¡BIENVENIDOS A EL RINCÓN DE KEREN! ¡Hola, mis seguidores, lectores habituales y nuevos lectores! ¿Cuántas veces hemos deseado algo con todas nuestras fuerzas, y cuando lo hemos conseguido, algo se ha torcido? es lo que le ocurre a nuestro protagonista. RELATO Cada mañana era lo mismo, estar dispuesto a firmar esa hoja solo me traía de cabeza. Cada vez que entraba en la cocina, ahí estaba pegado en con el imán de Zaragoza. Se me hacía un nudo en el est ó mago, porque además, esa persona lo había pegado por todas las zonas comunes: en la mesa, en la habitación, en la puertecilla del armario y en la esquina del ordenador. Ahora tenía una ardua tarea antes de firmar y decidir. Estaba todo claro. Solo quería ver de qué era capaz. Así que esa mañana, me comí una tostada y un café solo y sal í pitando hacía mis quehaceres. Como latas de sardina en el metro, treinta minutos de bus y por fin llego a la oficina. Soy una persona muy bien valorada en mi trabajo, tanto que, para el