Emoni es una chica de dieciséis años que se queda embarazada a temprana edad de Tyron. Su nueva preocupación 'Babygirl' le llevará a asumir cierta responsabilidad que se resiste a relegar, que sus compañeros le harán pagar con la desaprobación, con un padre más ausente de lo que quisiera, una abuela que ha tenido que hacerse cargo de ella y su hija mientras ella intenta hacer frente a los estudios y su futuro. La vida solo tiene sentido cuando agarra un ingrediente y comienza a elaborar una receta. En efecto, Emoni ama la cocina. 

La obra, escrita en primera persona siendo Emoni, la protagonista de la narración de este suceso, hace que la lectura llegue y tome fuerza para vivirlo en las carnes del lector, ya que, los sucesos son los que nos encontraríamos en una serie de 'madre a los dieciséis' cada vez es más frecuente en la juventud de cada país. Es precisamente la parte que no se cuenta en nuestro día a día la que no se revela: Una gran carga para una chica demasiado joven, el rechazo de los alumnos con los que comparte clases, las nuevas tomas de decisiones, encontrar un plan económico que ayude a sustentar a la criatura que ha llegado, teniendo en ocasiones que soportar comentarios que la hacen más inquebrantable. Ya que todo se agrava en el sentido más amplio cuando se trata de comentarios dirigidos a una niña mestiza. Emoni, que ha tenido que madurar a la fuerza es afroamericana pero al mismo tiempo, puertorriqueña eso no le importa ya que hace llevadera la vida gracias a una amiga lesbiana destacando así la autora la otredad, lo difícil, lo extraño, lo mal visto. 

La obra gira entorno a la cocina y una adolecente,  la cual tiene una clara y firme adoración con la cocina español; mientras que lidia con la ausencia de un padre que parece más preocupado por la comunidad que de su propia hija, una abuela a la que le gustaría poder llamar madre pero que las palabras se le atragantan cuando tiene que hablar de su madre. Emoni, es huérfana de madre, y la autora nos hace llegar sus miedos, sus inquietudes y sus faltas a través de un padre que no ha estado nunca. La soledad, el vacío y la necesidad de tener que demostrar siempre que puede, por si no quedara claro que tener una hija en la adolescencia y con tantas carencias, aún con todo, no le permiten estar divagando demasiado en los resquemores, las fiestas o en chicos. Sin embargo, lo que tiene las relaciones de familia y el miedo a volver a enamorarse tras dos años duros, demuestran que se hace valer dentro y fuera de casa, no quita que tenga la necesidad de que la mimen, la lleven de la mano, incluso hagan cosas por ella, ¿Podría ser amada una una solución a sus problemas? 

Elizabeth Acevedo nos muestra de una manera directa con un lenguaje informal y toda la jerga adolescente en un marco latino, lo difícil que es criar a una hija con tantas responsabilidades y como se llega a cerrar el corazón a temprana edad por el "qué dirán" , por como la vayan a ver, y por lo enrevesado que puede llegar a ser atender las necesidades de un bebé cuando tienes que lidiar con la familia de un padre adolescente, que no la aprueba. 

Por otro lado, nos pone sobre las cuerdas al intentar que Emoni, que adora la cocina, se apunte a un taller de cocina cuando llega un chico nuevo a la escuela, Malachi.

Gracias al taller de cocina, los compañeros descubren un poco mejor a su compañera qué tan valiosa es su pasión. Una pasión que además se le da bien, pero que tendrá que demostrar, una vez más, de que pasta esta hecha. ¿Se ganará el cariño de sus compañeros y de Malachi?