¡HOLA, mis seguidores, lectores habituales y nuevos lectores! Imagen extraída Google El frío le provocaba dolores de cabeza que a sabiendas que no debía incorporarse le causaba inquietud. Ello no hacía que ingiriera pastillas, todo lo contrario, no había manera de que se tomara un maldito ibuprofeno o algún condenado antinflamatorio. Pasaba las noches vagabundeando por las calles, escuchando las conversaciones que los ecos de sus voces taladraban su mente: “…Yo te quiero más. No, yo te quiero más…” “…La reunión de anoche fue excelente, envíeme los balances de la semana que viene … “ “…La juventud está cansada de escuchar que debe de hacer por su propio bien tío, el gobierno nos controla, los aparatos van por el camino de tener alma y ¿nos vienen nuestros padres a decir que es lo que debemos hacer?” Aquello era como una batidora de diferentes conversaciones en su mente, se hacía cada vez más fuerte, cada vez más irritante y en un intento por calmar aquellos odiosos dolores, gritó un &qu