¡Hola, mis seguidores; lectores habituales y nuevos lectores!
Ya sabéis que una vez al mes,
hago en 'DOS PALABRAS' e intuyo que ya sabéis cómo funciona.
Os dejo la información,
y...
¡Comenzamos!
AUTORA: @MILANLENDESCHI Pixabay |
RELATO:
'ZOMBIE VIRUS'
Resguardada en la cueva de la que sobrevivía como podía, había
conseguido alimentarse de los desperdicios que había dejado la gente en el
supermercado, se había duchado con el jabón de manos que pudo hallar, y se puso
limón cómo desodorante; había sido su método de supervivencia hasta el momento,
pero ahora se había puesto enferma y la tarea iba a ser ardua.
En un mundo deshabitado por la crisis económica. Los más
poderosos viajaron con todas a Marte, dejando a la mayor población en la tierra:
mal viviendo, escasos de recursos y con la selva que en la que se había encontrado
una Sara Conrad con tan solo diez y nueve años. Sus padres murieron tras la
crisis bacteriana y con ellos, los miles de guerras por culpa de los virus y el
sistema financiero que no dejaba levantar la cabeza al pueblo.
Salir a tirar la basura era todo un gran hallazgo: Debías de
salir a una hora adecuada porque si no los 'Zomibiatas', que eran ni mas ni mas
menos, que aquellos que se alimentaban de los desperdicios residuales, hacían su
aparición antes de que el camión de la basura hiciera su ruta. Allí, en esa
estampa, la ley del más fuerte era el que ganaba. Y debido a que el gobierno no
hacia ya nada por abastecer a la ciudad, los ciudadanos tenían que ingeniárselas
para acabar el mes. Y muchos de aquellos zombies, solo consumían los desperdicios
cuando el mes acababa.
Los comercios, quedaron relegados a los pequeños establecimientos
que ahora se habían hecho con el abastecimiento de los pueblos y las ciudades;
vendiendo a precios desorbitados y así poder salir a flote, pero nada más lejos
de la realidad era que ellos seguían en la tierra y allí nadie podría más que
seguir acatando ese mundo sin ley alguna. Todo funcionaba de la manera más
desordenada: gente que llenaba sus carros hasta no dejar nada a los demás y gente
que por no tener el suficiente dinero, vivía de los stocks que lejos de ser a
precios baratos, tenían que comprar a un precio realmente alto en comparación
con vidas anteriores.
Se le ocurrió a uno generar crédito que mediante el
teletrabajo fuera canjeable en las compras de cualquier tipo. Cuando la idea
surgió, nadie lo veía claro, pero por lo visto, tras la época apocalíptica en
la que se había topado la tierra, fue lo más justo. Con que, los que se
alimentaban de los restos de la basura eran gente que no había conseguido
aumentar sus ventas en el teletrabajo.
La vida internauta albergaba vida en todos los hogares. Los mejores
móviles, las mejores televisiones, los mejores productos para gastar en datos e
internet. Pero una población pobre y escasa de recursos en la que salir en pijama
a la calle para tirar la basura era la lucha y la discordia entre los que solo
querían dejar la bolsa y los carroñeros.
Ya no quedaba nadie en las calles, no porque hubiera un virus
sino porque como decreto, se había tomado el estado de alerta media en la que había
que ser precavido. Sin embargo, la gente, cada vez se veía más reacia a salir
de sus domicilios. Más por miedo al contacto y por la nueva oleada de zombis
que se apropiaban de todo, hasta de los propios domicilios para poner a gente
que tenía una cuenta corriente que sumaria los ingresos de toda una población o
ciudad.
Así entonces, Sara Conrad, hacía vida dentro de casa
teletrabajando y con el pésame de que no había un futuro para ella. Pero trabajó
tanto como para permitirse irse a vivir fuera de España.
Algunos pensaron que su vida en España era una conspiración,
un complot para hacer daño a las grandes corporaciones e instituciones poderosas,
pero aquello no era más que un cebo para que la tuvieran en cuenta. Hecho que también
la ponía en la delgada línea de acabar en la calle como un zombi.
Tras varios años subiendo puestos en los teletrabajos,
aceptando trabajos por cuatro duros, algunos de gratis y otros por una gran
suma, viajó a las Américas donde un nuevo puesto de trabajo la procuro una casa
de vacaciones en las Islas Caimán. Pero fue un trabajo duro, no solo porque la competitividad
era demolerá sino porque había tenido que aprender a las malas que, nadie era su
amiga.
Finalmente, tras veinte años teletrabajando, por fin podía
jubilarse, y trabajar a media jornada. Pues el hecho de que tuviera mucho dinero
no le procuraba una supervivencia eterna. El dinero era cada vez más fácil que
se acabara y todo era sumamente caro. Pero precisamente por ello, eligió las
islas Caimán.
FIN.
Te dejo el anterior 'DOS PALABRAS' : AQUI
Me temo que no es ficción jejejeje sino que el relato se puede leer como predicción para muchas como Sara jajajaja
ResponderEliminar¡Hola Rosa!
Eliminarajajjaja!! Si que podría ser una predicción pero quién sabe si no nos tenemos que ver así. Me alegra verte por estos lares. Un saludo
Un relato muy entretenido Keren que visto lo que estamos vivivendo no podemos asegurar que algún día suceda. Un beso y feliz tarde 🌈🌈🌈
ResponderEliminar¡Gracias Vicens!
EliminarUn tema muuuy actual!!! Me ha gustado, saludos!!!
ResponderEliminarHola Eli,
EliminarSí la idea era poder hacer sentir partícipe al lector. Que se sintiera parte del relato. Por eso, es tan actual. Celebro que te haya gustado.
Saludos!!
Hola, Keren.
ResponderEliminarDesde luego en los momentos por los que estamos pasando la linea entre la realidad y la ciencia-ficción cada vez es más delgada. Hasta creado un tremendo mundo distópico que quien sabe si no veremos pronto en alguna película. O quizás en nuestra propia realidad.
Saludos desde Marte.
Hola Miguel,
EliminarQuién sabe, pero espero que no. Necesitaba sacarlo, era una historia con bastante tiempo guardada. No sabía muy bien si publicarlo pero al final lo he echado, y creo que me he sentido a gusto.
Saludos literarios!!