»RELATO« : El nombre: 'Riholé' | El Rincón de Keren

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Si miras mis redes sociales, siempre estoy creando algo, pero, últimamente me ha costado sentarme a disfrutar escribiendo un relato porque he estado bastante ocupada además de una fuerte tendinitis y mal estar. ¡Pero aquí estoy! un relato para aquellas que cómo yo, han vivido afligidas con el tema 
«Padre» , y me pongo pesada con este tema porque es duro y porque creo que las palabras ejercen una especie de poder sobre mí, sanador, curativo, aliviador... Así que, espero que te guste. Y si no lo consigo, al menos habremos pasado un rato alimentando las letras. De mí, para mí, para mi alma y para el que esté leyendo. 



RELATO

   Hace mucho tiempo en tierras lejanas que nos parecen ahora, bajo el rio Nilo, nació una niña que pese a ser fruto de una traición, fue muy deseada. Solo las estrellas sabían esa noche cuanto la amaba su madre y su familia; es por eso por lo que llevada a la matriarca de la familia la mira de piececitos a cabeza, de lado a lado, y la presentó desde lo alto del altar de su ‘Morimo’, los espíritus estaban contentos porque gracias a ello, fue llamada sino Riholé. (Amor) Viajaron, por los Desiertos, se hizo experta en las tormentas de arena, también admiró el Kilimanjaro además de su lugar de nacimiento, el gran río Nilo. A orillas del mar en su décimo cumpleaños, se celebró una gran ceremonia que la trasladaba hasta la aldea para ser festejada por su paso a su nueva etapa, más madura, más adulta, pero además con más responsabilidad. Había elegido lo que quería ser de mayor y aunque muchos sabían que le gustaba mucho explorar el mundo, también creían que podría ser una gran oradora. Cuando la mágica señora miró su alma sabía de sobras cuál sería su destino, pero no podía intervenir en su devenir, ni ella ni nadie de la familia así que lo hacían en un círculo era cantar danzando; siendo un canto para los Dioses que en consecuencia respondieron con estrellas fugaces. Signo de buen augurio.

 

A veces, se sentía afligida por llevar la pesada carga de tener que llevar el nombre de Riholé. Todos pensaban que su carácter amable y afable era acertado pero lo cierto era que, a veces pensaba… “¿Quién es mi padre?” su madre preocupada le preguntaba o simplemente en vez de persuadir su aflicción, le preparaba su plato favorito, salsa de cacahuete con pollo y arroz y esa satisfecha no rechazaba un segundo plato, aunque últimamente el apetito se había ido con hacia los mundos de los cielos y los Dioses, y así lo creía pues creía que ellos tendrían la respuestas a sus temores e inseguridades acerca de su padre. Unas veces pensaba que debía estudiar la astrología, las fases de la luna o simplemente, viajar para saber los misterios de los cielos. Odiaba no acabar de saberlo todo, pero una mujer muy mayor le dijo una vez, eres observadora, y eso es muy bueno porque hallarás más rápido la certeza de los demás del mismo modo que no se te va a poder engañar fácilmente porque miras con los ojos del alma. “OH! Riholé, querida, eres bendecida. Te veo”, le decían los más sabios.

 

Con el tiempo, su madre se dio cuenta que era cuestión de tiempo que sus motivaciones fueran cambiantes. Fruto de una edad propia de los adultos, ahora ya era una mujer. Había observado y viajado por toda África para hallar los ojos de el león, cruzarse con las mambas o ver canguros, la fauna más salvaje así cómo su primer amor. Descubrió en los cielos más dulces y llenos a aroma de clavos, el verdadero resurgir de aquellos pensamientos tortuosos. Pues el amor lo ahuyenta todo, todo lo sana, ¿No? Lo que ocurría era que no era a lo que aferrarse verdaderamente.

 

Cuando después de una gran fiesta en la que se presentaba al novio, para en un futuro no demasiado lejano casarse. Las familias se reunían y observaba en silencio a un padre limpiándole la carita a su retoño. Le invadió la nostalgia… Su madre estaba cerca

 

—Puedes formar tu propia familia. Esa que nunca crees que has tenido.

—¿Qué dices, Mma? Yo, soy feliz así.

—Tú puedes ser muy observadora pero las madres tenemos dos corazones que hacen saber que nuestras hijas les preocupan cosas o claro, somos observadoras también. Quizás, más agudizado porque lo que vosotras sentís lo sentimos nosotras en nuestro interior… — Un fuerte tiroteo irrumpe para darse cuenta de que los colonos habían traspasado las fronteras de paz que habían trazado… el pacto se había roto.

 

Arrasaron aldeas, maltrataron a muchas mujeres, hombres y mujeres cayeron en una lucha que parecía no tener fin, su madre, una guerrera en potencia cayó comandado el pelotón de mujeres conocidas a lo largo y ancho de África. Temidas y respetadas combatieron con fiereza. Pero esta falleció. En su lecho, incapaz de pronunciar cosas coherentes, lo único que pudo enlazar Riholé…

—Tu padre, no por ser blanco es más padre… padre es la cría, familia es lo que somos. Somos guerreras Nnawa las más luchadoras y temidas. ¡Sobreponte! Alza tu cabeza… —un suspiro hondo inundó la choza para dar paso al cuerpo presente.

—Tu madre te quería mucho… a decir verdad, todos hemos estado muy preocupados por ti.

—¿Cómo?

—Tu madre nos contaba tus preocupaciones. Pero sabía que había una guerrera en ti.  Y lo pudimos comprobar con todos tus logros y enseñanzas a los más pequeños desde los tiempos a nuestro día. Llora la pérdida, grita, sabemos el dolor de esta gran caída. Pero recuerda… Eres muy querida. La reina mágica te bendijo aquella noche y eso es lo quería que supieras tu madre. No hay mal que una familia no pueda remendar. Somos tribu.

 

Riholé se deshizo en un mar de lágrimas y por fin supo con su primera hija que puede que los colonos invadieran la aldea, pero pese a ese estado de invasión e intentar cambiarle su nombre por uno más “cristiano” RIHOLÉ! Resonaría por las colinas como la libertaria que encabezaría nuevas alianzas gracias a su habilidad para razonar, observar y su espíritu.

“Este mi nombre. Apenas recuerdo ya a mi madre. Pero mi madre vive en mi nombre”

FIN.


Algo así cómo un dato, es que me inspiré en el nombre de mi prima porque creo que es una luchadora nata y no se deja vencer nunca. Para ella, por si lo lee. Mi `pequeño pensar y sentir' espero que sigamos todas en la lucha que no acaba nunca. 

Y si es la primera vez que me lees, pues oye! mil gracias por leerme. 

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GRACIAS POR DEDICAR PARTE DE TU TIEMPO A MI ESPACIO 

TU LECTURA ME AYUDA MUCHO. 

©El Rincón de Keren 

Comentarios

  1. Ser observadora la ayudaba en gran medida a encontrar la certeza y evitar el engaño de otros "porque miras con los ojos del alma". Muy bonito Keren.
    Como lo es que en su lecho de muerte su madre solo pudiera pronunciar el nombre de su hija "Riholé", la libertaria que encabezaría nuevas alianzas...
    Enhorabuena por tu relato.

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    Respuestas
    1. Totalmente, Marcos; eso me hace acordar que hay muchas personas que creen que por estar callados no son como los demás, poco atrayentes o que piensan que no tienen nada bueno que decir. Ser observador te da herramientas para la vida. MILLONES DE GRACIAS POR PASARTE POR AQUÍ, SALUDOS!!!

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