¡BIENVENIDOS Y ,BIENVENIDAS!
¡Hola, mis seguidores, lectores habituales y nuevos lectores!
Andra, llevaba tiempo queriendo
irse de viaje, pero como las crecientes tareas siempre se le sucedían en días
en los que cada vez que cree que lo tendrá libre más faena aparece de pronto. A
veces, desearía que los días fueran más tranquilos pues ha olvidado, la calma y
lo que es un día de descanso; a todo esto, se le presenta una sensación de
desazón mezclado con algo muy extraño… no sabe cómo afrontarlo.
La mañana se dividía en dar
clases bien temprano, luego de aquello, crear carteles para su “carrera de
escritora” aún recuerda la ardua tarea de formarse: curso de escritura, carrera
de filología, estudios de literatura, muchas noches practicando desde el
ordenador y todo para que cuando un avance llegara a su vida sintiera que sólo
había sido un pasito. Su tan ansiado libro, después de haberse finalizado tras
dos años de correcciones y escritura, al fin había dado la luz y por
consecuente había logrado firmar con una editorial que, para la buena verdad,
pareciera una sanguijuela; pues ganaba poco y todo lo que vendía luego lo tenía
que abonar. ¿Dónde quedaba la maestría en haber conseguido algo tan importante
con la editorial? Por tanto, se sumió en una profunda decepción vestida de
constantes salidas a la capital promover por su cuenta y hacer todo el trabajo
sucio que se suponía que le vendría dado…
Los días se amontonaban con ganas
palpitantes de gritar por la ratonera de algunos clientes que llamaban
preguntando si podían adquirir su libro libre de pagos. Andra, sigue pensando que,
si no se hubiera decidido a publicarlo, inmersa en un miedo casi peligroso por
los sofocos, los mareos y la angustia que le daba parirlo, y luego de nervios
hubiera dado con la tecla quizá no existiría, pero aún había quien quería
aprovecharse de su trabajo, que, siendo poco conocida, por aquello de que no la
conocía ni el tato, todos querían sacar tajada… ¡Qué diantres! Aquello se le antojaba
una soberana tiranía y despropósito. Las palpitaciones se volvieron costumbre,
los mareos y la fatiga algo parte de su día a día. Vivía en una vorágine que la
había abocado al fatalismo. «¿Y si no soy tan buena…?»
Ral la había empujado al esfuerzo
constante, siempre debía tener la sonrisa en modo ‘on’, algún proyecto a
la vista y ganas para ‘darle caña’ a todo lo que se le pasaba por la cabeza. Ambas
se sentían con la autoexigencia de llegar a vivir un poco mejor de lo que la
vida les había dado tormentosamente y estaba muy bien que hubiera alguien que
la impulsara y la acompañara en ese proceso, pero ahora, el agotamiento eran
las ojeras que llevaba por bandera. «¡No puedo!», se dijo… en un momento dado,
ella le planto un “Lo siento, busco gente que esté llena de positivismo y ganas
por la vida…”. A lo que Andra se dijo, «Dónde no me quieren, no voy a estar más».
El coqueteo con las pastillas desbordaba
sus pensamientos sumiéndole en una profunda y honda crisis que la llevó a querer
quitarse la vida, por un mundo que vive bajo las exigencias del producir sin
sentir todo aquello que se produce…
Afuera hay un aguacero, hay gotitas que
han llenado el cristal en «una salpicada obra de arte…», piensa que no hay nada
tan imperfecto y perfecto a la vez. El reflejo del espejo asoma un cuerpo
cansado pero que se niega a darse por vencida, así que se sirve una infusión y
se da a la lectura por largas horas, queda con Sael, para caminar bajo la
lluvia, hablan, se animan, se dan a los abrazos y justo cuando el día nublado
no puede ser más perfecto, ya en casa, se va la luz.
Después de intentar poner los
datos y ver que la cobertura tampoco ayuda, desempolva una vieja radio a pilas
y enciende unas velas aromáticas mientras afuera llueve a cántaros y para su
asombro, ha vuelto a dedicar otras tantas horas de lectura y otras tantas a la
escritura en su libreta. Una sensación de calma le embarga, que, sin quererlo,
la sume en un profundo sueño… al despertar profiere que fue el día más
reparador que había tenido en años.
Ha salido el sol, el cielo está
azul intenso y el petricor se puede oler. Se le antoja escuchar ‘What a
wonderfull world” y decide, por último, que debe tomarse la vida, con la
calma de aquellos dos días.
FIN.
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🔰Si te has quedado con ganas de ver más cositas mías, te invito a leer sobre este viaje
en HISTORIAS CON "K" (mi blog personal):
🔗https://historiasconk.wordpress.com/?p=8027
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🔰Si te da curiosidad saber cuál fue el anterior DOS PALABRAS te lo dejo aquí abajo:
🔗https://elrincondekeren.blogspot.com/2022/01/dos-palabras-la-princesa-y-su-eleccion.html
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GRACIAS POR PASAR POR AQUÍ Y LEERME. TU VISITA ME AYUDA MUCHO.
ESPERO QUE HAYAS DISFRUTADO MUCHO.
💗💗💗
©El Rincón de Keren
Bravo, Keren, imaginativa, creativa e incansable.
ResponderEliminarNo cambies nunca.
Muchas gracias, Enrique.
EliminarPrecioso relato. Aplausos y abrazo grande. Seguimos
ResponderEliminar¡Hola, AMAIA! Se hace lo que se puede... Me alegra que te guste. Gracias por pasarte por aquí y animarte a comentar.
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