¡BIENVENIDOS A EL RINCÓN DE KEREN!
¡Hola mis seguidores , lectores habituales y nuevos lectores!
Tarde o temprano llegaría. El inminente suceso estaba a punto de ocurrir cuando entrada la noche, se interrumpió la red móvil.
Los aviones colapsaron, los trenes dejaron de funcionar, los
relojes pasaron a ser de aguja, y en muchos lugares, el tráfico se prolongó con
una huida que estaba apunto de llegar hacia las tierras del Norte. Todos
concebían que la llegada del fin de las tecnologías llegaría pero no previnieron cuando.
En su lugar, como hormigas que van a su cobijo, los hombres
viajaron hacia los bosques más recónditos, administrándose su propia agua,
alimento y hasta electricidad. Todo, sin tener que rendirles cuentas a los
estados. Pero el efecto bumerán estaba por llegar.
Nadie podía instalarse en los bosques, sin pagar una cuantiosa
tasa que les permitiera ser dueños del terreno en el que querían vivir. Si
querían tener suministro deberían pagar por ello, de lo contrario, irían contra la ley. Nuevas leyes que a pesar de haber sido creadas para que la gente pudiera
sostenerse en una vida rural, no se había sometido a votación. ¿Dónde estaba la
democrácia entonces? ¿Qué había sido del buen político que se preocupaba por la
vida de los ciudadanos? Hecho, que causó el gran estallido en la ciudad y
alrededor del mundo. Una cuarta Guerra Mundial, en la que el mundo se vería
sometido, al caos y la devastación por la energía.
Los comercios quedaron desvalijados, ahora, todos portaban
armas. Pues se había convertido, en la ley del más fuerte. En cambio, los
pacifistas habían hecho un llamado de atención de que esto lo llevaban avisando
por décadas y que no les querían, a la gente de ciudad, en ninguno de sus
territorios. La división llegó con la ley de la fuerza, pero también con la del
hambre, la de la inseguridad y la de miedo. Un miedo instaurado, que hizo que los
habitantes de la tierra, se sumieran una inmensa oscuridad al no haber
electricidad.
Ya nadie quería pagar por la comida ni por la luz, tampoco
por el agua o el gas. “Qué lo pague otro”, decían unos. Pero el imperio en el
que habían vivido, no les hacía adaptables con facilidad a los nuevos cambios.
Muchos sufrieron convulsiones rabiosas debido a las altas dosis de exposición a
la tecnología, una adicción de la que muchos expertos avisaban pero que nadie
hizo caso. En consecuencia, la ciudad se sumía en una depresión, melancolía,
frustración y un sentimiento de engaño, del que no sabían cómo salir por décadas.
Ahora, se destilaba el alcohol, como moneda de cambio y el
agua y los víveres valían más que la gasolina. Con el tiempo, las ciudades
quedaron despobladas. En su lugar, la vegetación se abrió camino, y los animales
tomaron las calles. Pero hasta eso, el ser humano, se lo apropió. En un siglo, ya
no quedaban especies de animales supervivientes para tantos hombres y mujeres; eso sin contar los nuevos bebes que llegarían al mundo. El orden alimenticio consistía
en una ración de patata y hierbas, junto con las hortalizas de cada tipo que algunos
habían aprendido a cultivar. Mientras que unos intentaban llevar una vida
alejada del caos, la miseria o la delincuencia, una vez más, habían sido distribuidos
jerárquicamente, en distintitos grupos. Cada grupo estaba erigido por sus propias
leyes y órdenes. Cada comunidad estaba hecha a su semejanza según sus valores, ética,
orientación o raza.
El mundo, podría haber sido un gran lugar donde hombres y mujeres
o nuevas generaciones, convivieran en armonía mediante la modernidad, pero el
capitalismo, la avaricia y la comodidad, dejaron desvalidos a un mundo lleno de
posibilidades en tanto que los llevó a su propio fracaso. Y así, paso a llamarse por el gobierno, en un intento desesperado por crear una alternativa, Expediente "F"RACASO 2023.
©El Rincón de Keren
Como considero al ser humano material defectuoso, para mí, no puede ser de otra manera.
ResponderEliminarPara mí tenía muchas posibilidades, me temo que esto es muy probable que ya esté pasando. Me imagino que con el estrés, la ansiedad, la subida de los precios, la gente se va a los pueblos que cada vez se están convirtiendo más en 'pueblos-ciudad' o nido. Porque todos trabajan en la capital pero hacen vida en los pueblos. Para los que cómo yo, siempre han vivido entre pueblo y urbe, creo que ésta historia meramente ficcionada, nos atraviesa, no solo tecnológicamente, también ecológicamente, el medio ambiente ya es una porquería. Así que te entiendo.
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