¡BIENVENIDOS A EL RINCÓN DE KEREN!
Arte:Devianart Ysuelt
LAS DOS PALABRAS ELEGIDAS SON
ESCARCHA Y DESENFADADO
TÍTULO: La princesa y su elección
Recorría las calles sin caer en la cuenta de que allá a donde fuera, sería encontrada. Sus pasos, sus pensamientos, hasta sus movimientos, eran vigilados por el rey del sol y el rey de las nieves. Pero cuando un corazón se niega a obedeceder ordenes sintiendo en el interior, esas ganas de libertad, nada lo detiene ni lo retiene.
Corre, cambia de ciudad y hasta utiliza ú seudónimo. El mal le acecha, puede sentirlo con tan solo respirar. Son esas ansias de zafarse de todo grillete. Pero... ¿de qué?
HACE 1 AÑO
-Todo debe estar listo y preparado el 14 de febrero para que la feliz pareja pueda dar comienzo a su viaje de novios. -Ordena el rey Ra, el rey del sol mientras va indicando a un arsenal de criados cada actividad y tarea a desarrollar.
-Cariño, la niña no está muy feliz... me temo, quizás no ha sido tan buena idea...-Dice cabizbaja Ashan madre de Okun
-¡Tonterías! Si lo dices por el casamiento concertado...
-Lo digo porque la muchacha no está enamorada...- le mira con con profundidad
-Ashan...- suspira-. Creo que aprenderá a amarle. Esta familia, nos traerá beneficios, y sobre todo, ayudará a hacer fuerza nuestro reino -contempló
-La vida no es un negocio Ra y menos cuando se trata de la felicidad de nuestra hija. No estoy de acuerdo con esta unión y tampoco con este viaje... es demasiado. Nuestra hija es más discreta, menos pomposa.
-Nuestra hija, se merece lo mejor. Y no quiero quedar mal con su familia. Aprenderá a amarle y igual qué el a respetarla. Nosotros...
-¡Ni te atrevas! Lo nuestro fue por amor. Si quieres engañarte, si quieres olvidar, allá tú pero piensa en tu hija antes de tomar cada decisión y míranos a nosotros. -Ashan sabía darle donde más dolía. Y él que siempre cedía ésta vez, cegado por la obstinación , el poder y el dinero, hizo caso omiso a las palabras de su reina africana
Entre tanto, madre e hija habían intercambiado palabras, lagrimas y emociones , solo una solución llegó al pensamiento de la reina y con ello, dio luz verde a la muchacha para desaparecer fuera de los dominios del reino, pero con una condición.
-Vete pajarillo, vuela, vuela alto pero has de recordar que quedarás envuelta en la niebla de Oshun que servirá de radar en las noches de luna llena para encontrar tu ubicación. De ese modo, no solo podré comunicarme telepáticamente sino magnéticamente. De ese modo sabré que estás bien.
Huyó lejos, tan lejos como le permitió el poder del reino como princesa. Y halló un lugar donde mezclarse con la gente pasando desapercibida: España.
Ahora, que conocía los entresijos de vivir como un plebeyo. Debía hacer lo mismo que ellos para seguir con su tapadera. Tal y como le dijo su madre "La única manera de que tu padre entre en razón es enamorándote. Pero debe ser un amor puro y sincero".
El único trabajo que encontró, fue limpiando retretes. Sin experiencia previa, y con estudios sin poder demostrar. Era eso, o meterse en la prostitución y Ashan no lo habría visto nada bien. No quería pensar en su padre. Así que se ató el orgullo, trabajó lo mejor que pudo y en cuanto comenzó a ganar un poco de dinero, convalidó los estudios académicos que tenía. La suerte era que estaba más avanzada que el resto de su clase, por lo que aprobaba casi sin esfuerzo. Ahora bien, desde ese momento, valoró mucho más a los criados que tenía en Nigeria.
***
Ya habían pasado varios años. En el barrio la conocían y casi había olvidado de donde provenía, qué había venido hacer alli y cual era su verdadero cometido... en la escalera de su piso, algo destartalado, una mujer de treinta años, con sobrepeso, pelo afro y y facciones finas, trenzaba el cabello de su amiga.
-... y le dije que si me quería que fuera un hombre, que tenía que dejar de llorar cada vez que le echaba la bronca. -estallaron de risa - ¿Tú te crees? Con todo lo grande y duro que parece, y tiene un corazón de oro. Pero precisamente por eso, me da rabia amiga, los hombres tienen que ser fuertes, no ir llorando por las esquinas...
-Anda Shaki, pero si te encanta que Jackson sea tan sensible. -se llevó una una mano a la boca para ocultar su risa y prosiguió.-: Es tu hombre y por eso te derrites por sus huesos, reconócelo
-Vale, confieso que sí, pero como te oiga diciéndole eso a alguna del grupo te enteras. Me ha costado mucho que me tomaran en serio, y muchas ven en mí un modelo a seguir. Algunas ... quedan embarazadas, por no tener suficientes ovarios de hacer lo que ellas quieren y no lo que ellos deseen. -suspira y le acerca el espejo- estas preciosa amiga. Pareces una princesa. A ver cuando te echas novio...- las palabras de Shaki, rebotan en su cerebro y hacen aguas como una lluvia de primavera, solo que es como el rocío de sus mañanas, frío.
Es en ese momento que recuerda su cometido, se enerva y deja por unos segundos la mirada perdida hasta que su amiga hace un chasquido con los dedos que la devuelve a la realidad. Se asoma a la ventana, y de pronto un magnetismo se apodera de su cuerpo. Mira el cielo y cae en la cuenta de que hasta ahora , no había caído en la cuenta de que han habido lunas llenas, pero es en este momento cuando siente la llamada de mama África.
Se inventa una excusa y despide a su amiga. La joven princesa debe ponerse manos a la obra. Para ello accede a salir a bailar con sus compañeras de trabajo. Pues con un poco de suerte, encontrará al que será, su futuro marido. Sin embargo la noche, se torna gris, no era por falta de pretendientes. Era que ninguno le convencía. Un chico al final de la barra lleva toda la noche mirándola, no se atreve a saludarla. Pero la princesa, se siente incomoda con sus miradas. En un momento que han ido todas en grupo para pedir otra ronda, se fija mejor en su cuerpo, su vestimenta y hasta su mirada, es profunda, intensa, casi te ahoga, y al mismo tiempo causa bloqueo. Aquello no le gustaba. Decidió ausentarse e irse a casa a dormir aunque sus compañeras la llamaron aguafiestas cuando les advirtió que debían descansar. Eran bromas entre amigas.
Durante el trayecto a casa en taxi, no podía para de pensar en aquel chico. Cuando llegó a su destino, dio la propina al taxista y anduvo por el Parc Güell, para ir a casa de su amiga Mona, sintió que algo o alguien la seguía. No se atrevió a girarse para revisar así que aceleró el paso. Cuando giró la última esquina por farolas iluminadas por doquier, se lo encontró, ¡El chico de la discoteca! Estaba en el portal en el que vivía su amiga, entonces sintió el magnetismo, alzó la vista al tiempo que se acercaba al portal, y no pudo divisar la luna llena pero sabía por experiencias anteriores lo que significaba aquello: le quedaba poco tiempo. No obstante, tampoco tuvo demasiado tiempo en reparar en ello, por que comenzó a sentirse mareada, cada vez más incomoda , sintió un vértigo y se desplomó en el mismo portal a los ojos de aquel chico el cual salió corriendo en su dirección para socorrerla.
-... ¿Pero qué ha pasado? ¿Qué le ha pasado a mi amiga? -dice nerviosa en un ataque de histeria Mona
-¡Joder! ¿La conoces?
-Te lo estoy diciendo, es mi amiga
-No hay dios que se te escape o que no conozcas hermanita. Ayúdame a ponerle un paño de agua fría y prepara algo caliente para beber. Es un desmayo.
Mona hace lo que le dice su hermano y en cinco minutos aproximadamente está de vuelta. La dejan reposando, y a los largos minutos, la princesa recobra el sentido. La primera persona que ve es su amiga, Mona.
-Vaya, he tenido una pesadilla Mona, un chico me recogía de la calle, un chico con la mirada intensa...
-No te muevas, dime cuantos dedos ves- dice el hermano
-Tienes dos
-En efecto, sobrevivirás
-¡Tú! - Entonces cae en la cuenta al enfocarse su visión- me has hecho algo, pienso llamar a la policía. ¡Qué me has hecho cabrón! - espeta
-Tranquilízate el nunca te haría nada.-dice Mona mientras la sujeta para que no se incorpore
-¿Como lo sabes? Lleva siguiéndome desde el club
-Lo sé porque es mi hermano Devon.
La princesa cada vez siente más fuerte el llamado, pero no está segura de lo que quiere decir.
Mientras recobra el aliento, da un vistazo a su alrededor para ubicarse y de nuevo se topa con los ojos de aquel chico negro alto. Esta vez puede ver que está fornido y tiene el pelo corto. Viste con pantalones informales y camiseta ceñida. Es muy atractivo, pero no puede evitar sentirse pequeña por el hecho de recordar que solo es una chica de la limpieza. Intenta incorporarse y casi vuelve a caer, esta vez sobre el sofá que sirven los cojines cómo amortiguador.
Ambos hermanos insisten en que descanse toda la noche y si los mareos no remiten ir a urgencias.
Cuando despierta se siente renovada y calmada. Estira los brazos para desperezarse y ahí está él.
-Me tenías preocupado- dice haciéndole una seña para tomarle la temperatura
-Si no eres médico, no deberías ni molestarte- exagera irritada
.
-¿Siempre eres tan tozuda?
-¿Y tú eres médico?
-Para tu información, sí, soy médico-mira el reloj y le toma el pulso-¿ algo que objetar?
En ese momento sintió vergüenza. Pero no lo demostró. Cuando se fue a incorporar se dio cuenta que no llevaba la parte de arriba de la ropa.
-¿pero qué? ¿Dónde está mi camiseta y mi jersey? Tú... no me habrás...
-Espera , antes que digas nada... soy médico ¿recuerdas? no tienes nada que no haya visto antes.
-O sea que no tengo nada del otro mundo... seguro que...
-Te lo prometo -se enervó interiormente la princesa sonrió al verle incomodo.
Pronto Mona preparó el desayuno. Desayunarían juntos, y Devon se iría a trabajar. Entonces cuando Mona le confiesa que Devon se ha prendado de ella. No hace mucho caso. Pero en el fondo se alegra.
Cuando se incorpora para marcharse siente otra vez el llamado con la iluminación del sol en so rostro tostado. Pero esta vez el cielo rojizo es la señal definitiva. Corre, corre tan rápido como puede hacía su casa, no se puede escapar, la imagen de su madre se reverbera en su mente, oye los canticos, el corazón desbocado y sudor por la frente. Piensa en cambiar otra vez de ciudad, o tal vez de barrio, pero entonces, la imagen de Devon en su mente hace que los cánticos cesen. Es la señal que estaba esperando desde hacía dos años y ahora, nada podía detenerla.
Esa noche Devon se presenta en su casa gracias a su insistencia a su hermana. Ha conseguido dar con el piso de la chica que le tiene prendado.
-¿Se ha perdido doctor? -dice con sorna ella
-Precisamente... vengo a hacerle una visita médica. Me dejaste ... preocupado.
-¿Es preocupación o es otra cosa? -Ella quiere ser más amable pero no sabe porqué actúa así, al fin ve que le divierte verlo sufrir y entiende a su amiga Shaki. "Qué cabrona" piensa.
-Déjame que de osculte.
-Pasa, y llámame de tú.
Saca el estetoscopio y se pone nervioso. Un visible sudor dan a entender no solo el nerviosismo, sino su timidez. Es entonces cuando emplea sus armas de mujer insinuándose.
Sin embargo, no surte efecto. "¿Este va a ser el rey de Nigeria?" Piensa mientras en un aparatoso intento de oscultarla su respiración entrecortada lo delata aun más. Es evidente sus sentimientos.
Después de eso, vuelve a ser el hombre de hielo, el hombre de la mirada intensa y de los pensamientos indescifrables al ofrecerle un café y entablar conversación. Tienen muchas cosas en común a parte de la música, como películas preferidas y platos típicos de Nigeria. Una llamada en el móvil, avisa el siguiente turno del médico prometiendo volver a visitarla.
Acto seguido Mona llama por teléfono y se ponen al día las dos mujeres. Es entonces cuando acuerda quedar una vez mas con Mona, para contárselo todo junto a Shaki.
-Joder, tia! Una fucking princesa y tu limpiando retretes. ¿Dónde hay que firmar? -estallan a carcajadas estridentes
-Ya pero sus padres tienen un matrimonio concertado y su padre la busca como si fuera una delincuente. No se yo si firmaría para casarme sin amor- sentenció Mona
-Exacto, y no sé qué hacer-Las dos amigas se miran y ponen cara cómplice
-¿Qué te parece Devon? -Arquea reiteradas veces las cejas Shaki. Se ríen y contesta
-Me gusta... pero no creo que me pida salir o que quiera casarse conmigo
-Wow wow! Nena, como le digas que quieres casarte con él, te lo cargas.
Las tres ríen y beben. A la mañana siguiente trazan un plan y todo cobra sentido.
En los próximos meses una sucesión de citas espontaneas harán que se conozcan mejor lo que hacen que se sienta el medico más confiado, suelto y cómodo.
Sin embargo, no acaba de decidirse y ella decide no quedar más con él y aceptar su destino: dentro de dos semanas, volvería a Nigeria. No podía hacerle esa faena a Devon.
Aquella tarde tampoco quedó con él, tenía la esperanza de que dejaría, poco a poco de pensar en ella, cosa que ella no podía decir de él. Una noche consternada, se lo confesó a Shaki y su amiga que es muy protectora, se reúne con Mona y Devon.
-...Y por eso debes confesarle tu amor, en una semana se marcha a Nigeria
-¿Por qué no me dijo nunca nada? La habría comprendido
-Ya ya, todo es comprensión ahora. Pero tú qué sientes por ella, niño -apostilla Shaki
-Estoy rematadamente loco por ella desde la primera vez que la vi en el bar.
-Pues lucha por ella.-apremia Mona
.-Sí, y cómo me entere que la haces daño, iré yo misma a patearte tu culo real.
Hace una noche gris. La escarcha recubre la poca vegetación que aun se puede ver en la gran ciudad catalana. Lleva un traje, un ramo de rosas y cuando pasa por un escaparate, ve su reflejo en el. Se pregunta qué está haciendo tan arreglado como si de una entrevista de trabajo se tratara. Entra en una tienda y se compra ropa informal y se le ocurre comprar una esas camisetas con letras desenfadas.
Se coloca el jersey encima y luego la chaqueta, hace un frío de mil demonios. Toca al portero, sube las escaleras y toca por fin la puerta de casa de su amada. Pasan cinco minutos, luego diez, vuelve a timbrar, pero ahí no hay nadie. Decide llamarla al móvil, nadie lo coge.
Cuando baja los últimos escalones abatido, la portera del edificio, le entrega una carta que al parecer es de puño y letra de su amada, en la que explica con todo lujo de detalles, el porqué había decidido quitarse la vida.
Desde entonces, Devon no deja escapar, ninguna oportunidad.
FIN.
©EL RINCÓN DE KEREN.