se cerraba, pues
este, la seguía llamando y ella había caído en la espiral de llamarle a él cuando
se sentía mal. Entendió que aquello solo la iba a perturbar aun más y ¿Qué
sentido tenía hablar con un hombre que la había maltratado psicológicamente?
Era cómo hablar con su asesino, y es que si seguía hablando con él, fuera por
lo que quedara de amor o por lo que fue; acabaría mal, o peor, no lo contaría.
Por lo que dijo que “No”: No, a las falsas esperanzas, a la zalamería, las palabras
enmascaradas, las falsas promesas, y por supuesto, a la falsa promesa de que todo
iba a cambiar.
La vida de Marga, aun estaba echa un lío pero ahora, se veía
un poco más enfocada en lo que a ella le importaba, en lo que realmente era
bueno para ella. Y NO, no se arrepentía, sino que sentía una paz y jolgorio, Certeza
y convencimiento de que lo estaba haciendo, lo estaba haciendo bien. Y lo más importante PORQUE ELLA QUERÍA Y QUIERE.
Buen relato en tres tiempos narrativos que de alguna manera nos habla del ayer, del hoy y del mañana. Todos debemos aprender a decir ese "No" que nos libera, no hace más sinceros y nos ayuda a superar las dificultades.
ResponderEliminarUn saludo Keren y a comenzar con fuerza la semana.
Hola Miguel,
Eliminarasí lo creo. Gracias por tu tiempo en mi blog.
Feliz comienzo de semana.
A cuidarse!!
Bravo por el personaje de Marga, y que triste que se den estas situaciones. Desde luego que a veces tenemos el "no" preparado en la garganta y parece que le cuesta salir, es un gran aprendizaje el que nos describes en tu relato, un aprendizaje en el que muchos se pueden ver reflejados. Buen relato.
ResponderEliminar¡¡Hola, Toni!!
EliminarEs necesario, a veces no sabemos muy bien cómo actuar que por sociedad acabamos haciendo eso que no nos gusta. Creo que hay que ser fiel a una misma/o y seguir lo que nos mueve, lo que de verdad queremos porque al final, es con nosotras/os mismos con quien más vamos a estar.
Gracias por tu tiempo. ¡¡Un saludo!!