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RELATO
A veces, se sentía afligida por llevar
la pesada carga de tener que llevar el nombre de Riholé. Todos pensaban que su carácter
amable y afable era acertado pero lo cierto era que, a veces pensaba… “¿Quién es
mi padre?” su madre preocupada le preguntaba o simplemente en vez de persuadir
su aflicción, le preparaba su plato favorito, salsa de cacahuete con pollo y
arroz y esa satisfecha no rechazaba un segundo plato, aunque últimamente el
apetito se había ido con hacia los mundos de los cielos y los Dioses, y así lo
creía pues creía que ellos tendrían la respuestas a sus temores e inseguridades
acerca de su padre. Unas veces pensaba que debía estudiar la astrología, las
fases de la luna o simplemente, viajar para saber los misterios de los cielos.
Odiaba no acabar de saberlo todo, pero una mujer muy mayor le dijo una vez,
eres observadora, y eso es muy bueno porque hallarás más rápido la certeza de
los demás del mismo modo que no se te va a poder engañar fácilmente porque
miras con los ojos del alma. “OH! Riholé, querida, eres bendecida. Te veo”, le
decían los más sabios.
Con el tiempo, su madre se dio
cuenta que era cuestión de tiempo que sus motivaciones fueran cambiantes. Fruto
de una edad propia de los adultos, ahora ya era una mujer. Había observado y
viajado por toda África para hallar los ojos de el león, cruzarse con las
mambas o ver canguros, la fauna más salvaje así cómo su primer amor. Descubrió en
los cielos más dulces y llenos a aroma de clavos, el verdadero resurgir de aquellos
pensamientos tortuosos. Pues el amor lo ahuyenta todo, todo lo sana, ¿No? Lo
que ocurría era que no era a lo que aferrarse verdaderamente.
Cuando después de una gran fiesta
en la que se presentaba al novio, para en un futuro no demasiado lejano casarse.
Las familias se reunían y observaba en silencio a un padre limpiándole la carita
a su retoño. Le invadió la nostalgia… Su madre estaba cerca
—Puedes
formar tu propia familia. Esa que nunca crees que has tenido.
—¿Qué dices,
Mma? Yo, soy feliz así.
—Tú puedes
ser muy observadora pero las madres tenemos dos corazones que hacen saber que nuestras
hijas les preocupan cosas o claro, somos observadoras también. Quizás, más
agudizado porque lo que vosotras sentís lo sentimos nosotras en nuestro
interior… — Un fuerte tiroteo irrumpe para darse cuenta de que los colonos
habían traspasado las fronteras de paz que habían trazado… el pacto se había
roto.
Arrasaron
aldeas, maltrataron a muchas mujeres, hombres y mujeres cayeron en una lucha
que parecía no tener fin, su madre, una guerrera en potencia cayó comandado el
pelotón de mujeres conocidas a lo largo y ancho de África. Temidas y respetadas
combatieron con fiereza. Pero esta falleció. En su lecho, incapaz de pronunciar
cosas coherentes, lo único que pudo enlazar Riholé…
—Tu padre,
no por ser blanco es más padre… padre es la cría, familia es lo que somos.
Somos guerreras Nnawa las más luchadoras y temidas. ¡Sobreponte! Alza tu cabeza…
—un suspiro hondo inundó la choza para dar paso al cuerpo presente.
—Tu madre
te quería mucho… a decir verdad, todos hemos estado muy preocupados por ti.
—¿Cómo?
—Tu madre
nos contaba tus preocupaciones. Pero sabía que había una guerrera en ti. Y lo pudimos comprobar con todos tus logros y
enseñanzas a los más pequeños desde los tiempos a nuestro día. Llora la pérdida,
grita, sabemos el dolor de esta gran caída. Pero recuerda… Eres muy querida. La
reina mágica te bendijo aquella noche y eso es lo quería que supieras tu madre.
No hay mal que una familia no pueda remendar. Somos tribu.
Riholé se
deshizo en un mar de lágrimas y por fin supo con su primera hija que puede que
los colonos invadieran la aldea, pero pese a ese estado de invasión e intentar
cambiarle su nombre por uno más “cristiano” RIHOLÉ! Resonaría por las colinas
como la libertaria que encabezaría nuevas alianzas gracias a su habilidad para
razonar, observar y su espíritu.
“Este mi nombre. Apenas recuerdo ya a mi madre. Pero mi madre vive en mi nombre”
FIN.
Algo así cómo un dato, es que me inspiré en el nombre de mi prima porque creo que es una luchadora nata y no se deja vencer nunca. Para ella, por si lo lee. Mi `pequeño pensar y sentir' espero que sigamos todas en la lucha que no acaba nunca.
Y si es la primera vez que me lees, pues oye! mil gracias por leerme.
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GRACIAS POR DEDICAR PARTE DE TU TIEMPO A MI ESPACIO
TU LECTURA ME AYUDA MUCHO.
©El Rincón de Keren
Magnífico, Keren.
ResponderEliminarGRACIAS , ENRIQUE!!!
EliminarSer observadora la ayudaba en gran medida a encontrar la certeza y evitar el engaño de otros "porque miras con los ojos del alma". Muy bonito Keren.
ResponderEliminarComo lo es que en su lecho de muerte su madre solo pudiera pronunciar el nombre de su hija "Riholé", la libertaria que encabezaría nuevas alianzas...
Enhorabuena por tu relato.
Totalmente, Marcos; eso me hace acordar que hay muchas personas que creen que por estar callados no son como los demás, poco atrayentes o que piensan que no tienen nada bueno que decir. Ser observador te da herramientas para la vida. MILLONES DE GRACIAS POR PASARTE POR AQUÍ, SALUDOS!!!
EliminarPrecioso Keren. Abrazo grande
ResponderEliminarGracias, Amaia!!!! Saluodos y abrazos!!!
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