¡Hola, mis seguidores, lectores habituales y nuevos lectores! La música sonaba de la mini cadena , el monopatín de su hermano en la entrada y el calor haciendo de las suyas. Hacía un calor abrasador, pero lo que le gustaba, era deleitarse con la música del CD a todo trapo. Era algo inmenso. No existían las manillas del reloj, no existía el tiempo para aquella ocasión tan memorable y es que la música, era de aquello que no cambiaría nunca. Sonó el altavoz que anunciaba el holograma, hecho que le hizo darse cuenta de que, ni los CDs eran ya de esta época, ni los monopatines y poco se podía decir de la presencia de algo que tuviera que ver con su hermano. Hacia décadas que no sabía nada él. Fue cómo un jarro de agua fría darse cuenta que aquella época dorada, llamados 90 , eran hoy pastillas inyectadas de hormonas que simulaban la comida saludable, los libros ya no eran aquellos que nacían de un árbol, los CD's eran cosa del pasado. Nada quedaba ya de aquella época. *** La cantina de