Relato Corto: Gracias

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HEMOS VIVIDO MUCHO TIEMPO CREYENDO QUÉ ES MEJOR PARA NOSOTRAS
ES HORA DE CAMBIAR LOS ROLES Y CAMINAR EN LA IGUALDAD.
HACER PARA NOSOTRAS, CREER EN NOSOTRAS, Y SI PARA ELLO, HAY QUE CAMINAR SOLA. PUES SE HACE. 
POR QUE PARA ESTAR BIEN CON LOS DEMÁS A VECES HAY QUE 
CURAR DE CORAZÓN PARA ADENTRO.


ES POR ESO  QUE HE CREADO ESTE RELATO; 
ADEMÁS DE PARA CONCIENCIAR, PARA HACERNOS UNA IDEA DE LO QUE NO ESTÁ BIEN. 

Sentada en las escaleras, fregando el suelo , una vez  más. Se sentía cómo si todo su mundo se hubiera tornado gris de un momento a otro: Había dejado todo para estar con él y tanteaba los días en los que no podía con todas las tareas de la casa; sorteando cada agradecimiento por haberla ayudado, con un “Gracias”

 

Cada día se levantaba de la cama a las cuatro de la mañana, limpiaba toda la casa y ponía en marcha la lavadora mientras iba haciendo las tareas. Primero, se ponía los auriculares en los oídos para ir escuchando la música. A las siete se levantaba su marido, desayunaban juntos y ella le servía el café. Muy en su interior esperaba que él le diera las gracias por haberse levantado temprano y haberse preocupado en ofrecerle un café caliente, haberle cambiado las sabanas y mantener la casa limpia. Pero ilusa de ella, no comprendía que ahora el no solo había dado por sentado que ella estaba a su servicio y que el hecho de que él ayudara en casa, no quería decir que la ayudara, porque … ¿El también vivía en casa, no?

Aquello lo descubrió cuando leyendo un libro sobre feminismo, se decidió a escribir sus pensamientos, a revisarse; sentía la necesidad de contárselo al mundo. Aquella situación en la que solo vivía a merced de un hombre, que la no la valoraba lo suficiente, había propiciado que ella se perdiera en sus milongas pensando que no había otra que aguantar.

¿A caso tenía setenta años? Nadie lo diría; pues aguantar había sido la base de toda su vida desde el momento el que decidió casarse muy a su pesar. Porque ella nunca quiso casarse. Y se preguntaba, ¿Cuántas cosas había hecho para contentar a su marido, mientras se olvidaba de ella misma?


 Rompió con todo, había decidido mimarse, así que sentada en la escalera, rumiando cómo sentirse mejor con ella misma y dentro de la pareja, porque al fin y al cabo, nadie la había obligado a casarse con él… Dejó todo y se puso la música a tope: Se duchó, se vistió y con lo poco que tenía en el monedero, se fue a tomar café, a recorrer las calles por placer y no para hacer la compra y tener la nevera llena. Acudió a museos, paseó por delante de las tiendas y se miró en el reflejo de su imagen en el cristal del escaparate, no solo había perdido su valor sino que había perdido su juvenil ‘look’ pero se deshizo del victimísmo, y aunque le daba algo de miedo que ese dinero le hiciera falta para otra cosa, se compró ropa nueva y no volvió a casa hasta las diez de la noche; hecho que causó la llamada de su marido:

 

-        -  ¿Donde estás nena?

-         -  Estoy en la peluquería luego nos vemos

-        -  ¿A qué hora vas a llegar?

-        -  No lo sé, cena algo y luego nos vemos .

-          -No, te espero…

-         - Cómo quieras

 

Cuando después de una hora y media volvió a casa, el comedor estaba recogido  y la cena lista. A ella casi le da un ataque, y el rostro se le iluminó, se sentía agradecida fue por eso que a pesar de que sabía que no debía, le dijo un “Gracias” intentaba así retener esa nueva costumbre para siempre. Pero lo único que conseguía era alejarse de su propia realidad, nadie le estaba haciendo un favor, no es tarea de uno solo, de uno o de otro, era de ambos.

Él la miraba cómo nunca. La peluquería le había restado algunos años de vejez que había acumulado con la dejadez de la vida en aquella nueva ciudad. Hacía lo que podía con el poco dinero que tenía pero no parecía suficiente. Seguía ocupándose de las labores del hogar solo por no trabajar. Sin embargo lo peor estaba por venir:

 

-          -He dejado la comida hecha en la olla

-          -¿Qué hay para comer?

-         - Quieres ir a la cocina y mirarlo – Este destapa la olla y la cierra. Abre la nevera y se hace un bocadillo

-         - Me he pasado todo el día cocinando, ¿No vas a comer lo que he preparado?

-         - No tengo mucha hambre …

La excusa a esta situación, se fue repitiendo en un escenario digno de ser narrado para los tiempos. Hecho que aventuró que dejara de cocinar. ¿De qué servía hacer almuerzo y cena si este no iba a comer? El apetito se le había cerrado cómo otras tantas veces y dispuesta a no dejarse, decidió no cocinar para otra persona que no fuera ella.

 

Así lo hizo, pero lo que comenzaba cómo una revolución para ella, en un intento de hacerse valer; También comenzaba la retahíla de discusiones en las que ella se mantuvo firme. Y de aquello ya habían pasado algunos años. Le costó desprenderse de tener que hacer las tareas de la casa pero los cambios, a veces, son muy lentos o no llegan jamás. Y así con  el pensamiento puesto en cómo mejorarse a ella, llegaba el divorcio, el desenlace de una separación anunciada y las broncas progresivas, los reproches y las lágrimas. Pero lo cierto era que ahora se sentía más libre, libre para hacer todo aquello que ella había soñado. Era joven todavía. Y era cierto que había perdido muchos años de su vida cómo ama de casa. Pero ahora se dedicaba a ella misma haciendo cursos, trabajando gratis como voluntaria hecho que la llevó a ejercer en un oficio diferente, de ahí a escribir y relatar su “Nuevo ahora”.

 El Rincón de Keren

 

 

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6 comentarios

  1. Que triste es darse cuenta de haber perdido tantos años de la vida por el sacrificio que se hace, o se cree hacer, en nombre del amor o el ser amado. Pero es que una relación es día a día, y un trabajo para ambas partes. Cuando es siempre uno quien se ocupa de que las cosas se hagan y funcionen, es mejor terminar aunque duela al principio, y ser libre. Bravo por la protagonista de tu relato, que empezó a vivir por fin tras dejar atrás una relación que solo la hundía. Un ejemplo a seguir, un recordatorio de que el amor nace en uno mismo hacía uno mismo.
    Bravo.

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    1. Exacto Toni, el amor debe ir de adentro hacia fuera. No solo por el buen beneficio de uno mismo. También para relacionarse. Y puede que no se vea al principio pero es el detonante de todo inicio.

      Las parejas deberían ser aquellas que en la equidad de los valores se reforzaran el uno al otro, aportando tanto para uno mismo por salud emocional como para la colaboración de la convivencia. Nadie tiene que conseguir más, nadie debe hacer máss, un reparto equitativo o simplemente, darse a no hacer nada. Somos exigentes con lo que nos gusta, estaría bien serlo con la pareja que vamos a tener. Digo, es una posibilidad.

      Un saludo y gracias por pasarte.

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  2. Hola. Qué lecciones de vida nos das. Mil gracias por tus escritos, ya sabes que me gusta mucho visitarte y comparto tus escritos.

    Besos y feliz fin de semana.

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  3. Hola, Keren.

    Ese "nuevo ahora" es la consecuencia de esa "vieja normalidad" que han vivido gran cantidad de mujeres a lo largo de muchas décadas. También es cierto que esos roles eran elegidos en algunas ocasiones de manera libre. Por suerte, la sociedad poco a poco va evolucionando y el reparto en las tareas del hogar tiende a ser más equitativo. Todo empieza en las escuelas pero este sería ya otro tema de debate.

    Un gran saludo.

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    1. Hola Miguel.

      Yo creo que todavía aun las mujeres asumen roles que no son de esta época, no hay que más que ver las casas. Es cierto, que se habla de ello, pero aun tiene que llegar de trabajar y seguir trabajando en el cuidado de los niños y las tareas del hogar. Cada casa es un mundo, pero aun vivimos en un mundo influenciado por los roles de nuestros padres y en diferentes comunidades parece que esto está a la orden del día.

      Es equidad cómo dices. Porque los dos conviven y los dos hacen gasto, los comen, ensucian y tienen dos manos.

      Me llama la atención esas mujeres que aun preguntan si el hombre les "Ayuda en las labores de la casa" ¿perdona? el tiene que colaborar igual que ella lo hace. Es un toma y daca. Es deber que aun no se ha normalizado y que se tiene que comenzar a realizar en los hogares y no solo hablar de ello.

      Gracias por tu aporte.

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