¡Hola, mis seguidores; lectores habituales y lectores nuevos!
Algo así es lo que siento. Es como la persona a la que confío
todos mis secretos y es en se mar donde el cielo y el mar; el frío y las lágrimas; y el sosiego, hace malabarismos para desterrar la tristeza. Es sentirse desnuda
ante la hoja en blanco. Sincerándome, y expulsando cada perla de mar que se
convierte en ese fuego, antes mencionado, como una confesión silenciosa que
grita en la intimidad todo lo que esa noche, esa madrugada, o el día posterior, encierra en esta caja torácica para latir como un caballo desbocado. Amedrentada
por lo que las espinas pueden hacer a este cuerpo taciturno en la noche, mis
preguntas; esas que se esconden en un cajón y no salen a la luz; son la embarazada
de cuestiones que nunca paren y que, olvidadas en el desván, un buen día dan a
luz las letras que se escogen, sin pensar, que con el corazón en un puño y con el alma
expuesto para que el mundo lea, vea, observe, analice y si quiere, critique, los mayores temores se hagan realidad.
Vulnerable a toda razón y existencia que yace las letras a
plena luz del día, les hago el amor en secreto como una amante de ese
romanticismo perdido antaño. Enamorada, borracha del cielo a vino que me
arrulla para destacar en los laterales de las páginas, el nombre en el que
tanto pienso. Y me falta el aire, no puedo respirar, si no te menciono, si no
te vuelvo a reiterar y te comparto en una publicación y te hago reflexionar
desde mis fallos, a puesto a que te has visto reflejada.
Como un médico al que le recetan el tratamiento, me inyecto
esas letras escritas, esas letras leídas y ese verso emborronado que a veces bien,
a veces mal. Pero siempre icástico enarbola las emociones para sentir las sensaciones
más verdaderas. Impertérrita a veces, violentada cuando me leen y cuando lo
expongo. Por no saber si soy fiel a lo que digo, pues mi idiosincrasia pretende
mostrar y exponer todo lo que me conforma mediante la palabra. A veces,
descolocada, a veces divagando, y tan tangencial que me vuelvo a veces, que lo que
siento carece de sentido. Sin embargo, ellas me quieren; yo la quiero, se
dejan; me elevan, y les dejo suceder; les provoco, y ellas me emocionan… será
que es un amor no correspondido por aquello de que a veces están conmigo y otras
se escapan con Morfeo. El maldito pensamiento y el síndrome me hacen desvalorizarme.
Pero he querido poner en tela de una vez que tu te has visto reflejada con la
mayor satisfacción que un aspirante a escritor, pueda tener.
Te rozo, te beso, te acaricio, te arrojo a las letras inquietas
con el frenesí de la idea con la impronta del que mira más allá y ahonda sin
saber que puede que seamos tan parecidas, las letras y el que lee. Es el espejo
de las manos y el reflejo de lo que soy. Perdona que solo te haya mirado de
soslayo cuando todo estaba por hacer, cuando crees que no hay nada que se pueda
cambiar, el esfuerzo ahora antiguo, atestado con la facilidad que se dice «Eres
mi pasión» atestiguo mi padecer por escribana en un mundo de aspirantes miles.
Terminar así, con la certeza convicción de que lo único que
hace que valga la pena es la satisfacción, la plenitud que me desata. Ciega del
amor que profeso, aun una aspirante, obligada a aprender y ejercer desde el
alumno que sigue aprendido infinita, sin poder decir otra cosa que a ellas me
debo.
¿Qué será de mí? ¿Qué será de ellas?
Sólo se que me letro y como un delito y la herida que llevo
por ellas, podría haber sido peor. Como adolescente suspiro, y emano desde mis inicios párvulos
un amor platónico, enganchada a sus efectos, me resisto a dejar ese pensamiento que se aferra desde hace años incontables...
ME GUSTA ESCRIBIR.
Hola, Keren. Preciosa manera de expresar tu necesidad de escribir. Para mí escribir es como respirar, comer o beber. No puedo evitarlo o una parte de mí moriría. Un saludo.
ResponderEliminarHola, Ana!! ¿Cómo estás?
EliminarEstamos igual Ana, es una emoción que se cuela en lo más hondo de nuestro ser. Para mi, creo que es lo que motiva a seguir a delante, sobre todo con la que está cayendo. Hay que cuidarse las manos. Son el Oro de nuestro trabajo. Gracias por pasarte por el blog. Feliz Miércoles, preciosa y me alegra que te haya gustado mi relato. Besos!! Espero que estés mejor.
Precioso!! Me he quedado prendada en los versos, me he quedado siguiendo los hilos de los sentimientos e intentando no desvanecer en las ideas. Me ha encantado y sólo pienso en todo el potencial infinito que te precede!
ResponderEliminarHola, Heidy!! me alegra que te haya gustado. Me has echo muy feliz. Espero que pases buena semana. Un saludo y un abrazo!!
Eliminar¡Hola! Un bello y emotivo texto que termina con una frase contundente y certera. Te gusta escribir y constantemente reflejas tu pasión por las letras, por exponer aquello que necesitas contar. Sumergirse en las letras es apasionante y esto despierta una gran cantidad de sentimientos, los cuales expresas de manera muy personal en estas líneas.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un abrazo :)
Hola, Auxi!! ¿Cómo estás? Este relato surgió de un ejercicio que me propuso un amigo y la verdad es que me ha hecho fluir un poco. A veces, hay que dejarse llevar para poder volverse Ave Fénix. En el sentido de que hay que recordar qué es eso que nos hacía vibrar cuando comenzamos. Disfrutar y hacer por que nos gusta. Me gusta escribir y puede que a veces no lo demuestre con todas todas. Me alegra que te haya gustado. Un abrazote preciosa, nos vamos viendo por las redes.
Eliminar¿Quién no ha tenido alguna vez algún desencanto con la escritura pero siempre acaba volviendo a ella?
ResponderEliminarHola!! todos pasamos por ese proceso. Creo que yo soy más esas. Y si eres blogger más todavía. ¿Y tú?
EliminarYo también.
EliminarHola querida amiga y hermana de letras. Aquí fisgoneando tu apasionamiento...
ResponderEliminarGracias Oswaldo.
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