Inya y doble moral con Ekalele segunda parte


Eran pasadas las horas brujas, Inya un muchacha cuyo sentir, degradado por un exnovio que la maltrató, la volvió controladora, perspicaz, tergiversadora de la verdad, ¿quién podría creerlo?

Habían comenzado algo, lo que fuera. Las salidas al campo, eran usuales. Las conversaciones, las risas, se llevaban bien. En una de aquellas salidas tan concurridas, haciendo preparativos, para una escapada con amigos, a Ekalele, le llegó un mensaje al móvil. Él conducía por lo que Inya, vio de pleno apoyado en el ventilador cómo una chica preguntaba "¿Y esto qué es? ¿Qué somos?"
Inya se armó de valor. Guardándose cómo buena mujer, lo sucedido para otra ocasión por tal de no aguar la fiesta.

El ambiente estaba agradable unas copas, naturaleza, amigos pasándolo bien y una buen manjar para llevarse a la boca.

Los días pasaron. Ésta vez, Inya se aquejaba de que nunca se arreglaba Ekalele para ir a verle a las nueve de la noche en su casa. Y Ekalele trabajaba de ocho de la mañana hasta casi entrados la tarde en la fábrica, cogía su arsenal de deporte y se iba al gimnasio. Luego al volver a las nueve de la noche, se duchaba se, ponía cómodo, e intentaba mantener una conversación con su familia. Era entonces cuando ella llamaba, preocupada para saber por qué no había venido.

La escena se repetía tras un largo mes. En tanto que ella sospechaba de todas las mujeres que ella conocía y que él conocía.

Ekalele, era un chico carismático, dicharachero, conversaba hasta con el portero, hasta con la señora de la limpieza, su carácter extrovertido, alegre e icastico, le había llevado en muchas ocasiones, a que las mujeres tergiversaran los hechos. ¿Falta de seguridad?

Cómo los dos , habían comenzado algo que ya comenzaba mal. Ella le echaba en cara , ese hecho, ¿Cómo podía confiar? Mientras tanto, Ekalele, se volcaba cada vez más y más en lo que fuera que tuvieran , nunca hablaron de novios.

Las disputas por tener la razón, la desesperación, el cuelgue , el control por no saber dónde estaba, con quién estaba y con quién no. Llegaron a Ekalele a alejarse.

En un intento por recuperar lo que tenían. Un viaje a la montaña, les devolvería a los inicios. Entre tanto, el hablaba con unas y con otras, con unos y con otros. Ella, le cogió a parte, le reprochó toda la rabia acumulada que llevaba dentro y le apostilló.

-Me dan ganas de pegarte
-Hazlo- le insto Ekalele

Inya a la que se le podía apreciar ella rostro pálido, no dudó ni un segundo y ella propinó un puñetazo, otro, y otro uno tras otro. La rabia estaba en su puño dejando a Ekalele con un ojo morado. Abusó de ser mujer, de su puesto cómo funcionaría, y del respaldo de sus amigos.

REFLEXIONES:

En muchas ocasiones, ser blanco te otorga una libertad y privilegio sabiendo que no te la van a devolver , solo por ser mujer, por ser blanca, y por tu posición.

El engaño está a la orden del día y se diluyen las verdades. 

Inya, que en un principio encarna a la mujer que Ekalele desearía si fuera lo suficientemente mujer, para admitir su derrota. Se convierte hoy , en una historia que ocurre más de lo que parece, EL ABUSO DE PODER. 

©El Rincón de Keren 


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